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«En Berlanga, lo que parecía más disparatado era verdad»

La película recoge testimonios de Fernando Trueba, Santiago Segura o Garci

Momentos del rodaje: Maluenda con Fernando Trueba, Santiago Segura y de nuevo Maluenda con José Mota.

Se conoce su peculiar cine, sus películas llenas de ironía, su humor, su trayectoria. Pero también está la persona, el creador convertido en clásico que consiguió que la vigencia de sus producciones se mantenga en el siglo XXI y siga interpelando a los espectadores. Detrás de todo eso está Luis García Berlanga (València, 1921-Madrid, 2010), el adolescente que vivió la Guerra Civil, que vio encarcelar a su padre, que fue movilizado al frente con 17 años y que se alistó en la División Azul para evitar la condena a muerte a su padre y también para impresionar a la chica que le gustaba y que no le hacía caso. Aunque a su vuelta se había casado con uno de sus amigos que se había quedado en casa.

Luis García Berlanga. | EFE

Luis García Berlanga. | EFE cristinamartínez

Así de berlanguiana es la propia vida de Berlanga y así lo quiere mostrar el realizador monovero Rafael Maluenda en su película Berlanga!!, un documental cuyo rodaje acaba de finalizar y que parte de su propia amistad con el realizador para trascender a la persona y al personaje a través de su producción y también de grandes figuras del cine.

«En Berlanga, lo que parecía más disparatado era verdad»

Y ahí están directores como Fernando Trueba, Santiago Segura, Gonzalo Suárez, José Luis Garci, Gracia Querejeta, Daniel Monzón (con el que rodaron en Dénia), Enrique Urbizu, el alicantino Miguel Albadalejo o Alexander Payne, gran admirador del valenciano que fue entrevistado en Nebraska. Y actores como Antonio Resines, José Mota, Joaquín Climent, Guillermo Montesinos o Luisa Martín, «a la que consideraba la mejor actriz de su generación». De alguna manera, afirma, «esas presencias son también una reivindicación de nuestro cine que a Luis tanto le gustaba». De hecho fue promotor de la Academia de Cine y también de la Ciudad de la Luz en Alicante, aunque él la llamaba Ciudad del Cine. «Le dolió que todo acabara berlanguianamente. Él creyó en este proyecto, el problema fue que se cruzaron cosas extracinematográficas. En un determinado momento dijo que esperaba que no acabara siendo un secadero de jamones... juzga tú misma».

«En Berlanga, lo que parecía más disparatado era verdad»

El objetivo de Maluenda, que a través de este documental realiza el recorrido vital por los escenarios de sus películas, es que se conozca a Berlanga «a través de los puntos de inflexión» de su vida. «Se trata de pasar un rato con Berlanga, con un amigo, conociéndole y conociendo el porqué del valor imperecedero de su obra, ademas, divirtiéndonos porque si no él no nos lo perdonaría», asegura Maluenda que conoció a Berlanga en 1991 y pasó a formar parte de su equipo de dirección. «La película es un homenaje también en el estilo y hemos procurado que lo que estamos contando, aunque sean episodios dramáticos de su vida, se aborde desde la perspectiva del humor.

Fueron muchas horas compartidas, muchas conversaciones, muchos paseos y confidencias los que dejó en el camino la relación del realizador monovero con el director valenciano. «Trabajar con él es una parte medular de mi formación en el mundo del cine», asegura. Tanto es así, que el alicantino fue el creador del Berlanga Film Museum, primer museo online dedicado a un cineasta, además de comisariar varias exposiciones. Hace tres años emprendió el camino de realizar esta película. «Al final con estas cosas de la producción nos hemos plantado en el Año Berlanga y gracias a la productora Regina Enguídanos que tomó las riendas».

Realidad o ficción

El humor y la crítica mordaz del director de Bienvenido Mister Marshall, El verdugo o La escopeta nacional son dos de sus características fundamentales, que traspasaban el celuloide. «Luis tenía un punto fabulador que era muy divertido y no sabías dónde acababa lo cierto y cuánto había de broma o de juego... luego constatas que hasta lo que parecía más disparatado era verdad».

Maluenda recuerda que cuando Berlanga se decidió a hacer cine se enfrentó por un lado a la censura franquista, «que le cortaba las películas o le impedía hacerlas», y por otro al rechazo de los productores opuestos al franquismo. «Eso habla de su espíritu independiente que está por encima de corsés ideológicos». De hecho, destaca, «el cine que hizo durante el franquismo se populariza durante la Transición; su cine metía el dedo en la llaga de todo aquello que no le gustaba y eso trascendía regímenes políticos».

Enseñar a los españoles a reírse de sí mismos fue otro de sus grandes logros. «Su idea era que si tienes que corregir algo, hazlo con humor, y ojo que no era un sermoneador; hacía un retrato de conjunto de la sociedad en el que se incluía a sí mismo porque era capaz de mirarse desde la distancia y hablar de sus propias contradicciones. Como decía Gómez de la Serna, el humor es una actitud ante la vida».

«Me gustaría que esta película fuera un feliz encuentro entre la sabiduría popular y Berlanga». Habrá que esperar a su estreno, previsiblemente a finales de este año, para comprobarlo.

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