El órgano de la Basílica de Santa María se ha erigido como uno de los más antiguos de la Comunidad Valenciana, fechado en el siglo XVIII, y como el único ejemplar que se conserva realizado por Matías Salanova, el más importante maestro organero de la historia. Ello lo convierte en un valioso ejemplar y, por ello, la Dirección General de Patrimonio de la Generalitat Valenciana ha dado luz verde a la restauración de esta pieza.

La intervención total, para la que el templo busca ahora financiación (396.648 euros), incluye tanto la recuperación del instrumento, con un coste de 242.208 euros y un tiempo estimado de algo más de dos años, y la de la caja y balcón, cuyo presupuesto es de 154.440 euros y cinco meses de trabajo.

El proyecto, que incluye un informe histórico realizado por el catedrático Vicent Ros i Pérez, se presentó hace un año y ahora Patrimonio ha decidido autorizar esta intervención, según las directrices marcadas por la empresa Berenguer & Díaz, para la restauración del instrumento, y de Mogart, en lo referente a la caja.

Enrique Llopis, encargado de la Comisión de Cultura de la Basílica de Santa María, destacó que las primeras actuaciones sobre el órgano se realizaron hace año y medio, con financiación de la propia parroquia, en lo referente a elementos externos, como el antiguo motor y la acometida eléctrica. A partir de ahí se comenzó a elaborar el proyecto.

La propuesta define como "pésimo" el estado de conservación del instrumento, albergado en una "excepcional" caja renacentista de 1591, con elementos barrocos añadidos en el siglo XVII. Esta pieza presenta daños por carcoma y ausencia de la tubería original, además de la desaparición de lengüetería.

Respecto a la caja, es una de las dos únicas que se conservan en la Comunidad Valenciana y la única que está policromada. También presenta un gran deterioro, especialmente por la pérdida de colorido y la carcoma.

Recuperación

de una gárgola desprendida

La próxima actuación que se llevará a cabo en la Basílica de Santa María de Alicante es la restauración de una gárgola que se desprendió de una de las piedras que la sustentan. Se trata de una pieza que sujeta uno de los tres elementos que vierten el agua sobre la bóveda central del templo, por lo que no hay peligro de que caiga a la calle. La actuación consiste en el cambio del sillar que se ha resquebrajado, así como el de los tres que lo sustentan. El desprendimiento se produjo el pasado verano y tanto el jefe de Bomberos como el arquitecto municipal recomendaron el cambio de la pieza debido al mal estado en que se encontraba.