Santiago Segura quería ser actor pero desde el principio tuvo claro que no podía sentarse a esperar a que sonara el teléfono. Su primer corto, Relatos de medianoche (1989), lo dirigió y protagonizó él mismo, marcando una senda polifacética, por la que ayer recibió la Medalla de Oro de la Academia de Cine. «Yo lo que quiero es un Óscar, como Yvonne (Blake)», señaló con su característica ironía el actor, productor, guionista y director de la saga Torrente, tras recibir esta distinción de manos de la presidenta de esta entidad.

«Me siento orgulloso de poder vivir de esto», añadió el ganador de tres Goya (Madrid, 1965) al recordar que, cuando tenía 14 años y veía los homenajes que el American Film Institute rendía a estrellas como Billy Wilder o Martin Scorsese, soñaba con llegar a vivir algo así algún día. Con este premio, otorgado por unanimidad de la junta directiva cuando aún la presidía Antonio Resines, la Academia reconoce en particular su dedicación a la comedia, un género que en opinión de Segura sigue siendo víctima de prejuicios que impiden que por ejemplo se lleve premios al mejor guión.

No obstante, dice que para él no hay mejor reconocimiento que el del público llenando las salas y en ese sentido tiene razones sobradas para la satisfacción. La primera entrega de Torrente (1998), su ópera prima, marcó un hito al convertirse en la película más taquillera de la historia de España hasta ese año, además de hacerle ganar el Goya al mejor director novel. Su policía corrupto y sin escrúpulos caló entre el público y las sucesivas secuelas, hasta la quinta, estrenada en 2014, siguieron batiendo récords.

Segura ha respondido con evasivas a la pregunta de si habrá un Torrente 6 y ha afirmado que depende de Trump. «Si se acaba el mundo no la haré». De momento, aparte del estreno la próxima semana de La reina de España, sus proyectos como actor pasan por América Latina. Acaba de rodar en Brasil la primera serie en español de la cadena Globo, Supermax, junto a Cecilia Roth.

Segura criticó una vez más el elevado IVA cultural: «No es de recibo pagar el mismo IVA por un Ferrari que por ver una obra de Calderón de la Barca». Y en cuanto a las ayudas al cine, desbloqueadas ayer por el Gobierno, volvió a pedir ayer que se destierre esa idea de que el cine sólo funciona con ayudas.