Después de cuatro años sorprendiendo a un público reducido e inquieto en Alicante, la sala de exposiciones alternativa y semi-clandestina La Peluquería da una vuelta de tuerca a sus contenidos e invita al espectador a participar en un juego creativo que exige interacción y en el que subyace una reflexión artística sobre la ciudad.
Este pequeño espacio ubicado no se sabe dónde en la ciudad -el visitante debe solicitar la entrada a través de Instagram- participa de nuevo en el festival internacional de fotografía PhotoAlicante con una exposición que inaugura hoy, Si fuera, inspirado en el antiguo programa de TVE presentado por Raffaella Carrá del que toma el nombre, donde los concursantes debían adivinar la identidad oculta de un personaje de relevancia a través de preguntas.
«Aquí le damos la vuelta al concurso, ya que el objeto no se adivina porque es bien conocido -la ciudad de Alicante- y planteamos la fotografía a la inversa, que jugará con detalles de la ciudad», intenta explicar sin hacer spoiler Juan F. Navarro, responsable del espacio y uno de los miembros del colectivo Milana Bonita que organiza la muestra, cuyo contenido desconoce cada integrante del colectivo, salvo su propia obra.
La exposición es, fundamentalmente, de fotografía, «pero también hay collage y alguna cosa más, y la persona que venga también va a tener que crear algo. Y va a exponer en PhotoAlicante», bromea el artífice.
Si el lema de PhotoAlicante este año es Espacios compartidos, La Peluquería lo invierte hasta lograr una exposición «individual». Si en anteriores acciones de esta sala el público que compartía el espacio se reducía a unas quince personas, debido a sus dimensiones y a las normativas sanitarias actuales aquí se limita a una sola, que dispondrá de quince minutos de visita y de tiempo para la acción.
El público que acude al pase de hoy fue convocado a participar a través de Instagram y los seleccionados, unas veinte personas, solo conocen la dirección del lugar al que han sido citados entre las 18 y las 21.30 horas, y saben que deben llevar consigo un teléfono móvil con cámara.
«Antes de entrar se le dan instrucciones y algunas de las obras llevan indicaciones», apunta Navarro, quien aclara que «la persona realizará el recorrido sola y en algunos casos tendrá que terminar las obras o crearlas, tiene que actuar de alguna manera para completar la exposición».
La Peluquería se convertirá en un «espacio de meditación», como apunta Navarro, quien añade que el espíritu de «juego» se conjuga con la idea de mostrar «otras muchas formas de entender la ciudad y de reinterpretar Alicante al expresar diferentes aspectos que cada uno plantea sobre ella», no solo los artistas, sino también los espectadores.
El público, con su intervención en la muestra, «de algún modo se posiciona y se enfrenta a nuestros propios puntos de vista», agrega el organizador, que prevé lanzar una pronto una nueva convocatoria para un segundo pase. El resultado de todo ello será una exposición «en transformación constante que dejará una bonita huella».
La Peluquería acaba de cumplir cuatro años de actividad. Lo que comenzó siendo «un experimento expositivo» que podía haber terminado con la primera intervención ha acabado siendo un pequeño motor creativo. En su interior se han celebrado 23 exposiciones y se han diseñado cuatro convocatorias artísticas en las que han participado creadores nacionales y extranjeros.
Este último año de pandemia lanzó el proyecto La ciudad deshabitada, que proponía una reflexión sobre el modo en que nuestra existencia se iba a ver trastocada tras la crisis sanitaria, y un Catálogo sonoro del confinamiento, con creaciones sonoras que se habían gestado y registrado durante el confinamiento. También organizó una exposición secreta al aire libre. Lo próximo siempre es una incógnita.
