ENTREVISTA | Javier Cacho Científico y escritor experto en la Antártida

"Este consumismo no nos hace más felices"

El científico y escritor Javier Cacho, primer español que da nombre a una isla de la Antártida, alerta de la necesidad de un cambio en nuestros hábitos y de escuchar a los científicos para salvar el planeta

El investigador Javier Cacho.

El investigador Javier Cacho. / Colección particular de J.C.

Hay una isla en la Antártida de 250 metros de largo y 100 de ancho que lleva su nombre. Solo por eso, Javier Cacho investigador y escritor, miembro de la primera expedición científica española a la Antártida, se considera recompensado del trabajo realizado en ese continente. Allí ha estado en ocho ocasiones, como científico y también como jefe de la base antártica española Juan Carlos I. También ha sido secretario del Comité Nacional de Investigación Antártica y es autor de numerosas publicaciones sobre los exploradores en ese territorio. El jueves impartió una conferencia en la Sede Universitaria de La Vila.

Cacho Island. Estará orgulloso ¿no?

Fue en 2020 y fue muy emocionante por todo. Primero porque lo propusieron mis amigos búlgaros y había estado un mes y medio conviviendo con ellos en su base antártica y no me dijeron nada. Y ya estaba en tramitación. Un día me mandaron un correo para que mirara una página web y allí aparecía. Fue increíble porque he estudiado la historia de la exploración polar y todos tienen su isla, su costa, su mar y en la vida nunca podía imaginar esto. Islas tienen pocos científicos. En España soy el primero que tiene una isla con mi nombre. No he ido aún porque es costoso y muy complicado ir a la Antártida. O vas como científico en una expedición o vas como turista.

¿Y por qué lo hicieron?

Pues fue un reconocimiento a mi labor y a la colaboración y a la amistad. Cuando Bulgaria estaba en el tránsito entre Europa oriental y occidental, la situación económica era terrible y en el programa antártico búlgaro tenían grandes dificultades. Yo, desde la base antártica española, les echaba la mano en lo que podía, en temas de material y de comida, con delicadeza porque son muy dignos. Yo les decía que era tradición española llevar comida si vas a otro sitio. Allí hemos firmado un tratado antártico para crear un centro de solidaridad y colaboración, y las personas somos extraordinariamente solidarias con los otros. Ojalá fuera así en la vida normal de todos los países. Allí te sientes muy frágil y eso te hace buscar ayuda y tener confianza en el otro.

La Antártida tiene un punto muy interesante como de algo inalcanzable, de misterio. ¿Por qué ha interesado a tantos exploradores a lo largo de la historia?

Pues no sé qué tiene... también lo he pensado muchas veces. Una de las cosas que te impresiona es el silencio, no la ausencia de ruido. Es otra cosa. Es un silencio que te serena, que te hace recapacitar. Allí hay muy poca vida, no hay nada si te separas de la costa y quizá sea algo de eso. Es un lugar soñado. Los griegos ya tenían hipótesis de que existía un territorio antártico, austral. Y lo que más nos atrae a los seres humanos es la exploración. Y así fue desde los primeros intentos por encontrar la Antártida, cuando se descubrió en 1819 y ahora sigue siéndolo.

"El Tratado Antártico es un experimento político y social que hay que implantar en el mundo"

Y usted es uno de ellos. De hecho formó parte de la primera expedición española a ese continente. ¿Su caso es el típico que de niño soñaba con ir ahí?

No, no. No sé si debes ponerlo, pero no... Yo fui a la Antártida por mi trabajo. Yo estudiaba el ozono estratosférico y cuando apareció el agujero de ozono en la Antártida queríamos ir allí para ver qué estaba pasando. Coincidió con que España preparaba su primera expedición científica a la Antártida y me aceptaron cuando conté lo que quería hacer. Eso fue en 1986. Una vez que llegué allí fue amor a primera vista. Me impresionó y cuando conviví con los científicos de las bases y me contaron sus historias, a pesar de los riesgos que corrían, pues ya pensé en volver. Volví otras dos veces más en el 88 y el 89 para seguir con el agujero de ozono. Después ya empecé a participar en el programa antártico español y dirigí durante tres campañas la base española Juan Carlos I, una de las dos bases españolas allí. Ahora llevo 15 años escribiendo sobre la historia de la exploración polar y tengo ya seis libros.

