La Cofradía del Santo Sepulcro de Altea, fundada, en 1920, celebró el pasado viernes por la noche su asamblea general en donde uno de los principales puntos fue nombrar como cofrade de honor a Pepe Alvado Llinares, de 68 años de edad. El secretario de la cofradía, Berto Orozco, señaló que la junta directiva había decidido por unanimidad “concederle este honor a nuestro cofrade y amigo Pepe Alvado, que desde muy pequeño ha estado colaborando y participando de lleno en la cofradía”. De Pepe Alvado, el secretario dijo que “es un hombre muy querido en Altea que siempre ha estado ligado al asociacionismo, las fiestas y el deporte, siendo una persona clave y fundamental en el Club Balonmano Altea como portero, directivo y delegado de equipo; y como presidente de la Associació de Moros i Cristians Sant Blai”.
El presidente de la cofradía, Salvador Lledó, alabó la bonhomía del cofrade homenajeado y aseveró que allá donde ha estado “ha dejado una buena huella”.
Pepe Alvado agradeció el nombramiento como cofrade de honor y recordó los tiempos de cuando entró a formar parte de esta cofradía centenaria, la más antigua de Altea, “en un tiempo en que, siendo muy niño, yo vivía al lado de la iglesia parroquial y era monaguillo”. Para Alvado, ser cofrade “es un sentimiento especial que siempre llevo en mi interior intentando siempre colaborar y ayudar al prójimo”.
