¿Qué le pasa al cuerpo cuando llevas una dieta vegetariana?

Conoce los pros y los contras de este tipo de alimentación

Rafael Sardiña

La dieta vegetariana es aquella que no incluye ni carne ni pescado. Sin embargo, también podemos diferenciar la vegana (ningún alimento de procedencia animal), ovolactovegetarianos (sí consumen lácteos y huevos) y flexitarianos (incluyen en su dieta carne y pescado de forma ocasional).

Según datos de la Unión Vegetariana Española, en 2018 un millón de españoles se declaraba vegetariano.

Esta cifra ha aumento notablemente en los últimos años, de acuerdo a los datos de la consultora Lantern, que estima que casi 4 millones tiene una alimentación principalmente vegetal. Esto significa que, sobre todo, son flexitarianos: su dieta se basa en frutas y verduras y, ocasionalmente, consumen carne y pescado.

¿Sabes de dónde viene la palabra vegetarianismo?

Es un vocablo que nació en el año 1842 de la mano de los fundadores de la Asociación Vegetariana Británica. Esta palabra deriva del vocablo latino vegetus, que significa sano y vivaz. Aunque anteriormente hemos señalado los tres tipos más comunes de dieta vegetariana, también se pueden diferenciar más.

¿Qué beneficios tiene una dieta vegetariana?

El consumo de carne está en continuo descenso desde el año 2012. Durante el 2018, los españoles consumimos 2.114,78 millones de kilos. En concreto, esta cifra supone una bajada de 2,6% con respecto al año anterior.

Según expertos, el consumo de carne roja, como ternera, cerdo, cordero o venado, puede aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, diabetes o cáncer.

En octubre de 2015, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un estudio que alerta que una dieta basada en este tipo de carne era «probablemente carcinogénica para los seres humanos».  El consumo excesivo de carne roja, por tanto, es un factor de riesgo de padecer cáncer.

Así, aquellos que mantienen una dieta vegetariana tienen menor probabilidades de padecer enfermedades cardiacas, como, por ejemplo, los frutos secos, que protegen el corazón. Las legumbres, cereales integrales y semillas, por otro lado, reducen los niveles de colesterol.

Una alimentación basada en frutas y verduras aporta un gran porcentaje de fibra, vitaminas y minerales, pero, ¿tiene algún riesgo para nuestra salud evitar el consumo de carne, pescado, lácteos o huevos?

La dieta vegetariana: no exenta de riesgos

Como en cualquier tipo de dieta, como la mediterránea, debe ser equilibrada para garantizar el suficiente aporte de vitaminas, minerales o fibra.

Los mayores riesgos son los niveles insuficientes de vitamina D, de omega-3 y vitamina B12. La deficiencia de este último nutriente puede provocar anemia, trastornos neuropsiquiátricos y alteración de la función cognitiva.

Obtenemos la vitamina B12 de alimentos como el pescado, la carne, las almejas o el hígado de res, por lo que aquellos que priorizan una dieta sin alimentos de origen animal tienen que recurrir a los suplementos.

Por ello, antes de recurrir a este suplemento, es importante consultar con nuestro médico de cabecera, para que nos recomiende qué forma de vitamina B12 es mejor y cada cuánto tomarla. Y, es que, se puede optar por suplementarnos una vez al día (25-100 microgramos), 2.000 microgramos a la semana o uno de 1.000 2 veces por semana.

En definitiva, si optamos por una dieta vegetariana, ya sea en cualquier de los tipos de alimentación, tiene que basarse en productos no procesados.

El consumo de bollería, refrescos u otros platos (aunque sean veganos) son igual de perjudiciales para nuestra salud por el azúcar o las grasas saturadas.