Cristina de Middel expuso hace siete años parte de su trabajo Afronautas en la sala alicantina L’Espai, ya desaparecida, y formó parte de la segunda edición de PhotoAlicante un año después, en 2015, dentro de la exposición colectiva Ciudad Elegida, compartida con otros fotógrafos de la provincia. Desde entonces hasta ahora, su trabajo ha sido frenético y sus logros numerosos: fue la primera española finalista en el prestigioso premio Deutsche Börse, ganó el Infinity Award del International Center of Photography de Nueva York, en 2017 recibió el Premio Nacional de Fotografía, ha sido una de las 10 finalistas del reconocido premio Leica Oskar Barnak y desde 2019 es fotógrafa asociada de la agencia internacional Magnum.
Ahora, de la mano del Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana, PhotoAlicante vuelve a traer a De Middel a su Alicante natal con una de sus exposiciones más completas y personales, La línea pródiga, comisariada por Rafael Doctor, que se puede contemplar en Las Cigarreras hasta el 29 de mayo. Una muestra en la que De Middel recapitula, pasa revista a su trabajo y lo confronta con sus orígenes como fotoperiodista del diario INFORMACIÓN, del que voló para crecer como autora e investigar la línea que separa, o donde confluyen, la fotografía de ficción y la documental.
«Esta exposición era una deuda pendiente que teníamos con una creadora tan potente y tan reconocida internacionalmente como Cristina», señaló ayer el presidente del Consorcio de Museos, José Luis Pérez Pont, quien destacó que la muestra «es un guiño al paso del tiempo y a la memoria en la que la artista repasa su propia trayectoria».
Pérez Pont afirma que esta exposición «era una deuda pendiente que teníamos con una creadora tan potente»
La exposición cuenta con tres grandes instalaciones: 75 imágenes colgadas a modo de skyline en la pared central de la Caja Blanca de Las Cigarreras, con fotografías de algunos de sus trabajos más conocidos mezclados con imágenes inéditas realizadas durante su trabajo como fotoperiodista; una parte con sus fotolibros -tan importantes como sus series-, y dos composiciones: cajas de embalaje con fotos guardadas y una torre de babel donde el montón impide ver la imagen fotografiada. Además, dentro de un mes, INFORMACIÓN entregará un cuadernillo de 48 páginas en papel de periódico sobre su obra, con escritos y entrevistas, además de 80 imágenes, entendido como un libro más de la fotógrafa.
Sobre este exceso de imágenes y de información, De Middel explica que La línea pródiga parte de la exposición Muchismo que inauguró en PHotoEspaña en 2017, «en la que sacaba 400 imágenes, que aquí están reducidas a 75, apiladas o en las cajas, adaptadas al espacio de Las Cigarreras y al hecho de que vuelvo a Alicante y las mezclo con las fotos que hacía cuando trabajé en prensa».
Estas últimas fotografías -que en la exposición se distinguen porque van en vinilo, sin enmarcar- son obras no publicadas, realizadas en barrios como San Gabriel o Ciudad de Asís: «Eran imágenes que hacía mientras hacía fotos para el periódico. Todas son fotos de calle, que se rescatan del trabajo fotográfico para prensa, con las que aprendí y empecé luego a hacer mi trabajo más personal».
La fotógrafa, que vive entre Brasil y México pero nunca ha dejado de volver a su casa en Alicante, juega en el título de la muestra con la parábola del hijo pródigo, aquel que se fue y volvió a casa tras dilapidar su fortuna. «Hay un poco de ironía con la idea de volver a que te juzguen y volver, desde el punto de vista fotográfico, a lo más documental, ponerlo en diálogo y hacer un poco de balance», comenta la autora de Afronautas, su trabajo más reconocido y creado en Alicante, que dio la vuelta al mundo y sigue en órbita desde 2012.
Cambios y madurez
«De hecho, Afronautas ahora se está exponiendo en Australia, o sea, que sigue viva esa serie de la que yo estoy ya hasta aquí», bromea De Middel poniendo su mano en la frente, que considera que en este tiempo «han cambiado un montón de cosas y yo también he cambiado, incluso hasta recuestionarme Afronautas un montón de veces y, creo, que llegar a un equilibrio mucho más sano o coherente entre usar la ficción y documentar, explicar el mundo y que esos dos lenguajes se apoyen el uno en el otro y no tener que gritar el enfado o la decepción. Hay un poco de... llámalo madurez», concluye sonriente.
«Hay un poco de ironía con la idea de volver a que te juzguen y volver, en lo fotográfico, a lo más documental»
El comisario de la exposición, abunda en el buen humor de la fotógrafa y en lo fácil que es trabajar con ella «y eso se puede ver en todo su trabajo: hay mucho de vida, de alegría de vivir y de improvisar. Todo eso aparece siempre», indica, a la vez que apunta que la alicantina es especialista «en reírse y replantearse su trabajo como fotógrafa», como ya hizo en Muchismo, donde De Middel jugaba con la idea de que la fotografía en el arte tiene valor cuanta más limitada sea su edición de copias, mientras vivimos en un mundo lleno de imágenes. Aquí, además, da «una vuelta de tuerca y asume con humor el reto de volver a sus orígenes y recapitular en el tiempo».
Doctor califica a De Middel como «una de las grandes voces de la fotografía europea» y una mujer «que interroga muchos conceptos de la fotografía, como la veracidad o su relación con la representación de la realidad».
El director del Consorcio de Museos apuntó ayer la intención de que la muestra La línea pródiga itinere después por la Comunidad Valenciana, como ha sucedido con otras de alicantinos como Daniel G. Andújar u Olga Diego, todos ellos, junto a De Middel, con obra en la colección de arte contemporáneo de la Generalitat.
Por su parte, el concejal de Cultura, Antonio Manresa, invitó a los amantes de la fotografía a visitar esta exposición en la que se aprecian «enfoques originales y distintos» que, al igual que el festival PhotoAlicante, «constituye un notable aporte de creatividad».
