Entrevista

La escritora Dolores Redondo: "Es básico colmar a los niños de empatía para que luego no hagan ‘bullying’ ni den un beso a la fuerza"

"No sé si John Biblia podría estar escondido en Magaluf, pero sería mucha tentación para él tan lleno de jóvenes». «La novela negra española se codea perfectamente con la nórdica", dice la autora superventas de la trilogía del Baztán

La escritora donostiarra, este miércoles con la Catedral y la Bahía de Palma al fondo.

La escritora donostiarra, este miércoles con la Catedral y la Bahía de Palma al fondo. / B. RAMON

Raquel Galán

La exitosa autora de la trilogía del Baztán, Dolores Redondo, leída por más de cuatro millones de personas en todo el mundo, abarrotó este miércoles la Fundación Juan March de Palma durante la presentación de su última novela, Esperando al diluvio, inspirada en un asesino en serie que conmocionó Escocia a finales de los años 60.

Usted cree que el John Biblia real continúa vivo. ¿Podría estar escondido en Magaluf?

Pues no lo sé, pero sería mucha tentación para él con Magaluf tan lleno de jóvenes.

¿Qué le atrajo del asesino en serie más buscado de Escocia?

Que no haya sido capturado. Es llamativo que no lo lograran después de la gran operación que se puso en marcha y teniendo unos crímenes tan especiales. Tienen unas connotaciones que hacen inevitable que crezcan las teorías. En Escocia se han escrito numerosos libros, hay podcasts que hablan de John Biblia, la BBC emitió un documental sobre él hace un año. Da mucho juego.

No es la primera vez que se inspira en un criminal real. ¿La imaginación tiene más límites con estos personajes?

La imaginación no, aunque sí la literatura. Cuando escribía la novela, en mi despacho tenía los retratos robot de él y fotografías de sus tres víctimas reales para no olvidar en ningún momento que fueron asesinadas de verdad. Por respeto a estas personas, en la primera parte del libro cuento los casos tal y como estaban en los informes, sin añadir ni suponer nada, ya que lo contrario podría ser cruel para sus familias. Pero es distinto cuando fabulo que el asesino llega a Bilbao. A partir de ahí las víctimas son ficticias y me puedo inventar todo sobre ellas.

¿Y del asesino?

Lo que ocurrió a finales de los años 60 es real pero como no le capturaron, lo demás es teorizar e imaginar. Lo primero que hice fue lo que haría un investigador, solicitar a un experto que hiciera un perfil de comportamiento de John Biblia, algo que en aquellos años aún no se realizaba.

¿Así pudo recrear su infancia?

Sí, recrear en parte, porque no deja de ser también una teoría, aunque plausible, cimentada por un especialista en base a datos policiales. Todo apuntaba a que su pulsión, su fijación, provenía del dolor. Posiblemente él mismo fue una víctima, según se estima por su juventud, por algunas de las características sórdidas de los crímenes y por otros aspectos. Pero desde el inicio de la novela dejo claro que es una ficción.

"No es el fin", dice al final del libro. ¿El inspector Noah Scott Sherrington aparca a la policía Amaia Salazar?

No necesariamente. Va a haber más, pero no exactamente como se lo imaginan los lectores. Esta novela es la punta de lanza de un proyecto literario que no es ni una trilogía ni una serie al uso. Creo que el trabajo de un escritor no es solo contar historias, sino también intentar ser original en la forma de narrarlas. Espero que el lector disfrute de este nuevo proyecto literario.

Uno se guía por corazonadas y la otra por intuiciones, aunque usted cree que se tendrían que llamar "cerebradas", un guiño al Premio Nobel Scott Sherrington.

Charles Scott Sherrington lo ganó por descubrir conexiones neurológicas entre las diferentes partes del cerebro. Se trata del pensamiento deductivo, es decir, lo que hace Sherlock Holmes al entrar en una habitación, que en base a una información que está a la vista de todos, él la interpreta y descubre quién es el asesino. Para el resto parece magia, pero lo entiendes cuando lo explican. Por eso digo que son conexiones neurológicas o "cerebradas". Lo que llamamos corazonadas son, la mayoría de las veces, parte del instinto que tenemos como seres humanos, cimentado en todo el conocimiento que adquirimos de nuestros antepasados, que nos lo han transmitido a nivel neuronal cuando nacemos.

Uno piensa que los policías no actúan por corazonadas.

Pues me han contado que en muchas ocasiones, sobre todo en una investigación criminal, están totalmente convencidos de quién es el culpable por corazonadas, pero no tienen pruebas que llevar ante el juez. En realidad es un tipo de información que percibes, que está en tu cerebro, aunque en ese momento no llegan a producirse las conexiones neuronales que necesitas, pese a que dan señales de alarma. La mayoría suelen ser bastante fiables.

¿La novela negra española se puede codear con la nórdica?