El investigador y escritor Javier Cacho.

El investigador y escritor Javier Cacho. / INFORMACIÓN

¿Y cómo ha cambiado el territorio? Para bien y para mal.

Pues mira ha cambiado para bien y para mal básicamente en una cosa. Hay más comodidades, sin lugar a dudas, las bases son mas cómodas, hay más comida preparada, hay más personal de logística. Antes cada día cocinaba y limpiaba uno también. Ahora las bases son más grandes y puedes tener más personal. Eso se nota. Pero sobre todo se nota en las comunicaciones y todo lo que eso lleva asociado. La primera vez que fui hablaba con mi mujer por telegrama. Después por la emisora Onda Pesquera, que fue algo pionero en el mundo y no estamos orgullosos de ello. Luego ya como jefe de la base española había teléfono satélite que era muy caro y nos daban diez minutos a la semana. De ahí pasamos al fax, al mail y la última vez que he estado teníamos whatsapp. Eso es bueno desde un punto de vista emocional porque de allí no puedes salir. Mover un barco solo se hace por razones científicas. A nivel de territorio se están cuidando cada vez más las cosas. El tema medioambiental ha entrado con muchas fuerza. Se lleva a gala qué base contamina menos. Todos los residuos se sacan fuera. Hay algunas bases que ya es todo con energía renovable. Y lo peor posiblemente es el turismo que ha aumentado muchísimo.

¿Hay mucho turismo en la Antártida de verdad?

Sí, sí. Son viajes extraordinariamente caros, pero siempre hay gente dispuesta a invertir en ese viaje. Ahora mismo en la Antártida en invierno hay unas 5.000 personas y estamos hablando de que este verano está previsto que lleguen más de 100.000 turistas. Son cruceros, bajan en dos o tres bases en zodiac, les enseñan la base, van en grupos a ver una pingüinera, pero claro si llega un barco con 100 personas es un flujo continuo de una zodiac y no sabemos qué impacto puede tener. Eso también es la parte negativa de la Antártida.

"Para hacer políticas serias hay que mirar a los profesionales de la ciencia. Con el planeta no puedes escuchar al que más grite, al que no sabe nada"

En esa misma línea está el lamentable caso del submarino que llevaba turistas para ver el Titanic. Ahora también hay turismo al espacio y hasta hemos visto colas para subir al Everest.

Claro y llevas a gala esa manifestación de tu poderío económico. Está ahí, los seres humanos también somos así, de figurar ante los demás y no sentir las cosas para uno mismo sino sentirlo para los demás. Me parece un desastre. Lo siento porque tengo un amigo relacionado con el mundo de los submarinos y conoce al operador, pero es propio de esta civilización que hemos creado que queremos las cosas para contarlas no para vivirlas. Es muy triste.

undefined

Tratado Antártico

En 1959 se firmó el Tratado Antártico y son ya casi 70 países los que se han sumado. Este acuerdo prohíbe las actividades militares y la extracción de minerales, las explosiones nucleares y la eliminación de residuos nucleares; apoya la investigación científica y protege la ecozona en el continente. ¿Funciona esta protección?

Funciona de maravilla. Desde el primer momento. Sigue siendo un continente desmilitarizado y no hay fronteras. Es verdad que España tiene dos bases: la Juan Carlos I que depende del CSIC y la Gabriel de Castilla que depende del ejército, pero es la logística la que es militar, y los científicos no hacen investigación militar. El Comité Polar Español es el que decide qué investigadores van. No hay ni una pistola en la Antártida. Yo la última vez que estuve en el 20 fui a la base búlgara. Nos llevó un avión brasileño y en una isla nos esperaba un barco chileno que nos llevó a la base búlgara. Luego a la vuelta fue un barco español el que nos llevó a la isla. Es un experimento político y social que hay que implantar en el mundo.

