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Las mil caras de Reyes Caballero

La inclasificable creadora alicantina, prodigio de la versatilidad y de dilatada trayectoria, abruma como un torbellino cuando alguien se aproxima a su obra - Artista multidisciplinar, ha dejado su sello en el cine, la literatura, la fotografía o la moda

Las mil caras de Reyes Caballero EDUARDO PERIS CASTRO

Reyes Caballero se ha ganado por mérito propio un lugar en la farándula alicantina. Origen de confidencias y anécdotas, todo el mundo la conoce pero pocos saben deslindar persona de personaje en el caso de esta mujer hecha a sí misma, entrañable pero de increíble carácter, excesiva y ambiciosa, que puede jactarse de haber hecho incursiones desiguales en la literatura, el cine, la fotografía y la moda; siempre con su sello personal

El coche en el que Reyes Caballero vuelve desde Benidorm a su Alicante natal da cinco vueltas de campana. No golpea a ningún otro vehículo. Tras ver el mundo darse la vuelta una vez tras otra y sentir la sacudida que pone fin a su deambular, Reyes acaba en el arcén, y su mente en un páramo vacío de recuerdos. «Amnesia total», nos cuenta. La intensa vida de Reyes Caballero se ve deconstruida y las piezas desperdigadas se vuelven invisibles, inalcanzables. Un profesional de la salud, que la suerte quiso que fuese además amigo personal de Reyes, le da un consejo. «Reyes, no temas: tú estás perfecta», la anima, aunque la memoria de ella no parece dar señales de recuperación. «Vamos a intentar algo». El amigo de Reyes recuerda el amor de ella por la fotografía, la innumerable cantidad de veces que ha sido retratada por una cámara y los proyectos que ha llevado a cabo en esta disciplina. «Tienes miles de fotografías, Reyes», le dice. «Úsalas. Todos los días, esfuérzate en ordenar algunas y escribe sobre ellas. Y, cada vez que lo hagas, empieza desde el principio». «Y así lo hice», nos cuenta Reyes. «Hice eso durante cuatro o cinco años, hasta que me encontré con el presente».

Y en el presente, Reyes Caballero (Alicante, 1959) nos recibe en un hogar que se nos antoja una fortaleza contra ese demonio que la asaltó en su accidente años atrás y que borró sus recuerdos. Fotografías, prendas de enorme valor y de todos los estilos imaginables y multitud de diplomas nos hablan de quién ha sido hasta nuestros días la Reyes que los demás han conocido, y otros muchos detalles impresionantes cuadros, lámparas ornamentales, miles de libros apilados, una delicada colección de innumerables frascos de colonia provenientes de todo el mundo cuidadosamente colocados por las diferentes estancias― nos revelan quién es ella en su interior. Sin duda, Reyes Caballero no quiere abandonarse a la corriente que lleva a tantas personas al tono gris apagado, a la rutina involuntaria. Y nada más lejos de eso, convertida como está en un referente en el ámbito cultural alicantino, eso sí, con tantos defensores como detractores.

Las mil caras de Reyes Caballero | EDUARDO PERIS CASTRO

En su caso, como decíamos, tener que volver a encontrarse con el pasado, un pasado tan intenso que parece pertenecer a más de una vida, ha inspirado a Reyes varios de sus libros. Tiene por ello sentido que se refiera a sus vidas pasadas cuando alude a su obra literaria; cualquiera que oiga esto pensará inmediatamente que se trata de una referencia mística con origen en su vinculación con la Cienciología, pero esta afirmación posee un sentido más profundo: Reyes habla, en efecto, de vidas pasadas; son las vidas que recuerda como si hubieran pertenecido a otras mujeres desde su accidente y que sin duda permean su literatura, que ella misma encuadra dentro del género histórico con toques eróticos.

Sin embargo, su dedicación a la literatura es únicamente la punta del iceberg y fue ardua desde el comienzo. Ella menciona su dislexia, que descubrió de forma tardía, y que le creó una sensación de impotencia ante sus inevitables errores de ortografía y de construcción de frases que hizo que ocultara una obra literaria que, sin embargo, nunca dejó de crear. Al fin, se valió de gente de confianza para que su producción literaria, corregida y fiel a la visión con que ella la escribió en un principio, pudiera ver la luz.

Las mil caras de Reyes Caballero | JOSÉ MARTÍNEZ

Las mil caras de Reyes Caballero | JOSÉ MARTÍNEZ

No obstante, además de los cuatro libros autopublicados que se pueden conseguir en la actualidad, podríamos decir sin titubear que esta alicantina poliédrica no se cansa de probar nuevas experiencias artísticas, y quedan muy lejanos sus comienzos a los catorce años como aprendiz de dibujante de mañanas en la fábrica de aluminio en la que su padre trabajaba como delineante, y de tardes en la Escuela de Maestría Industrial ―única mujer en su promoción. A los dieciocho años abandonó el oficio y se mudó a Altea, donde dio rienda suelta a su vocación de bailarina. Fue más tarde cuando esta mujer independiente en un mundo en el que las reglas estaban promulgadas por hombres, regente de populares locales, estudiante de marketing a los veinticinco años, fotógrafa y modelo, diseñadora de moda y escritora comenzó su camino en el mundo del cine.