Creo que perfectamente. De hecho ya lo hace. Soy un ejemplo de ello y están apareciendo voces muy interesantes en este género.

¿A qué cree que se debe esta proliferación?

Cuando publiqué El guardián invisible hace una década, tuvo mucho éxito entre lectores que no eran habituales de la novela negra por la fusión de historia, mitología y la raíz cultural de una zona concreta del país. Muchos me han dicho que comenzaron a leer este género conmigo y luego han seguido con otros autores, por lo que algo tengo que ver.

¿Es un género propicio para reflejar las tormentas internas que tanto le atraen?

Para mí sí. Otros escritores se centran más en la parte policial, en la resolución del caso, pero yo me preocupo mucho de narrar también los sentimientos de mis personajes. Todos ellos están en momentos cumbre de sus vidas, les ha ocurrido algo personal que les tiene en una situación límite, caótica. Perfectamente se podría quitar el crimen de la novela y quedaría la narración de alguien que vive una época compleja y, además, está abocado a tener que aprender. Me gusta torturar un poco a los protagonistas, aunque también quiero que aprendan, que sepan que lo importante es aprovechar las circunstancias que se nos presentan.

También le gusta la lluvia y las otras tormentas, pero la sequía acecha. ¿Es el mayor enemigo?

En el día a día puede serlo y es muy preocupante, aunque hay otras amenazas muy peligrosas que tienen que ver con la guerra, la economía, la incertidumbre, la inteligencia artificial... Respecto a la sequía, hay que preocuparse a nivel político de conseguir una buena gestión y transformación del agua a largo plazo.

El personaje de Rafa sufre lo que ahora llaman bullying, otro gravísimo problema que está de actualidad por el suicidio de una joven. ¿No ha cambiado tanto la situación desde los 80?

Ha cambiado mucho para bien porque las personas como Rafa, que sufre parálisis cerebral, van al colegio, aprenden, se integran, reciben rehabilitación física… De todos modos queda mucho por hacer, entre otras cosas atajar el bullying, que afecta a todo tipo de jóvenes y sigue siendo un dolor terrible de la sociedad. Creo que solo se combate con educación y fomentando la empatía desde la infancia, pero para transmitirla deben tenerla sus familiares, maestros y todo su entorno.

¿Suscribe esta frase de Noah?: "La vida se reduce a dos cosas, amor y miedo".

Sí, completamente. Las dos son lecciones que recibimos en la infancia de las personas que nos crían y las dan sin decir una sola palabra. Cómo es el amor y a qué tener miedo se aprende en casa cuando eres pequeño. Por suerte para algunos y por desgracia para otros, se repite el mismo patrón toda la vida. Si el amor es tóxico, confuso, negativo, se puede salir de él, pero cuesta mucho romper la pauta. Con el miedo ocurre lo mismo, aunque lo terrible es que tengas miedo a lo que hay en casa. Y volvemos a John Biblia y Amaia Salazar y a la importancia que tiene preservar la infancia. Es básico colmarles de empatía para que después no hagan bullying, respeten al otro, no maltraten ni den un beso a la fuerza, ya que a la fuerza no se hace nada.

¿Cuánto le debe a Psicosis en la creación de su personaje?

La analítica del símil que en un momento dado hace la doctora Elizondo para explicar de dónde provienen las pulsiones de John Biblia utiliza ese ejemplo porque en aquella época estaba de moda la película e impactaba mucho lo relacionado con la psicopatía.

¿El apellido de la doctora es un homenaje a la trilogía que la llevó al éxito?

Es un guiño que numerosos lectores han interpretado y me lo cuentan en las firmas de libros. Me encanta escucharles. En la isla he tenido un recibimiento muy afectuoso y lo agradezco enormemente. Sé que muchos clubes de lectura llevaban años queriendo que viniera y hasta ahora no ha podido ser, pero volveré.

Esperando al diluvio no tiene mitología vasca, a diferencia de las novelas anteriores.

Aparece algún que otro símil con la mitología escocesa, como el mito de la llorona. Es inevitable para mí tocar estos temas porque cuando me documenté para la trilogía, aprendí que los mitos se reproducen una y otra vez en todo el mundo desde Mesopotamia hasta la actualidad en lugares que en teoría no tuvieron ningún tipo de comunicación. Cuando el ser humano se halla en momentos de incertidumbre, siempre busca explicaciones y si no las recibe con la lógica, está el mito.

¿Qué poso hay de Domingo Villar en su última novela?

Influyó en mis emociones. Yo estaba escribiendo de alguien que sabe que va a morir porque está muy enfermo y de repente llegó la muerte de Domingo. Pero mi protagonista teme no dejar nada, se da cuenta de que se ha dedicado toda la vida al trabajo y ha renunciado a un montón de cosas, al amor, la amistad, vivir... a diferencia de Domingo, que ha sembrado mucho amor, le han querido y ha dejado huella.

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