Con la excepción de la María Elena de Woody Allen, «que no paraba de sufrir», Penélope Cruz nunca había hecho comedia en EE UU, pero a partir de ahora espera poder repetir. «Zoolander me ha abierto la puerta a la comedia americana», señaló ayer la actriz en una entrevista con varios medios.

«No me parece un género nada fácil, aunque lo estaba deseando, y tengo muchas ganas de hacer más», añadió durante la promoción de la segunda entrega de Zoolander, un filme producido, escrito y dirigido por Ben Stiller que parodia la superficialidad del mundo de la moda y que se estrena el próximo 12 de febrero.

Cuando se estrenó en 2001, sólo unas semanas después del 11-S, no funcionó demasiado bien en taquilla, pero con los años Zoolander se convirtió en una comedia de culto, por lo que Stiller decidió darle una nueva oportunidad.

A unos días de que Zoolander 2 llegue a las pantallas de todo el mundo, el propio Stiller, junto con su «familia cinematográfica», Owen Wilson y Will Ferrell, y su nuevo fichaje estrella, Penélope Cruz, están inmersos en una gira de presentación que ayer recaló en Madrid. «Al principio fue extraño volver a esos personajes, pero después de un año y medio trabajando en ellos -junto a Justin Theroux como coguionista- empecé a sentirlos como algo natural y confortable», señaló Stiller.

En estos quince años, desde que el descerebrado modelo Derek Zoolander se hizo famoso por sus miradas de pose Blue Steel o Magnum, el mundo de la moda ha cambiado mucho y tanto él como su colega Hansel (Owen Wilson) se han quedado algo desfasados.

Y eso que su personaje fue todo «un precursor» del estallido de vanidad que se ha producido con la extensión de las redes sociales.