El jurista y escritor Luis María Cazorla ha presentado este jueves Melilla 1936 (Almuzara), obra con la que cierra una trilogía de novelas históricas dedicadas a la Segunda República española, en la sala de conferencias de la Fundación Mediterráneo de Alicante, donde hacía años que no se presentaba un libro y que, junto al ciclo de conferencias sobre actualidad iniciado recientemente, sitúan al Aula de Cultura en una "nueva fase" que tendrá continuidad con otro ciclo de encuentros literarios en 2023, como ha avanzado el presidente de la fundación, Luis Boyer

Boyer, amigo de la infancia de Cazorla en Novelda, desde donde la familia del autor emigró a Larache (Marruecos) a principios del siglo pasado, ha sugerido que compañeros del jurista como el escritor Francisco Ayala, "le animaron a entrar en el mundo literario" y ha explicado que sus novelas sobre el Protectorado español en Marruecos (La ciudad del lucus, El general Silvestre y Las semillas de Annual) parten de sus recuerdos en este país, donde Cazorla vivió hasta los 9 años, que luego ha continuado con la siguiente trilogía de la Segunda República, que cierra con Melilla 1936. En esta novela, en la que todos los personajes son reales, rescata la figura prácticamente desconocida de Joaquín María Polonio Calvente, juez de primera instancia en esta ciudad que se enfrentó a los militares que protagonizaron el levantamiento el 18 de julio -un día antes en Melilla- que desencadenó la Guerra Civil y que acabó con la vida de este hombre que solo quiso cumplir con la ley.

Luis María Cazorla, en la presentación celebrada en la Fundación Mediteráneo RAFA ARJONES

"Yo seguramente hubiera hecho lo mismo que el juez, sea de izquierdas o de derechas, así que me habrían fusilado también", ha respondido Cazorla a la pregunta del moderador Juan R. Gil, director de contenidos de este diario, interesado por saber qué sentía al escribir un jurista como él sobre la vida de este juez. "Representa lo que tantos españoles han tenido que sufrir, a un lado y a otro. Le pedían que entregara el juzgado y él no lo hizo. Cuántos han debido vivir situaciones como esa y se vieron atropellados por la guerra", ha reflexionado el autor, tras añadir que "no hay sociedad si no se respeta el Derecho". También ha destacado que la ciudad de Melilla en esa época era una ciudad "agobiante" donde se respiraba "una tensión brutal", como en el resto del país, "la España que nunca debe volver a repetirse". A pesar del enfrentamiento político actual, Cazorla indicó que la situación en el poaís hoy es incomparable: "Hay una poderosa clase media, el ejército está sujeto al poder civil, tenemos una Unión Europea encima y más cultura y respeto".

Gil ha destacado el mérito del acto celebrado por el prestigio del protagonista y por recuperar "la esencia" del Aula de Cultura de la Obra Social de la Fundación Mediterráneo (antes CAM), que "no se perdió con los restos de la CAM" y que vuelve "renovada" como "motor de la vida social y cultural de Alicante".

Al acto acudieron varios abogados, el fiscal del Tribunal Supremo Juan Carlos López Coig, la magistrada Mª Amor Martínez Atienza, el secretario general de la Conselleria de Innovación, Javier Sogorb, y el escritor Gerardo Muñoz, entre otros.