Los residentes extranjeros se han multiplicado por ocho en un cuarto de siglo

Una sexta parte de la población es foránea, proporción que se eleva a más de un tercio en la Vega Baja y la Marina Alta

los ilicitanos recibieron con entusiasmo en 2019 la celebración del nuevo año por parte de la comunidad china de la ciudad.

los ilicitanos recibieron con entusiasmo en 2019 la celebración del nuevo año por parte de la comunidad china de la ciudad. / Matías Segarra

Rafel Montaner

La población extranjera residente en la Comunidad Valenciana se ha multiplicado por 8 en un cuarto de siglo, pasando de 102.000 personas en 1998 a rozar las 785.000 en 2022, según las últimas cifras definitivas ofrecidas por el Instituto Nacional de Estadística (INE). En 2022 uno de cada seis habitantes del territorio valenciano (el 15,4 %) tenía pasaporte extranjero cuando en 1998 apenas suponía el 2,5 por ciento.

El proceso de transformación hacia una sociedad mucho más diversa experimentado durante las dos primeras décadas del siglo XXI se plasma en el hecho de que en el millón de habitantes que ha ganado la Comunitat Valenciana entre 1998 y 2022, seis de cada diez son extranjeros. Más de 682.000 personas.

La llegada de población extranjera durante el inicio de este tercer milenio tiene tres fases diferenciadas. Una primera ligada al crecimiento económico de gran parte de la primera década del siglo, que se frenó en seco con la crisis de 2008. Hasta el crack de la locomotora de la construcción que tiraba del tren de la prosperidad valenciana, la Comunidad era una tierra de promisión para los flujos migratorios del exterior. Así, entre 2001 y 2007 llegaron cerca de 700.000 extranjeros, alcanzando la población foránea su punto álgido el 1 de enero de 2010 con 894.000 personas, el 17,5% de la población valenciana.

A partir de ese momento, el impacto sobre el empleo de la larga crisis económica se tradujo en la reducción de la población extranjera en más de un cuarto de millón de personas entre 2011 y 2017, llegando a encadenar seis años de números rojos. Es decir, en los que se marcharon más extranjeros de los que llegaron.

En alza desde 2018

La senda ascendente en el incremento de población foránea se retomó en 2018 y, salvo en 2020 por el impacto de la pandemia mundial de la covid-19, mantiene un ritmo creciente. Entre 2018 y 2022 han aumentado en más de 142.000 los extranjeros residentes en la Comunidad Valenciana. Este crecimiento ha hecho que la proporción de residentes no españoles sobre el total de habitantes recuperase en 2022 el nivel previo al estallido de la burbuja inmobiliaria.

Por provincias, Alicante concentra el mayor número de extranjeros con cerca de 389.000, uno de cada cinco de los habitantes de esta demarcación. Entre 1998 y 2022 la población foránea residente en tierras alicantinas se ha cuadruplicado, pues al inicio del periodo era de unas 75.700 personas. La llegada de extranjeros es la principal responsable de que esta provincia haya ganado más de medio millón de habitantes en 24 años, ya que seis de cada 10 de los nuevos residentes no tienen la nacionalidad española (313.000 personas)

En Castellón aún ha sido mayor el impacto de la llegada de extranjeros en el aumento del número de habitantes. El padrón de esta provincia creció en unos 129.000 vecinos entre 1998 y 2022, siete de cada 10 de ellos extranjeros (84.000 personas). La población foránea residente en Castellón se ha multiplicado por 12 en 24 años, al pasar de poco más de 6.800 personas a cerca de 91.000, con lo que uno de cada seis habitantes de esta provincia es extranjero.

En Valencia es donde más se ha disparado la población extranjera, que en 24 años se ha multiplicado por 15 al pasar de poco más de 19.500 personas a rozar las 304.800. Esto significa que el peso de los extranjeros en el padrón ya supone uno de cada 10 habitantes mientras que a principios de siglo era irrelevante al no llegar al 1 % del censo. Durante estas dos décadas la provincia de Valencia ha ganado cerca de 433.000 habitantes, de los cuales siete de cada 10 son extranjeros (más de 285.000 personas).

La distribución territorial de la población extranjera es muy desigual. Más de la mitad de foráneos se concentran en la ciudad de València y en las comarcas de la Vega Baja, l’Alacantí y la Marina Alta y Baixa. Mientras que 13 comarcas del interior apenas suman en total un 3 % de la población extranjera y son también las más envejecidas. Son l’Alt Vinalopó y el Comtat, en Alicante; la Canal de Navarrés, el Valle de Cofrentes-Ayora, la Plana de Utiel-Requena, la Hoya de Buñol, los Serranos y el Rincón de Ademuz, en Valencia; y en Castellón el Alto Palancia, el Alto Mijares, l’Alcalatén y els Ports.

Las comarcas donde más importancia adquieren las colonias extranjeras sobre el total de la población son la Marina Alta y la Vega Baja, donde más de un tercio de sus habitantes no son españoles (más del 35 % en ambos casos). Le siguen Marina Baixa, donde tres de cada 10 vecinos son extranjeros y el Baix Maestrat, donde más de una quinta parte de su población es foránea.

