Autor de una de las obras maestras del género histórico en España del siglo XIX -el Fusilamiento de Torrijos y y sus compañeros en las playas de Málaga (1888), con el que el Museo del Prado celebró recientemente el 150 aniversario de la nacionalización de las colecciones reales- el pintor Antonio Gisbert (Alcoy, 1834 - París, 1901) es mucho más que el pintor de un gran cuadro. Y así lo ha querido mostrar en la nueva biografía sobre el artista alcoyano Luis Alberto Pérez Velarde, profesor y doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense en Madrid, que se fijó en Gisbert para su tesis y ahora, en forma de libro, lo edita Doce Calles.

El pintor Antonio Gisbert (1834-1901) es la publicación más actualizada sobre la obra y vida de un artista que, además de ser director del Prado entre 1868 y 1873, tiene cuadros colgados en el Congreso de los Diputados (Los comuneros de Castilla), en el Senado (Desembarco de los puritanos en América) o en la Historical Society de Nueva York (Lección de Historia Natural), además de otros muchos guardados o colgados en colecciones particulares.

Visión completa

El libro de Pérez Velarde «ofrece una visión muy completa del pintor porque en el catálogo se incluyen 169 obras, entre obras y menciones de obras. Es habitual que a los pintores del siglo XIX, que están muy olvidados, se les conozca solo por dos o tres pinturas, pero en el caso de Gisbert hay muchas más, sobre todo en colecciones privadas, instituciones o museos, que no han sido expuestas nunca. Y aunque ésta sea la versión más actualizada, no significa que no puedan seguir apareciendo nuevos cuadros», explica el autor, que incluye novedades biográficas y sitúa al pintor español en el panorama artístico de su tiempo, desde sus inicios en Alcoy hasta su formación en Madrid y Roma y su exilio en París.

Su obra y su biografía van ligadas «por esa ideología liberal de Gisbert, que hacía que retratase a caballeros como Prim o al propio rey Amadeo de Saboya. Es una época política muy marcada y Gisbert se posiciona del lado liberal a través de su producción» en la pintura de historia, apunta el historiador, quien subraya también «sus retratos, la pintura religiosa en sus inicios en Alcoy, no muy común en el siglo XIX,o la preciosista del género de casacón, la pintura galante de moda en Francia y que influye en su obra con composiciones muy vendibles».

Entre las novedades, Pérez Velarde destaca las obras desconocidas procedentes de colecciones privadas, especialmente en Alcoy, «donde me abrieron sus casas para ver pinturas que poca gente conoce, sobre todo retratos importantes de los inicios del pintor», indica el autor, que afirma que «Alcoy estuvo siempre muy presente en Gisbert y en cada viaje aprovechaba para retratar a esa burguesía alcoyana incipiente».

Otra parte que sobresale del libro son los dibujos inéditos de Gisbert, «muy importantes porque son la primera impresión del artista, donde se encuentra con esos trazos sueltos al componer sus pinturas y que vemos aplicados en sus retratos». Entre grabados y dibujos se recogen en la publicación cerca de medio centenar de ellos.

Domicilios y esquelas

También entre los datos biográficos el investigador ha encontrado sus domicilios en Madrid, donde fue a estudiar de joven en las clases de José y Federico de Madrazo, así como en sus talleres de París «donde pintó El fusilamiento de Torrijos, que le llevó alrededor de dos años» o incluso la esquela de su muerte, «que me dio la pista para encontrar su tumba en París, que se creía estaba en el cementerio del Père-Lachaise y estaba en el de Batignolles»

El libro, «muy necesario para un pintor excepcional como Gisbert», se presenta el próximo 27 de noviembre en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, donde estudió el alcoyano, y llegará posteriormente a Alicante, «donde también se expondrá La muerte del príncipe Don Carlos, que desde Roma le abrió las puertas al éxito en la pintura de historia y que se conservaba en el Escorial», indica el investigador.