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Entrevista

Ana Curra: «El trap se parece mogollón al punk»

Hace unos años reapareció para reivindicar su pasado. Ahora la música y compositora presenta su nuevo EP, Huaca

Ana Curra: «El trap se parece mogollón al punk» esther naval

¿Qué sombra es más alargada, la de Eduardo Benavente o la de Alaska?

Para mí no son sombras, porque no me apesadumbran. Pero sí es verdad que mucha gente me juzga a partir de ellos. Están los que me comparan con Alaska y dicen que soy la perdedora, y los que me comparan con Eduardo para decir que no canto como él. Pero el problema no es mío, es del resto. Me siento muy orgullosa de haber estado con los dos, para mí ha sido un honor.

Usted tardó mucho en reivindicar esa etapa. ¿Por qué?

Porque era un recuerdo doloroso. Mucha gente había reivindicado a Parálisis y faltaba yo, pero yo quería hacerlo con vigor, con actualidad, mejorándolo, sin ningún lamento. Ahora, cuando revisamos este disco en directo, tiene más vigor.

¿La música española de los 80 sufre de nostalgia?

Sí, hay mucho tributo, mucho intento incluso de repetir el sonido de aquella época. Pero yo soy totalmente opuesta a la nostalgia, la considero enfermiza. Una cosa es que reivindiques tu historia y otra imitar lo que has hecho. Para mí sería absurdo imitar el sonido de Parálisis, entre otras cosas porque Eduardo está muerto.

¿La Movida murió de éxito?

Hay una movida absolutamente genuina, nacida de un modo espontáneo, sin ningún ánimo de futuro, que es la interesante y que llega hasta 1983. En esta Movida hay una serie de grupos que por falta de medios y de infraestructuras salen con un sonido muy propio y muy personal. Ahí tienes a Derribos Arias, Parálisis Permanente, Alaska y Los Pegamoides, Radio Futura, Décima Víctima, Desechables? Luego llegó la Movida institucional, cuando se dan cuenta de que esto está funcionando y empieza a ser absorbido por multinacionales e instituciones.

A usted la querían reciclar como una Madonna española.

Fue esa época en la que las multinacionales nos fagocitaron y en lugar de creer en ti, en tu personalidad y criterio, te hacían imitar a alguien que ya estaba triunfando. Yo no entendía nada, les decía que yo era mejor que Madonna, que no necesitaba imitarla. Luego Madonna ha llegado a donde ha llegado y yo no he llegado a ningún sitio.

¿Qué atrajo del punk a una estudiante de conservatorio como usted (ahora es profesora)?

Cualquier persona en plena juventud tiene la obligación de vivir el momento actual. Yo venía del lenguaje de la música clásica en el que me había metido mi madre de pequeñita, pero en los conservatorios no vivías la visceralidad y la espontaneidad de tu tiempo y yo tenía hambre de eso.

¿Trap y reguetón se han comido al rock?

Es otro momento porque las herramientas son otras. Los ordenadores y la posibilidad de que todo el mundo pueda crear en su casa con los sampler y los programas musicales ha dado opción a mucha gente joven. Es igual que ocurría con el punk y por eso el trap se parece mogollón al punk, y dentro de él vemos cosas con criterio, y otras que al segundo día de salir ya han sido fagocitadas.

¿Cómo le han influido las drogas?

Mucho. He probado todos esos paraísos artificiales, los he vivido, y he aprendido y sacado cosas tanto cuando los disfrutas como cuando te toca pagar la factura. Todo eso ha formado parte de mi historia y, por lo tanto, de mi música.

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