Como ser creado tienes también la capacidad de crear, de crear con tus manos, con tus palabras, con tu intención, con tu imaginación, con tus acciones.

Ni te imaginas la de creativos que aún no han salido del armario, que no se atreven a reconocerse como tal por la confusión que gira en torno al concepto.

Ser creativo parece exclusivo de los artistas, los publicistas, los literatos, los arquitectos, los chefs. Sin embargo, y afortunadamente, el mundo está lleno de creativos cotidianos y anónimos, como aquellos que hacen piruetas para llegar a fin de mes, que estiran los euros en el supermercado para poder llenar el carro de manera imaginativa; aquellos que cuidan de su familia haciendo malabares para organizar su tiempo; esa enfermera que busca la manera de que te sientas lo más a gusto posible después de la operación; el mecánico que trata de buscar el modo de solucionar el desbarajuste en el motor de tu coche o el profesor que para explicar la Revolución Francesa te sumerge en una clase teatralizada.

Todos somos creativos, el problema es que quien no se da por aludido pierde esa confianza que necesita para atreverse a dar un paso en el aparente vacío de la creación.

Crear no es más que conseguir plasmar algo que antes visiblemente no estaba. Para mí, crear es conectar con una energía que te transmite información, es como bajarte un archivo del Dropbox. Ese archivo estaba en la nube pero ahora le facilitas el camino para que llegue a ti y poder emplear esos datos, en mi caso, para divulgarlos lo más lejos y lo más profundo posible.

Image by Julien Pacaud

El proceso creativo es un proceso no exento de sombras, de miedos, de desiertos.

No hay nada más angustiante que una crisis creativa cuando estás a punto de hacer una entrega publicitaria o necesitas encontrar una solución a un problema de producción en la empresa.

El lienzo en blanco es una de la primeras barreras para aquel que no tenga integrado el proceso creativo, pero lejos de ser el abismo de lo inabarcable has de verlo como el mapa de todas las posibilidades.

A mí me encanta el folio en blanco, digamos que me excita el documento de Word cuando ni siquiera tiene aún nombre y se llama Documento1.

Es uno de los mejores momentos, empezar a escribir, comenzar a poner hilo conductor a todos esos mensajes que se agolpan por mi cuerpo, que van tejiendo frases inconexas como aleteo de pájaros en plena migración.

Hace justo 2 años que escribo este blog y muchos me preguntáis cómo hago para encontrar siempre una nueva manera. La clave es no forzar, dejar que llegue, estar confiado, relajado, abierto y contemplativo ante lo que sucede en mi vida. Cualquier encuentro, cualquier desavenencia, cualquier recuerdo o una simple escena que detecto por la calle me despierta al tema que trataré esa semana. Después hay que dejar que la semilla se instaure en tu mente, darle espacio, darle tiempo y no molestarla, crear el ambiente adecuado para que vaya germinando y cuando el brote asoma, dejar que se extienda por el folio y vaya manchando de letras, párrafos y puntos, como una hiedra, el fondo del documento.

Create and Love

Crear es un acto de amor, yo que empleo como herramienta el lenguaje, observé desde bien niño que justamente las palabras son creadoras de realidades, que con la palabra puedes inspirar cambios, que son planteles que, en según qué condiciones, crecen verdes hacia el cielo transformando paisajes internos, nutriendo vidas diezmadas por la erosión, vidas áridas de sufrimiento, vidas extenuadas por la aceleración.

A la hora de crear, en nuestros tiempos, merodea uno de los grandes depredadores de la capacidad de conectar: la distracción. Vives rodeado de moscas y mosquitos informativos, interrupciones e inputs que te hacen perder la concentración cientos de veces, con el consiguiente esfuerzo que necesitas para volver a engancharte al flujo creativo.

La alegría de crear

Si tuviera que escoger el ingrediente básico de la creatividad diría que es el entusiasmo. Etimológicamente su origen es algo así como Dios en nosotros o rapto divino.

No hay creatividad sin gozo, sin la alegría que produce cuando la información en forma de frase, pincelada, trazo, flash de imagen te llega, te baja desde no se sabe bien dónde y se hace visible.

Las ideas, la inspiración, solo hay que saber buscarlas y para tener inspiración has de emplear el código correcto: relajarte, pedir, esperar y empezar.

El mensaje siempre llega, tarde o temprano, eso sí, como decía Picasso, la inspiración ha de pillarte trabajando.

El proceso de crear es muy similar al proceso de dar vida. Dos semillas microscópicas se unen en un momento dado, en un lugar concreto, con condiciones favorables y se produce el choque de luz que hace emerger, aparentemente de la nada, todo un nuevo universo que se transforma en un bebé, en un libro, en un post, un cuadro, una campaña de publicidad, un plato exquisito, un edificio, una clase magistral, un descubrimiento científico o la solución a una avería en el coche.

Nadie tiene el monopolio de la creatividad, simplemente los hay que tenemos más facilidad para conectar porque confiamos, es más, sabemos que la información está ahí para nosotros en el gran hipermercado cósmico, esperando a ser captada, filtrada, amasada y puesta a disposición de los demás en miríadas de maneras diferentes.

La relación con las musas se entrena, como el salto de pértiga o la petanca. Cuanto más años dándole a la creación, mejor sabrás seducir a las musas para que te susurren al oído lo que estás esperando escuchar.

La soledad del creador

Quienes creamos, por lo general, necesitamos aislarnos, desasirnos de la corriente de la vida por unos instantes para engancharnos al flujo de información, con el consiguiente peligro de incomprensión por parte del entorno.

Creer y Crear solo están a una letra de distancia. Para ser más creativo has de creer que ya lo eres y lanzarte a crear. Manera 87 de conectarse a la Fuente: Crea.

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