El embajador del Reino Unido en España, Simon Manley, visitó ayer Benidorm apenas tres semanas después de tomar posesión del cargo. Antes de visitar la capital turística de la Costa Blanca, Manley, acompañado por el cónsul británico en Alicante, Paul Rodwell, realizó un recorrido por la provincia de Alicante, que incluyó un viaje a Torrevieja, un encuentro con el Subdelegado del Gobierno y una visita al Hospital Marina Baixa, donde conoció de primera mano el trabajo desarrollado por la Asociación de Voluntarios Ingleses Help Benidorm en el ámbito hospitalario.

En Benidorm, el jefe de la diplomacia británica alabó la puesta en marcha del Servicio de Atención al Turista Extranjero (SATE), ubicado en el edifico del Torrejó, en el casco histórico que, desde junio de este año ha atendido a 787 británicos. A juicio del embajador, es fundamental para proteger la seguridad de los turistas. Antes de visitar esas oficinas, Manley acudió al Ayuntamiento, donde mantuvo un encuentro con el alcalde, el socialista Agustín Navarro, y la primera teniente de alcalde y edil de Turismo, la liberal Gema Amor, que también le enseñaron el casco urbano y la playa de Levante.

«Estoy encantado de estar en Benidorm, la ciudad más importante para el turismo británico con un millón de turistas que visitan cada año. Y quería dar las gracias a la ciudad por su colaboración con nosotros en temas tan importes como la seguridad», dijo «Hay todavía cosas que queremos mejorar trabajando juntos», añadió.

El embajador descartó que el conflicto entre en España y Reino por Gibraltar haya influido ni vaya a repercutir en la afluencia de visitantes ingleses a España. «Las relaciones bilaterales entre España y el Reino Unido, sobre todo en economía y turismo, son increíbles, y se reforzarán en los próximos años», comentó.

Manley es el segundo embajador y el tercer alto cargo británico que visita Benidorm en los dos últimos años. En la ciudad hay 6.000 británicos censados.