Reyes Caballero, retratada por por el fotógrafo García-Alix ALBERTO GARCÍA-ALIX

Amistad con Berlanga

Mucho ha dado que hablar en este sentido su relación de amistad con Luis García Berlanga, al que considera sin ambages su mentor. Cuenta Reyes que se conocieron en el Festival de Cine Erótico de Barcelona en octubre de 1995 y que en ese momento Berlanga, fundador del premio La sonrisa vertical, se interesó por la vertiente erótica de la literatura de Reyes. Años más tarde, a instancias de Berlanga a decir de ella, Reyes presentó su relato El manipulador manipulado al Premio de Redacción Periodística de Elda y recibió la Mención de Honor en el Museo del Calzado de la ciudad del mismo nombre en junio del 2003. Y, de nuevo años después, Reyes reescribió el mencionado El manipulador manipulado y lo transformó en guion de un largometraje con vocación de reflejar la mala gestión de la Ciudad de la Luz ―complejo de estudios de cine / alojamiento de lujo para startups / monumento olvidado a una esperanza rota / actual vacunódromo―; un largometraje aún a la espera de ser montado.

Sin embargo, una vez más los inicios en el séptimo arte no fueron fáciles para Reyes. Nadie parecía dispuesto a producir sus obras, así que ella decidió cargar personalmente con todo el esfuerzo de la producción con tal de que su proyecto cinematográfico saliera adelante, de la misma manera que siempre se ha ocupado del guion, la dirección, la dirección de arte, la dirección de fotografía, las localizaciones, la gestión de espacios y permisos, el vestuario y la edición y montaje. Su primera incursión en el cine fue erótica, aunque desistió de continuar por este camino en sus comienzos ya que, como artista multidisciplinar, temía que la encasillaran. Entre sus cortos podemos citar Los zapatos de tacón rojos, La bodega del toro navarro, El caramelito sin sabor y sin color, Cartas de amor a un torero o La perla blanca, que toma como escenario lugares destacados de Alicante. Todos ellos son muestra de un cine independiente y personal con la impronta personal de Reyes y el particular universo barroco y kitsch que lleva aparejado. Actualmente Reyes está a la espera del estreno de su corto-reportaje sobre el pintor alicantino Gastón Castelló.

Lo cierto es que harían falta muchas más páginas para narrar con detalle todo lo que Reyes Caballero relata. Atesora una fotografía con un joven Amenábar, obras para una exposición del Museo del Calzado de Elda, la cola de sirena que Daryl Hannah llevó en la película Splash pegada al cuerpo de Reyes por el mismísimo Colin Arthur. Objetos variopintos y reliquias varias. Asimismo, cuenta de improviso que ha probado el boxeo tailandés, y da la sensación de que no hay nada más alejado de su vocación inicial de bailarina y de que no le queda nada por probar.

Óleo de Reyes Caballero CANDY LÓPEZ AYUSTE

Modelo y fotógrafa

Otra de las vetas creativas de Reyes se refleja en una exposición en el Museo del Calzado de Elda que incluye su obra: Libertad y vida, el zapato y el erotismo. Su faceta como diseñadora de moda se ha desarrollado ampliamente en el terreno del calzado. Siguen a las de esta colección otras fotografías, recogidas y encuadernadas en grandes colecciones editadas de forma prolija y lujosa.

«Aunque soy la modelo, soy también yo quien daba indicaciones al fotógrafo. Nunca fue al revés.» Son, pues, sus fotografías en el sentido estricto de la palabra, y su estilo es tan barroco como el de las estancias de su hogar. «Si no fuese barroco, no sería obra mía. Ya tuve un marido sueco: ya probé el minimalismo cuando era joven. Donde esté el calor de la historia...» Un argumento tan arrollador como su personalidad.

Conforme se suceden las fotografías, vemos cómo Reyes se aventura con el arte digital para dar a sus obras un aire más personal. Nos muestra cómo la retrata Alberto García-Alix, Premio Nacional de Fotografía. Habla de su proyecto para el festival Burning Man en Nevada, EE UU, truncado por la pandemia del covid-19. Narra encuentros y desencuentros: Reyes tiene gran habilidad para desenvolverse entre la gente, para cautivarla, pero nunca pasa por dejarse avasallar.

Al fin, cuando cae la tarde y los objetos que decoran su comedor se llenan de reflejos anaranjados, le recordamos a Reyes que momentos antes ha prometido regalarnos una anécdota que nos iba a resultar muy interesante. Reyes nos mira. «Eso os lo voy a contar». Señala la grabadora: «Pero tenéis que cortar eso». Seguimos ―y podríamos seguir durante horas― dentro de las mil vidas y anécdotas de Reyes Caballero.

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