Escupe esos pensamientos y sentimientos que por dentro te piden salir o, como el río en busca de su camino, un día te desbordarán.

Expresarte es un ejercicio de vaciado necesario para mantener tu equilibrio físico, mental y espiritual.

A veces no somos conscientes de lo preocupados e intranquilos que estamos hasta que alguien que te viene observando te pregunta insistentemente y no para hasta conseguir traspasar tu frontera. Entonces comienzas a verbalizar aquello, sin solución aparente, que te ronda durante hace tiempo.

Si estás pasando por un momento de confusión, de angustia, y tus actos se ven contagiados por esa desorientación, siéntate junto a alguien en quien confíes y suelta tu lengua. Abre tu corazón y habla. Si profundizas, la presión se desvanecerá.

El solo hecho de poner en palabras tus madejas internas hace que puedas relativizar tus preocupaciones. En tu interior, eso que llamas problemas van macerando hasta convertirse en verdaderos dramas de tintes hollywoodenses que pueden hacerte estallar. Una vez expresados sueltas lastre y te sientes ligero.

SCHICHTEN 2013 Waldemar Strempler

Hablar no es entregar tu basura

Conversar acerca de tus sentimientos y pensamientos no es quedar con un amigo y soltarle una retahíla de ideas inconexas, quejas, lamentos y frustraciones varias para luego marcharte un poco más liviano y dejar a tu oyente agotado y sin energía. Aunque es el caso más habitual, ese no es el expresar terapéutico del que estamos hablando.

¿Cuánto tiempo dedicas a conversar sobre cómo te sientes? ¿Cuánto a expresar tus preocupaciones internas?

Expresa en soledad

Las palabras expresadas al otro pueden ser muy liberadoras, pero hay infinidad de emociones y pensamientos que se pueden liberar sin necesidad de partenaire.

La opción de ‘conversar’ con la Fuente a través de la plegaria, la oración o el monólogo interno siempre la tienes a tu alcance. También puedes mantener conversaciones contigo mismo frente al espejo y no por ello sentirte un rarito. Es una técnica sencilla y barata que te sorprenderá si nunca la has empleado.

Además puedes liberar carga escribiendo, cantando...y más allá del verbo: dibujando, componiendo, tocando un instrumento, bailando, llorando, riendo …Saca eso de dentro que quiere ser transformado.

De dentro a fuera

Tener un rico mundo interior no significa vivir hacia adentro, escondiéndote y minimizando tu parcela para tratar así de escaquearte de los conflictos.

Crecer es tener una rica vida interior, pero si no se libera y comparte, la riqueza no puede transformarse en frutos que ayuden a los demás.

El oro es muy valioso, pero dentro de la mina no sirve de mucho. Haz brillar tu oro interno sacando todo aquello que no te gusta, disolviendo esos nudos que te oprimen por dentro, y así te resultará más sencillo extraer aquello que brilla en ti. Expresar es un ejercicio alquímico al que en la era de las distracciones no prestamos la atención que se merece.

Lo no expresado se convierte en enfermedad o cuanto menos en desequilibrio.

Expresa, expresa, expresa…pero aprende a distinguir si lo que sale de ti va a mejorar tu mundo o si es mera ponzoña. Cada cosa tiene su vía de salida, abre tus poros a la expresión, abre tu corazón y extrae. Manera 16 de conectarte con la fuente: Exprésate