La sanidad pública en nuestro país, sin lugar a dudas, es una de las mejores del mundo. Es una sanidad universal, muy humana y sobre todo, rodeada de profesionales sanitarios muy preparados, que hacen que la enfermedad sea más llevadera, cuando llega y los pacientes se sientan muy seguros con las personas que se ponen al mando, para curar la dolencia que padecen.

Con todas las trabas políticas y de ajustes económicos que pretenden deteriorar el enfoque de esta sanidad pública, no van a conseguirlo. Ya que hay muchos colectivos implicados en este sector, médicos, enfermeros, auxiliares sanitarios de todo tipo, personal administrativo, etcétera. Es posible que en algunos hospitales públicos, la gestión del mismo, deje bastante que desear. El enfoque que se debe dar es sencillo, gestionar mejor los recursos materiales y humanos, con los presupuestos suficientes y ajustarlos cuando sea necesario.

Está claro, que ha costado muchos años que nuestro sistema sanitario, sea uno de los mejores del mundo, envidiado por muchos países de nuestro entorno. También es cierto, que se ha abusado mucho de todos sus recursos, sobre todo, en el tema de medicación sin control. Aunque este asunto en la actualidad está totalmente controlado. Y aunque es una opinión personal, un servidor está muy contento con la sanidad pública, ya que, cuando a una persona le diagnostican una enfermedad grave (cáncer) como por desgracia es mi caso, la dolencia está muy bien controlada por los facultativos y personal sanitario, poniendo a disposición del paciente, todos los medios humanos, materiales y de diagnóstico necesarios, para que su enfermedad sea controlada o curada.

Es un hecho, que en paralelo existe la sanidad privada, pero es para sectores de la población, que se pueden permitir el pagar un seguro de salud privado, con una Aseguradora o costeárselo personalmente de su bolsillo.

La sanidad privada en nuestro país también funciona muy bien, pero por desgracia, no está al alcance de todos los ciudadanos y esta situación está todavía más agravada, por la grave crisis económica, que atraviesa en la actualidad nuestro país.

La sanidad pública es patrimonio de todos y debemos cuidarla para que perdure en el tiempo. Y si hay que controlar mejor los recursos, que lo hagan, pero sin perjudicar en la calidad del servicio a los pacientes y sin retroceder en lo ya conseguido, después de muchos años de esfuerzo.