La ciudadanía española está totalmente desencantada de la clase política. Y cada día que pasa, más. Está claro, que muchos políticos eran y son, unos sinvergüenzas y unos corruptos, que aprovechándose del mandato del pueblo en las urnas, solo han hecho que medrar y robar todo lo que han podido y más. En la época de bonanza de multitud de subvenciones de la Unión Europea, cuando recibíamos más que dábamos. Así daba gusto, millones de euros, para gastar sin ningún escrúpulo. Todo el mundo metiendo la mano en el cajón, para sacarse su buena tajada. Pero la desgracia, es que ha sido a todos los niveles, nacional, autonómico local. La verdad es que este hecho no tiene parangón y es totalmente despreciable.

Ahora con uno de tantos casos de corrupción y presunta financiación ilegal de los partidos políticos. El caso Bárcenas que está revolucionando la vida política y social española. Un caso que de confirmarse, puede llevar al traste con el Ejecutivo de Mariano Rajoy, aunque de todos modos ya está en la picota, lo que aprovecha como si fuera un lince, la oposición de Rubalcaba (PSOE) para pedir todo tipo de explicaciones e incluso con intención de propiciar una moción de censura al gobierno, que resultaría fallida, ya que el PP, tiene la mayoría absoluta en el Parlamento de la nación.

Como pueden ser tan hipócritas los políticos y los partidos que los sustentan, de uno u otro signo, este hecho es insignificante, es simplemente teatro, para justificar su papel de oposición. Está claro, que parte de la clase política española es corrupta y debiera salir de la Instituciones inmediatamente. Está claro, que la ciudadanía en general estamos más que hartos, de ver como se pelean, como roban a diario y como no arreglan en absoluto la situación social, que en estos momentos es dramática a todos los niveles. Habiendo más de seis millones de compatriotas rozando el nivel de la pobreza más absoluta y sin que nadie alivie o remedie su situación actual.

Este país no hay por donde cogerlo, está muy mal. Nuestros políticos son mediocres e incapacitados, para resolver un problema de estas dimensiones sociales y económicas. Solo piensan, en quien va a mandar, no en quien va a gobernar y administrar honradamente este reino. La Monarquía española, en medio, perdiendo cada día que pasa credibilidad y respecto, debido al caso del yerno del Rey, Urdangarin, otro sinvergüenza, que aprovechando su situación privilegiada, lo único que ha hecho presuntamente es enriquecerse personalmente, como si no tuviera para vivir holgadamente.

Y está es la cruda realidad del reino de España, un país en decadencia, un país de miseria, un país en el que parte de su ciudadanía, sobre todo, los jóvenes emigran para buscar nuevas vías de supervivencia. Un país donde estamos perdiendo incluso la moral y la ilusión. Un país donde, hay culpables de la situación en la que nos encontramos, aunque no quieran reconocerlo. O sea, un país que como no se renueve por completo, la clase política que nos gobierna y dejen pasar a los jóvenes, seguiremos estando en la mierda y el fango, en el que nos encontramos, durante muchos años.