Corría el año 1955 cuando una joven arqueóloga sueca, Solveig Nordström, llegaba a Alicante atraída por los yacimientos iberos del Levante español. Y aquí se quedó. Se instaló en Benidorm y ahí hizo su vida hasta que el pasado lunes falleció a los 97 años.

Erudita, políglota (hablaba 14 idiomas) y traductora, su nombre aparece en los libros porque en los años 60, mientras realizaba su tesis doctoral, logró parar las excavadoras que procedían a destrozar el yacimiento del Tossal de Manises en Alicante. Nordström avisó a la prensa internacional y consiguió impedir el avance de las maquinarias y con él, el de la especulación inmobiliaria que pretendía construir edificios sobre los restos de la antigua ciudad ibero-romana.

Con esta acción, la arqueóloga consiguió que el Estado adquiriese los terrenos y así evitar la especulación del espacio. Fue precisamente hace tres años, en 2017, cuando la propiedad se cedió a la Diputación Provincial, que es el organismo que lo gestiona, cuando Solveig Nordström visitó por última vez el yacimiento. Antes, en 2011, Alicante ya había dado su nombre a un parque ubicado cerca del Tossal de Manises. Y en 2016, las Hogueras le rindieron homenaje dedicándole un ninot.

La arqueóloga, que tenía mermada la capacidad auditiva desde pequeña, se mantuvo activa hasta el último momento, realizando traducciones y, lo último, escribiendo un artículo sobre la diosa Tanit que entregó unos días antes de fallecer.

Fue una de las pioneras en impartir clases de yoga en Benidorm, en una época en la que España vivía el franquismo y unas costumbres muy alejadas de su país natal, Suecia. También fue fundadora del Centro Espirita Ana Franco también en esa ciudad.

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig, mencionaba ayer la muerte de Nordström en su Twitter. «En Alicante he recibido esta triste noticia. Eterno agradecimiento. DEP».

Manuel Olcina, director del MARQ, museo del que depende el yacimiento de Lucentum, destacó que con la muerte de Nordström se va «la decana de los arqueólogos» de Alicante. «Hizo unos trabajos sobre cerámica decorada ibérica muy importantes y excavó en el poblado ibérico de San Fulgencio»

Olcina la define como «una adelantada para su época, una mujer muy valiente y muy avanzada, sobre todo en España». Como arqueóloga, estaba convencida de la presencia cartaginesa en la zona de Levante, «siguiendo la estela de su maestro en Alicante que fue Jose Lafuente Vidal». «La pena -afirma- es que se retiro pronto, pero dejó una obra importante».

«Lo que más le gustaba en la vida era el trabajo y así lo hizo hasta el último minuto», asegura su amiga y colaboradora Teresa Larrocha, que había estado con ella hace unos días para ayudarla con ese último artículo que no quiso dejar a medias..

Los restos mortales de Solveig Nordström se encuentran el Tanatorio de la Marina Baixa y el domingo, a las 20.30 horas, será incinerada en la estricta intimidad.