¿Cuántas veces has deseado evaporarte, pasar a estado gaseoso y desaparecer por un momento hasta incluso de ti mismo?

Para no llegar a esos extremos lo mejor es que sitúes la desconexión como un tema capital en el top 10 de tus hábitos vitales.

Romper la inercia de la rutina no es sencillo, pero es urgente tomar conciencia de que necesitas momentos de absoluto olvido del entorno, del trabajo, de la tecnología, del pasado y el futuro y dedicarte en cuerpo y alma a sentir el presente sin más pretensión que desconectar de tu vida para conectar con la Vida.

Hay mil maneras de desconectar, lo importante no es tanto el qué hacer sino el cómo hacerlo. Puedes desconectar entre un millón de semejantes si estás entrenado y tomas esa decisión, al igual que puedes estar solo en el pico más alto y sentirte agobiado por tus pensamientos incesantes.

Los periodos de desconexión deberían estar grabados a fuego en tu agenda. Sácate con pinzas de tu propia inercia vital, apaga tu íntimo ordenador personal y sal de la rutina como quien coge un globo aerostático, se eleva sobre su vida, vuela sin lastre y la consigue observar a ojo de águila.

Fotograma de 'El hombre menguante' Jack Arnold 1957

Desconectar vs evadirse

Cuidado con confundir desconectar con evadirse. En el léxico de la desconexión no caben porro, borrachera, película, tele, móvil, ni Facebook. No los critico pero son elementos de distracción, evasión o entretenimiento, no de desconexión en sentido estricto.

Caminar solo por la arena, meditar, recogerte y contemplar la naturaleza, sentarte en el rincón del sofá y simplemente hacer un paréntesis de todo, marcharte de viaje a un lugar tranquilo, respirar, irte al pueblo. Cada uno tiene sus truquitos para desconectar. Yo tengo mi refugio espiritual en Vejer de la Frontera que es desde donde hoy escribo. Es uno de mis lugares preferidos para desconectar, aunque no siempre se puede.

Hacer los deberes

Para poder desconectar con calidad hay que dejar los deberes bien hechos y eso implica en muchas ocasiones trabajo doble o triple durante una época para poder permitirte una semana o dos de desconexión total. No todo el mundo está dispuesto a hacerlo y no todo el mundo puede disponer de su tiempo de manera flexible.

Siendo que el dinero me importa y lo valoro, soy de los que prefiere tener una buena hucha llena de tiempo antes que llena de billetes.

Cada vez más personas se dan cuenta de que la vida es tiempo y no dinero, aunque un equilibrio entre ambas energías te permitirá llevar una vida en la que puedas, de vez en cuando, tomarte una grata desconexión.

¿A qué estás conectado?

Cuando desconectas te das cuenta de todo aquello a lo que vives enchufado: pensamientos compulsivos, impacto informativo, preocupaciones, necesidad de ganar dinero, velocidad, mundo virtual, necesidad de agradar y ser reconocido, pero ¿estás conectado a ese ser que eres en lo más profundo?

Desconecta de quien crees ser y conecta con quien verdaderamente eres

Una buena desconexión, ya sea en soledad o junto a las personas que más quieres, sirve para ordenarte tu propio armario interior. Desconectas así de la persona que te has impuesto ser, del personaje y te acercas a la persona que verdaderamente eres. La desconexión en realidad te sirve para conectar, coger fuerzas para cuando vengan los momentos de derrapar en las curvas, que siempre vienen, y sobre todo para disfrutar del tiempo.

Dicen los que están cerca del final que la vida pasa muy deprisa y que dedicamos mucho tiempo a hacer tonterías. Quizá en alguna de estas desconexiones puedas percibir qué te sobra o qué te falta para poder completamente ser.

El hacer y el tener tienen que ver mucho con el lío de la vida, el querer tener más y el no parar de hacer para ello. Ser, simplemente ser, te conecta con quien eres en realidad sin más pretensiones ni etiquetas.

Busca la calma, la paz mental y llevarás una vida en conexión a la Fuente primordial. Quizá tengas menos o hagas menos, pero serás y sentirás con total profundidad aquello que eres. Manera 51 de conectarse a la Fuente: Desconecta.