Ya está aquí la primavera y comienza a florecer lo que en su día será el nuevo fruto. Es momento de quemar lo viejo, hacer balance, eliminar de tu vida aquello accesorio que, créeme, si te paras a pensarlo es mucho, quizá demasiado.

A medida que avanzas en tu vida, vas acusando no solo el peso de los años, también el lastre de una acumulación de vivencias, recuerdos, hábitos e incluso objetos que pueden hacer de tu vida algo difícil de manejar.

Simplificar tu vida te aligera de equipaje y permite que te eleves sobre los obstáculos, esos que siempre aparecen cuando menos te lo esperas.

Hoy es un buen momento para escribir esa lista de cosas que ya sobran en tu vida y que las haces por inercia, por apego, o las guardas por el ‘y si algún día...’

Trastos, recuerdos y por si acasos

La idea que mejor recuerdo de cuando hace unos años leí Simplifica tu vida de Elaine St James fue esta: Deshazte de lo que no hayas usado en un año porque no lo vas a volver a usar. Véndelo, tíralo, regálalo, pero deshazte de ello, date espacio.

Materialmente he ido simplificando cada vez más mi vida, pues llevo a mis espaldas 10 mudanzas en 15 años, quizá por eso me dedico a esto del cambio.

La complejidad en lo material suele ser reflejo de una complejidad más interna, de una vida con muchos recovecos, exceso de compromisos, proyectos, obligaciones, asuntos que cuando reflexionas con calma te llevan a esta conclusión: hacer más cosas no te hace más feliz.

Haz menos

Tu hiperactividad puede ser debida a un miedo atávico a sentirte solo, a sentirte no válido, a sentirte vacío, sin embargo es justamente ese no parar lo que te conduce hacia todos estos miedos.

Hacer menos es mi propósito para esta primavera, hacer menos para poder hacerlo más a gusto y más presente. Como soy así de experiencial, para llegar a esta conclusión tan minimalista primero he tenido que saturarme, desfondarme y preocuparme en exceso.

Gracias a eso ahora ya sé que he de liberarme de algunos asuntos personales, profesionales y en definitiva vitales que han cumplido su ciclo, que han tocado techo y que me impiden seguir avanzando a mi nuevo ritmo.

Define tu vida ideal

Identifica qué hay en tu vida que te aproxima a la vida que deseas llevar y qué hay que comienza a pesarte.

Nos han taladrado tanto últimamente con que hay que salir de la zona de confort, que hay peligro de pasarse al lado opuesto y creerte que la vida no puede ser cómoda.

Yo hoy me declaro amante de la vida cómoda. Para mi, una vida cómoda es una vida en la que tienes claros los conceptos, lo que quieres, el precio que estás dispuesto a pagar, el esfuerzo que estás dispuesto a hacer por conseguir tus metas, pero una vida en la que tienes tiempo para ti, para tu familia, para tu conexión con la Fuente. Porque la aventura del vivir pasa tan rápido…¡ya es de nuevo primavera!

En los últimos años he conseguido vivir fuera de la ciudad, ser mi propio jefe y trabajar en casa. La diferencia es notable. Para algunos esto sería un horror, pero lo importante no es la manera de vivir que tengas sino que sea tu propia manera de vivir.

Florece, florece con todo lo que eres y vive una vida sencilla porque, cuando mires atrás dentro de unos años, la oportunidad de saborear lo sencillo quizá ya haya pasado.Y aunque ahora te parezca difícil, simplificar siempre es sencillo, solo has de tomar decisiones.

No te invito a que te conviertas en un eremita, pero sí a que dediques tiempo a rebuscar en tu propio desván vital, poner orden y hacer limpieza: ‘Para disfrutar más de las cosas elijo hacer menos cosas.’

Manera 65 de conectarse a la Fuente: Simplifica tu vida

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