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Tachi, el artista alteano que reinterpreta el Guernica

Su cuadro, de iguales dimensiones, pretende ser «atemporal con un planteamiento muy actual»

El artista alteano Tachi, con la obra ya prácticamente terminada. Abajo, dos imágenes del proceso creativo. | INFORMACIÓN

Sus retratos de grandes dimensiones han traspasado fronteras. El trazo, la fuerza del color y su característica pincelada son los elementos diferenciadores de su pintura. Ahora Tachi (Altea, 1973), nombre artístico de Ignacio Llorent Lledó, acaba de afrontar «el mayor reto» de su carrera, al haber reinterpretado el Guernica de Picasso. La propuesta partió de un grupo de empresario del País Vasco, para ubicar el cuadro en un centro comercial de San Sebastián, y se convirtió «en un desafío personal», asegura.

«El objetivo, después de estudiar a fondo durante meses, la historia, la temática, la composición y la simbología de la pieza de Picasso, era la de crear una obra personal que fuese a la vez objetiva y subjetiva, histórica y actual, con referencias al pasado y al presente, en definitiva, una obra atemporal. Pero, ¿como podría empezar semejante reto?».

Lo primero que hizo fue «estudiar a fondo la obra y su contexto para ofrecer mi versión del Guernica con un planteamiento muy actual». Por eso, comenzó a crear a partir de la obra de Picasso para dotarla de una carga también reivindicativa y de denuncia, como hizo el artista en su día. «Mi enfoque es como una protesta contra el sometimiento de los poderosos contra los más débiles», asegura el artista, licenciado en Bellas Artes en València.

Tachi, poniendo los primeros trazos del cuadro sobre el lienzo. | INFORMACIÓN

Comenzó plasmando en el lienzo «como un pequeño guion» y a partir de ahí «fue aflorando mi personalidad o la de Picasso, o la de ambos; fui volcando mis experiencias, bajo mi filtro, mi contexto y mis códigos estéticos». Decidió partir «del sistema compositivo del Guernica y de su monocromática gama, y dejé que poco a poco afloraran las imágenes, la composición y los colores libremente».

El resultado es una obra del mismo tamaño que el cuadro universal del artista malagueño, cerca de 8 metros de largo por 3,5 de alto, cuyo proceso no fue fácil de gestionar. «Me he enfrentado a muchos problemas por las dimensiones porque he tenido que alquilar un local para pintarlo, igual que a Picasso, que le ofrecieron una especie de nave para poder hacer la obra».

Tachi, el artista alteano que reinterpreta el Guernica | EMILIO UCLÉS cristinamartínez

A la izquierda del lienzo, aparece una mano «como la muerte, el dolor». A su derecha, hay una cara que se traga una mano, «simbolizando ese tipo de gente que aparece como con mucha moral pero es capaz de comerse a los demás sin pestañear». Luego en el centro hay una serie de gritos «en homenaje a Munch», como reflejo «de la rabia y el dolor». Además, ha introducido elementos de la obra de Picasso fácilmente reconocibles.

Aunque, dice, «tampoco me apetece explicar mucho el cuadro porque las diferentes interpretaciones que da cada espectador enriquecen la obra; yo pongo un tablero de juego, pero cada uno juega su partida mental».

El cuadro tendrá que emprender su viaje hacia San Sebastián a finales de este mes, con las medidas que exige un proyecto de esta envergadura. Pero antes, el artista tiene previsto presentarlo en su localidad natal. Será en el Palau Altea donde mostrará por primera vez la obra finalizada en un acto en el que también explicará su proceso creativo.

«Una de las cosas mas enriquecedoras -destaca Tachi- es la grandeza del proyecto, las dimensiones, e involucrarme en algo tan denso y tan intenso para dar imagen a un conflicto social. Esa es mi forma de ver el Guernica».

Tachi, el artista alteano que reinterpreta el Guernica

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