Una embarcación de recreo ardió ayer a media milla de la isla de Benidorm sobre las 14 horas, en la zona de Levante, según detalló el edil de Playas y Seguridad Ciudadana, Lorenzo Martínez. Un matrimonio y dos niños, de 6 y 10 años, salieron ilesos del accidente, tal y como confirmaron fuentes de Cruz Roja, encargados de atenderles una vez pisaron tierra. Desde Salvamento Marítimo apuntaron que los tripulantes de la embarcación, de 7,5 metros de eslora, dieron el aviso al centro de coordinación de Valencia a las 13.50 horas. Éste activó el protocolo de emergencia y se puso en contacto con los efectivos y la motobomba de Cruz Roja, con base en Altea, y el servicio de socorrismo de las playas de Benidorm, que fue el que confirmó el accidente ya que fueron los primeros en llegar.

Nada más comenzar a arder el barco «Mi Julia», que así es como se llamaba, los cuatro tripulantes se lanzaron al mar, según apuntaron desde el Consistorio. En un primer momento, fueron auxiliados por una embarcación cercana, que según explican fuentes cercanas al caso, eran numerosas en esos momentos al tratarse de un 16 de agosto y domingo. Instantes después llegaron al lugar una zodiac de la Policía Local y de la empresa concesionaria de las playas.

Una vez a salvo, los tripulantes fueron trasladados al puerto de la localidad por la embarcación de los agentes municipales. Allí se les atendió en la ambulancia de la Cruz Roja de la playa de Levante, trasladada hasta el muelle, donde confirmaron que los afectados no sufrían heridas y habían salido ilesos.

En el lugar de los hechos se quedó la embarcación «Tabarca» de Cruz Roja para tratar de apagar el incendio. Dos horas después, cuando consiguieron darlo por extinguido, el esqueleto del barco se hundió a 23 metros de profundidad. La Policía Local informó que la embarcación pelícano del servicio de limpieza de la bahía de Benidorm realizó las labores de recogida de restos del incendio para evitar que llegaran a las playas del municipio, abarrotadas en plena temporada alta. Además, agradecieron la colaboración ciudadana por participar en el rescate.

Aunque todavía es pronto para saber cuál es la causa, según advirtieron fuentes policiales, la embarcación de recreo sufrió al parecer, y como hipótesis inicial, una explosión de gasoil que propagó rápidamente las llamas por todo el barco antes de hundirse, según adelantaron desde Salvamento a este diario.

Fuentes cercanas al caso afirmaron que los tripulantes, afectados y nerviosos en el momento del rescate «sobre todo el hombre», eran de nacionalidad española. El barco partió esa misma mañana desde el puerto de Portosendo (Altea) y tenía matrícula de Alicante, tal y como confirmaron diversas fuentes.

El humo negro que expulsaba el barco por el incendio se podía ver desde todos los lados de la costa benidormense, desde el último punto de la playa de Levante, en el Rincón de Loix, hasta el final de Poniente, en la zona de La Cala.

Desde el servicio de socorrismo de playas activaron el protocolo por vertidos de residuos líquidos, pero no hizo falta actuar en este sentido.

Varios rescates en alta mar

El incendio de la embarcación en aguas de Benidorm ocurre cuatro días después de que un barco se incendiara el pasado miércoles a tres millas de la costa del municipio. La Policía Local se trasladó hasta aguas de la Vila Joiosa para rescatar a los dos tripulantes del barco, al parecer, dos hermanos de 73 y 76 años. Tal y como ocurriera en el suceso de ayer, estas dos personas fueron socorridas en un primer momento por un pesquero que se encontraba en la zona en ese instante.

Pero los accidentes en embarcaciones en menos de un mes no acaban ahí. Tras el Desembarco Moro de las fiestas de La Vila -el 28 de julio-, un incendio calcinó uno de los barcos empleados en este acto afectando también a un segundo. No hubo que lamentar daños personales puesto que no había tripulantes dentro.

Por último, el pasado sábado la Policía Local de Benidorm también tuvo que intervenir ayudando a una embarcación de alquiler que estaba a la deriva entre tamarindos y la isla, aunque en esta ocasión no se registró ningún fuego. Los tripulantes, dos personas adultas, dispararon una bengala porque estaban desorientados.