Creer en uno mismo marca la diferencia entre una vida en escala de grises o una vida a todo color. Algo aparentemente tan sencillo como confiar en tus propias posibilidades o reconocer que tienes la capacidad de crear a tu alrededor el escenario que consideres necesario para llevar una vida plena y feliz, se complica cuando descubres que eres tú quien ejerces la fuerza para desvalorizarte. Cuando descubres que eres tú quien te pones las piedras del camino, quien te envías spam en forma de mensajes de desánimo y quien azuzas el miedo para que crezca y nuble tu camino.

A estas alturas de la historia ya sabrás que tu peor enemigo eres tú mismo, así que te recomiendo que dediques tiempo a reconstruir tu sistema de creencias, a investigar en tus cualidades y virtudes, a saltar por encima de esos miedos que la vida, con tu complicidad, ha ido inyectándote hasta infectar tus células de parálisis, desánimo, abulia y resignación.

Demasiadas veces se nos olvida que los miedos son meros fantasmas, que en realidad no existen más allá de tu mente, que en cuanto los atraviesas se evaporan. Ciao!

Image by Hayley Warnham

Cambia tú

Solo tú puedes elevar tu visión de ti mismo, solo tú eres capaz de retomar las riendas de tu vida y de lanzarte a pecho descubierto a vivirla. Porque no hay otra, porque eres único, vales mucho y has nacido para volar.

Saca de tu pecho esa piedra que te oprime y te pesa, expulsa de tu mente esa masa viscosa que te hace verlo todo difícil, destierra de tu cuerpo todo vestigio de memoria celular que te impide vibrar en consonancia con la fluidez de la vida.

Para creer verdaderamente en ti no necesitas saber más cosas, tener más títulos, viajar más, ni esperar a estar más animado. Para creer en ti mismo solo necesitas confiar en ti y en la vida.

Redescúbrete, enamórate de nuevo de ese ser perfecto que un día vino desnudo a este mundo para ofrecer su vida en sacrificio y, ya que has de morir, vive con sentido lo que te queda por delante. No seas tú quien ponga las chinchetas en tu senda, no seas tú quien cabe los agujeros en tu camino, no seas tú quien sople fuerte para elevar las olas y hacer volcar tu nave.

Abre tus alas

Si lograras extirpar la colección de miedos que, con mimo has ido recopilando a lo largo de tu biografía. Si alcanzaras a despojarte de los muros, barreras, vallas, alambradas y empalizadas con las que has ido protegiendo tu inocente corazón, verías con otros ojos, sentirías con otras sensaciones y vibrarías en una frecuencia tan elevada, que nada ni nadie perturbarían tu vuelo. Tus alas batirían incansables hasta llevarte a lo más alto y tocar las estrellas con tus dedos.

Cree en ti, porque la Fuente necesita de tu autenticidad, con tus errores, tus imperfecciones, tus vicios e incluso tus aberraciones. Cree en ti, porque es la única manera de dar combustible a tus virtudes, a todo aquello que te diferencia de los demás y que has venido a compartir con ellos. El final está ahí, siempre más cerca de lo que podemos alcanzar a contemplar y es prioritario que en esta autopista de peaje en la que nos ha tocado vivir, nos reconozcamos a nosotros mismos como nuestro mejor aliado.

Tejiendo redes

Las personas que creen en sí mismas y en sus posibilidades se van atrayendo y crean redes de crecimiento mutuo.

Tengo la fortuna de tener a mi lado a una persona que siempre que asoma una crisis de fe en mi mismo, me empuja, me reta y me dice ‘despierta, no te olvides de lo mucho que vales y de todo lo importante que tienes por hacer, es el momento, hazlo.’

Bien es cierto que por muchos empujones que te den si tú no crees en ti, nadie podrá hacer que cambien las tornas. Haz de ti tu amigo, cuídate, mímate, colabora contigo y verás como la fe en ti aumenta a cada paso.

No confundas nunca creer en ti con sentirte mejor a los demás o creerte el rey del mambo, pues la humildad es una de las señas de identidad de las personas que tienen algo que aportar a este mundo. Mundo que, por mucho que se empeñen algunos, hemos de conseguir que continúe floreciendo, para que los que vienen detrás se lo encuentren mejor, se sientan motivados y crean en sí mismos. Si crees en ti habrás hecho de tu fe, la fe del mundo, de tu confianza la confianza de las generaciones que vienen, generaciones que nos necesitan fuertes, animosos, enteros y sonrientes para que se puedan sentir seguros y continúen el cambio que nosotros hemos iniciado en nuestro peregrinaje.

Estás protegido. Sí, lo estás. Ten fe en la vida y vuela alto. Manera 53 de conectarse a la Fuente: Cree en ti