Aun con tus ojos abiertos es posible que estés inmerso en un profundo sueño, el sueño de identificarte con la materia donde todo tiene forma y color, donde solo crees que existe aquello que ves.

¿Y si lo que percibes con tus sentidos fuera una parte infinitesimal de lo que en realidad rige tu vida?

Hemos dado todo el poder a lo que vemos, olemos, tocamos o podemos oír, pero cada vez somos más humanos los que estamos percibiendo otro tipo de información mucho más sutil, invisible a los sentidos, mucho más amplia y que no tiene dueño porque es de todos.

El 95% de lo que rige tu mundo es energía invisible: pensamientos, emociones, intuiciones, intenciones. ¿A qué esperas para abrirte a esa otra realidad que es la que verdaderamente gobierna tu historia y la de la humanidad?

Eres vibración

Estás compuesto por un verdadero festival de vibraciones subatómicas. Si existiera un microscopio tal que te permitiera atravesarte y mirarte todo en uno, podrías ver que en esencia eres un baile de electrones, neutrones, protones, fotones, quarks, gluones y toda una serie de partículas inabarcablemente diminutas que te convierten en un ser transparente, de energía sutil, minúsculo y a la vez enorme.

Eres polvo de estrellas y así como estás inmerso en el universo infinito, el universo infinito está inmerso en ti.

Image by Julien Pacaud

Despertar es salir de la Caverna de Platón, dejar de poner foco en las sombras externas y encontrar en tu interior la verdadera naturaleza de la vida. Despertar es superar la maya, asomar la cabeza al otro lado del matrix y reconocer que como parte de la creación tú también posees el poder creador. Como parte de la Fuente, contienes las características primordiales de la Fuente universal de donde todo nace.

El caso es que gran parte de la humanidad prefiere seguir dormida pues despertar te obliga a responsabilizarte de tu vida. Es más sencillo que te digan lo que tienes que hacer, lo que tienes que consumir, lo que tienes que sentir e incluso lo que tienes que pensar y así seguir girando en la rueda hasta caer rendido, desaparecer y dejar paso a los que vienen detrás. Ciao!

¿Oyes el despertador de la vida?

Quizá necesites abrirte a otro tipo de información para reconocer que tu vida, que tu mundo, que la existencia es mucho más rica de lo que te han hecho creer.

Cada uno despierta de una manera y siempre en su momento, otros nunca despertarán, pero hoy las circunstancias son favorables al despertar colectivo, la información crece cada día de manera exponencial. Si consigues apaciguar el ruido que invade tu vida quizá alcances la frecuencia en la que escuches ese despertador.

Tu despertar, satori que le llaman los budistas zen, puede llegar por un profundo ejercicio de reflexión, aunque es la menor de las veces. También por una enfermedad, un shock, una pérdida, un despido, una profunda depresión… este suele ser el despertar más intenso. Quizá despiertes porque algo o alguien consiga inspirarte de tal manera que comiences a retirar vendas de tu mirada y te atrevas a cambiar esas creencias que te mantenían anclado en la visión estándar de la vida.

Despierta de esta hipnosis colectiva en la que estamos instalados, inicia un periodo de desintoxicación informativa, sal del serial de información densa y de baja vibración que todos los días te desayunas o cenas con el informativo, deja de consumir publicidad a toneladas.

Despertar significa volver a dirigir tu mirada interna hacia la naturaleza, a tu naturaleza y cambiar asfalto por mar, hormigón por hierba, pantalla por flor, dinero por piel.

Si cada ser humano descubriera el poder innato que habita en él, el sistema tal y como lo conocemos colapsaría. Pero llegará un momento en que quizá tendremos que elegir entre que colapse el sistema o colapse el planeta.

¿Cómo sé que sigo dormido?

No existe un despertar concreto, existe una serie de despertares que te hacen elevarte hacia una vibración más poderosa. Si sufres constantemente, si te has instalado en el dolor o en el malestar, si la queja es tu lenguaje habitual y el miedo tu emoción dominante, entonces te has creído el sueño, estás viviendo en el lado oscuro de la realidad.

Trata de anular tus sentidos, cerrar los ojos, buscar el silencio y sentir esa llamada a la paz que desde tu interior una fuerza invisible te está reclamando. Profundiza en esa sensación de vacío lleno de vida, de calor y compañía constante. Comenzarás a confiar en lo invisible, comenzarás a hacer caso a tu intuición, comenzarás a observar tus pensamientos y a gestionar tus emociones, verás más allá de tus ojos porque mirarás desde tu corazón.

Notarás cómo eres llevado de la mano, cómo todo encaja, a todo le encontrarás significado. Te tropiezas con las personas adecuadas en los momentos adecuados, tienes los conflictos necesarios para aprender una lección que necesitabas para evolucionar, encuentras el trabajo de tu vida, abandonas un trabajo al que ya no le vas a sacar provecho, aparece la persona con quien compartir el camino, aparece el maestro, te sientes conectado a la abundancia...

A medida que vayas elevando tu vibración energética irás ampliando tu sensibilidad a lo invisible, percibirás mensajes que te llegan de no se sabe muy bien donde, los sincronismos se ampliarán, te sentirás más ligero y sobre todo confiarás en que hay algo que no ves que te mantiene unido a todo lo demás y dejarás de temer, dejarás de temer porque sabrás que nunca, jamás, vas a estar solo.

Únicamente desde el centro de tu pecho puedes abrir la puerta a ese nuevo mundo que te está esperando. Entrénate en el sentir frente al pensar y poco a poco irás dejando de enfocarte en lo denso, lo pesado, lo burdo, lo superficial, para abrirte a percibir lo elevado, lo ligero, lo sutil, lo profundo.

El despertar no llegará si no estás abierto a una verdadera transformación personal.

Como no eres ni un santo ni un místico, ni falta que hace, de vez en cuando volverás a caer en el sueño, pero cada vez tus siestas serán más breves y menos profundas.

La vida son pequeños despertares, una buena dosis de amor y de confianza bien removidos y mezclados te van a permitir asomarte a realidades que jamás hubieras ni imaginado, realidades que te acercarán al significado de ser feliz. Manera 71 de conectarse a la Fuente: Despierta

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