Las pruebas genéticas realizadas en Estados Unidos han confirmado que los restos óseos hallados el año pasado en los Urales pertenecen a dos de los hijos del último zar, Nicolás II, según informó ayer el gobernador de la región de Sverdlovsk, Eduard Rossel. "Ahora, por fin, hemos encontrado a toda la familia real", dijo Rossel en una conferencia de prensa en Yekaterimburgo, capital de esa región de los Urales y ciudad donde el último zar ruso fue asesinado por los bolcheviques en 1918 junto a toda su familia.

Las pruebas realizadas en EE UU confirman las conclusiones de los expertos rusos, que ya en agosto del año 2007, un mes después del hallazgo de los últimos restos, declararon que las osamentas pertenecían al zarévich Alexéi y la gran princesa María. Además de trozos de huesos de diferentes tamaños, los arqueólogos encontraron en el mismo lugar dientes, balas de distinto calibre y trozos de cerámica, entre otros objetos.