Los supervivientes de la Edad de Hielo

La Universidad de Alicante participa en el mayor análisis genómico que documenta las migraciones hace 30.000 años de los cazadores-recolectores - Nature publica el trabajo, en el que han colaborado más de cien investigadores

Reconstrucción de un cazador-recolector hace 32.000-24.000 años.

Reconstrucción de un cazador-recolector hace 32.000-24.000 años. / L.GILLÓPEZL.GILLÓPEZ

L. Gil López

L. Gil López

Un equipo internacional ha generado el mayor estudio de datos genómicos de los cazadores-recolectores de Europa. El estudio ha sido liderado por las universidades de Tubinga (Alemania) y Pekín (China), y los prestigiosos institutos de investigación alemanes Senckenberg y el de Antropología Evolutiva Max Planck, en colaboración con más de un centenar de investigadores de todo el mundo.

El trabajo, en el que participa el investigador distinguido del Instituto Universitario de Investigación en Arqueología y Patrimonio Histórico (INAPH) de la Universidad de Alicante (UA) Javier Fernández López de Pablo, ha sido publicado en la revista científica Nature.

Los supervivientes de la Edad de Hielo

Cráneo masculino y femenino enterrado en Alemania hace unos 14.000 años / L.GILLÓPEZL.GILLÓPEZ

El equipo ha analizado los genomas de 356 cazadores-recolectores prehistóricos de diferentes culturas arqueológicas, incluyendo 116 nuevos individuos de 14 países europeos y de Asia central. «Los datos que hemos obtenidos revelan la existencia de procesos de interacción entre diferentes poblaciones de cazadores-recolectores que habitaron Eurasia Occidental desde la última glaciación», indica el investigador de la UA.

En concreto, la Universidad de Alicante ha participado en este ambicioso estudio mediante el muestreo y análisis contextual de los restos humanos hallados en el yacimiento de Casa Corona de Villena en 2008. «Ahora, gracias a este estudio internacional, hemos podido extraer el ADN fósil sobre estos restos, algo especialmente difícil en estas latitudes, para entender mejor su posición respecto a las dinámicas de población que se observan en el resto de la Península Ibérica y el continente euroasiático», concluye el investigador del INAPH.

Los supervivientes de la Edad de Hielo

Cráneo masculino y herramientas de piedra de Alemania, fechados hace 7.000 años. | TOM BJOERKLUND / L.GILLÓPEZL.GILLÓPEZ

Los humanos modernos se extienden por Eurasia alrededor de hace 45.000 años: anteriormente ya se había demostrado que los primeros humanos modernos que llegan a Europa no contribuyen genéticamente con las poblaciones posteriores.

Este estudio se centra en los grupos humanos que vivieron entre 35.000 y 5.000 años y que son los ancestros, al menos parcialmente, de los habitantes de Eurasia occidental a día de hoy, incluyendo, por primera vez, genomas de individuos que vivieron durante el Último Máximo Glacial (Last Glacial Maximum, LGM, en inglés), el periodo más frío de la conocida Edad de Hielo, hace unos 25.000 años.

¿Refugio climático o callejón sin salida?

Sorprendentemente, el equipo de investigadores ha descubierto que las poblaciones asociadas con la cultura Gravetiense, la cual se diseminó por el continente europeo entre hace 32.000 y 24.000 años, no estaban estrechamente relacionadas entre sí. Les unía la misma cultura arqueológica: usaban el mismo tipo de armas y producían un arte mueble similar. Sin embargo, genéticamente, las poblaciones del Suroeste de Europa (hoy en día Francia, España y Portugal), eran diferentes de las poblaciones contemporáneas de Europa central y Europa del sur (actualmente República Checa e Italia).

Los cazadores-recolectores del sudoeste europeo mostraron una continuidad genética durante los últimos 20.000 años: sus descendientes, asociados ahora con las culturas Solutrense y Magdaleniense, permanecieron en esta región de Europa durante el periodo más frío de la última Edad del Hielo (hace entre 25.000 y 19.000 años) para después desplazarse en dirección noreste hacia el resto de Europa.

«Gracias a estos hallazgos, por primera vez, podemos respaldar directamente la hipótesis de que el suroeste de Europa ofreció condiciones climáticas más favorables durante la fase más fría de la Edad de Hielo y los grupos humanos encontraron refugio aquí», dice el primer autor del trabajo Cosimo Posth, investigador de la Universidad de Tubinga.