Comarcas con menos foráneos

Por contra, hay 9 comarcas donde el porcentaje de población extranjera es inferior a uno de cada diez habitantes: la Costera, el Camp de Túria, la Plana de Utiel Requena, el Valle de Cofrentes-Ayora, en Valencia; l’Alcoià y el Vinalopó Mitjà y el Alto Vinalopó, en Alicante; y en Castellón l’Alcalatén y el Alto Mijares, comarca esta última donde menos del 7 % de la población es extranjera.

La colonias extranjeras más numerosas en 2022 eran la rumana, con 98.300 habitantes; seguida de la marroquí, con unas 91.400 personas; y la británica, con 87.700 residentes. Estas tres nacionalidades suman un tercio de los foráneos.

Los rumanos son el mayor grupo extranjero en 16 comarcas. Uno de cada tres de los rumanos residentes en tierras valencianas vive en la Plana Alta o en la Plana Baixa, pues ambas demarcaciones concentran a cerca de 30.900 de los 98.300 rumanos empadronados en el territorio autonómico. De hecho, la rumana es la principal colonia extranjera en 7 de las 8 comarcas castellonenses (en todas menos el Baix Maestrat). Incluso en cuatro de estas comarcas la mitad o más de los extranjeros son de esta nacionalidad. Se trata de la Plana Alta, el Alto Mijares, l’Alt Maestrat y els Ports. La población rumana se ha multiplicado por cuatro entre 2003 y 2022 al aumentar en más de 70.300 personas.

La población marroquí se ha triplicado en 20 años. Ha aumentado en 61.300 personas y ya roza los 91.400 habitantes. Los marroquíes son la principal colonia extranjera en 8 comarcas: en el Baix Maestrat, en Castellón; en Alicante en el Baix Vinalopó y l’Alt Vinalopó, l’Alcoià y el Comtat, comarca está última en la que la mitad de los extranjeros son marroquíes; en Valencia, las comarcas donde la marroquí es la principal colonia extranjera son la Ribera Alta, la Safor y el Rincón de Ademuz. Casi uno de cada cuatro de los marroquíes afincados en territorio valenciano vive en la Vega Baja, donde sin embargo la mayoría de extranjeros son británicos.

La tercera colonia extranjera en importancia es la británica, que se concentra básicamente en tres comarcas: la Vega Baja, la Marina Alta y la Marina Baixa. En ellas residen unos 66.200 británicos, tres de cada cuatro de los 87.700 ciudadanos del Reino Unido afincados en la Comunidad. Este grupo ha crecido en 30.000 personas, un 52 %, en dos décadas. Los británicos son el principal grupo de extranjeros en 5 comarcas: cuatro alicantinas, las tres ya citadas más el Vinalopó Mitjà; y ya en Valencia, en el Valle de Cofrentes-Ayora, donde son 4 de cada 10 extranjeros.

El Cap i Casal, la pequeña Italia

Estas tres nacionalidades lideran los grupos de población extranjera más numerosos en casi todo el territorio valenciano. La excepción es la ciudad de València, donde los italianos son la principal colonia, y l’Alacantí, donde el mayor grupo foráneo es el argelino, y la Canal de Navarrés y la Costera, donde la colonia búlgara es la más representativa. En la Canal, casi la mitad de extranjeros son búlgaros, mientras que en la Costera son un tercio de los foráneos. La cuarta colonia más grande por volumen de residentes es la colombiana, con unas 50.000 personas. Este grupo creció entre 2002 y 2023 en 14.500 personas (un 41 % más). Uno de cada tres colombianos viven en València o en l’Horta Sud.

La colonia china se cuadruplica

La colonia italiana, la quinta más numerosa, se ha cuadruplicado en 20 años y ya suma más de 33.300 personas. Uno de cada tres nacionales del país transalpino reside en València. También se ha multiplicado por cuatro la población china, que ya es la sexta colonia más grande con casi 26.000 personas, de las que 4 de cada 10 viven en València y l’Horta Sud.

Del resto de colonias extranjeras más grandes, las que presentan un mayor crecimiento son la venezolana, que se ha multiplicado por 12, y la paquistaní, que se ha multiplicado por 9. Con casi 23.800 personas, unas 21.900 más que en 2003, los venezolanos son el décimo grupo extranjero más numeroso. La colonia paquistaní ha pasado en 20 años de unas 1.800 personas a cerca de 15.400.

No obstante, las últimas estadísticas del INE con el detalle municipal de la población por nacionalidad son de 1 de enero de 2022 y, por tanto, no muestran el impacto de la Guerra de Ucrania que estalló un mes después. Hasta entonces, la colonia ucraniana sumaba 22.300 personas, más del doble que 20 años antes. Era el undécimo grupo extranjero más numeroso, ligeramente por debajo del ruso. Este último era de unas 23.800 personas, casi cuatro veces más que a principio de siglo. Tanto rusos como ucranianos se concentran principalmente en la Vega Baja y l’Alacantí, donde reside uno de cada tres de los nacionales de ambos países.