.....en la conversación, salta la pregunta. Pero ¿que es el horror?. Las imágenes se ponen encima de la mesa. Tres soldados con sendos perros acorralan a sus presas, una mujer tapada, aguantando a su hijo en brazos. Mordida, golpeada. En menos de un minuto serán devorados por las bestias. Es leviatán detrás de un fusil de asalto, detrás de una orden de parte diario, detrás de una guerra, detrás de un despacho, detrás de un cigarro habano fumado tranquilamente antes de sancionar el pánico. También es la cabeza de juán en una bandeja llevada por salomé, una bandeja de plata llena de vasos de vodka fría. El horror es el relincho de un caballo picassiano, un caballo herido en la grupa por la viruta de las explosiones. Las sirenas en la noche helada de enero crepuscular. La conversación asevera con hechos la cuestión. Entièndalo, ¿que es el horror?, y sin más, harto de alcohol, se corta la carótida en el griterío tertuliano. Sangre y pulsión, carreras y toses.