Si repasas los grandes momentos de tu vida te darás cuenta de que llegaron dados de manera natural, sin necesidad de forzar las circunstancias, sin necesidad de aplicar control y presión, simplemente sucedieron.

No comparto la tan hipervalorada cultura del esfuerzo, al menos tal y cómo se plantea en los últimos tiempos. En este aspecto, que me perdone el señor Juan Roig, pero los highlights de la vida se crean sin lucha, sin estrés y sin resistencia a lo que es.

Los momentos cumbre nacen desde un estado de amor, paz y armonía con la Fuente.

Este fin de semana he estado colocando parqué con un catedrático del bricolaje, mi amigo Dimas. Era mi primera vez y, observando el sistema de montaje, me he dado cuenta de que las piezas están perfectamente diseñadas para que encajen con total suavidad.

He apreciado el paralelismo entre colocar este tipo de suelo e ir construyendo tu vida. Vas poniendo lamas que encajan unas con otras de manera que creas una superficie en la que poder mantenerte en pie, sin separaciones, pero si una lama no encaja, no trates de golpearla o forzarla porque romperá o se astillará y dejará de ensamblar con el resto.

Image by Trash Riot

El otro lado de la fuerza

Estamos enganchados a forzar las situaciones, a encabezonarnos con las circunstancias y sin embargo, es cuando sueltas, dejas espacio, y te permites que la Fuente disponga, cuando las piezas encajan y todo cobra el sentido necesario para continuar disfrutando de tu existencia.

Deja de vivir como un salmón remontando el río. No eres un salmón. No quiero decir con esto que dejes de trabajar en pos de tus metas, pero si te centras en aquello que quieres de una manera sosegada, incluso algo desapegada, te llegará de manera más fluida sin necesidad de tensarte y por tanto de sufrir.

Confiar es creer en un plan superior, y el hecho de creer ya te predispone a que camines más relajado y estés más atento. Prueba a dejar los mandos en algún momento y observa lo que sucede en tu vida. Dejar de forzar te permitirá hacer crecer tu fe.

Controla a tu controlador

Si tratas de establecer una relación con alguien pero ves que surgen multitud de trabas, quizá no es el momento o la persona, si en tu trabajo te pasas el día luchando quizá no es tu trabajo, o al menos tu actitud frente a él no es la más adecuada.

Si ese proyecto en el que te estás empecinando no fluye, quizá debes soltarlo o cambiar algunas cosas antes que seguir apretando y desgastándote a la contra.

Quizá si controlaras a tu controlador dejarías de ser tan controlador. Aunque parezca un trabalenguas paradójico la necesidad de control es lo que hace que te frustres, que lleves una vida infeliz, fuerces la máquina y enfermes.

Amar lo que es

La vida, la comprensión y la sanación son cosas que simplemente suceden. Solo has de crear el ambiente necesario para que se den, pero no puedes forzarlas.

Te invito a practicar esta afirmación en algunos asuntos que mantienes encallados y a ver qué ocurre: ‘Conscientemente dejo ir mi necesidad de controlar y dejo actuar a la Fuente.’

Jamás pensé que poner parqué me iba a permitir reflexionar sobre la necesidad de no forzar y es que si te mantienes en la actitud del discípulo aparecen maestros por todas partes, incluso en el suelo de tu casa.

Por cierto, está quedando precioso. !Gracias Dimas y feliz cumple!

Manera 63 de conectarse a la Fuente: Deja de forzar