Mapa de la Antártida en el que está marcada Cacho Island.

Mapa de la Antártida en el que está marcada Cacho Island. / INFORMACIÓN

¿Y el cambio climático cómo está afectando?

La Antártida es muy grande. Se dicen muchas cosas sobre ese tema que no se deberían decir. Se parece al Ártico, pero no son iguales. Allí el cambio climático provoca una fusión inmensa del hielo que cubre el mar, en la Antártida es mucho menor el efecto. Sí tiene lugar en la parte de la Península Antártica y después esta la inmensa tarta que se puede dividir en dos. La Antártica occidental, que es la cuarta parte, y la oriental, que es las tres cuartas partes. Los últimos estudios dicen que mientras en la occidental ha bajado el contenido de hielo en la oriental ha subido y mucho más de lo que ha bajado en la occidental. Y yo no soy negacionista, está claro. Creo que tenemos que cambiar nuestra forma de vida entera si queremos mantener este planeta, pero la Antártida creo que va a resistir. El resto del planeta va a sufrir más los efectos del ser humano y del proceso de deterioro.

"Ahora mismo en la Antártida en invierno hay unas 5.000 personas y estamos hablando de que este verano está previsto que lleguen más de 100.000 turistas"

Deberían escucharle muchos de los que van a gobernar ayuntamientos y comunidad autónomas en los próximos años porque sí son negacionistas del cambio climático. ¿Los políticos deberían contar más con los científicos?

Sin lugar a dudas. Los científicos no tenemos intereses económicos en una cosa u otra, observamos la naturaleza y con inteligencia y nuestra mejor voluntad intentamos parar el deterioro del planeta. Es una pena que los políticos no nos escuchen más. Es verdad que escuchan más que antes, pero algunos tienen vida propia y se creen cualquier noticia de un charlatán que llega a más personas que un investigador que lleva toda su vida estudiando un tema. Para hacer políticas serias hay que mirar a los profesionales de la ciencia. Es lo mismo que la medicina, no te puedes curar de un cáncer haciendo las tonterías que se dicen en las redes. Con el planeta no puedes escuchar al que más grite, al que no sabe nada.

¿Y qué interés hay para no reconocer que la sequía, las lluvias torrenciales, la contaminación están maltratando el planeta y por tanto a la humanidad?

Porque es una hidra de mil cabezas. Nuestra forma de vida es derrochadora de recursos, dejar tierra quemada detrás de nosotros. Aceptar eso supone viajar menos, disminuir la velocidad para bajar el consumo de combustible; nos gusta cambiar la corbata porque este año se lleva de rayas, los zapatos… y todo eso va a la papelera. En el 99% de los casos no compramos ropa porque la que tenemos está desgastada. Eso hay que cambiarlo. No podemos tomar melón en enero porque hay que traerlo del Perú; eso signfica que viene en barco o en avión con consumos tremendos. El planeta no se lo puede permitir. Hay poca gente que sea capaz de hacer eso que he dicho. Pero claro, hay que hacerlo lentamente porque si no las tiendas se arruinan. Eso supone que hay muchos interés detrás para tomar una decisión política y eso no puede ser. Tienes que consultar con los científicos.

Javier Cacho, durante la conferencia en La Vila.

Javier Cacho, durante la conferencia en La Vila. / J.A.M.

Eso supone un trabajo en educación considerable y leyes que lo respalden.

No sé, yo soy científico y escritor. Yo todos los años voy sin que me paguen nada a diez colegios a dar charlas sobre la Antártida y el cuidado del planeta. Y ya está. No sé cómo se podía implementar una nueva legislación para que no se esquilmen los acuíferos, que no se contamine el subsuelo... Lo que sé es que esto no funciona y que no vamos a ninguna parte. Este consumismo no nos hace más felices. Hablamos de derrochar, de consumir sin sentido. Y eso hay que cambiarlo. Y creo que se cambiara porque si no esto se acaba. El planeta nos da una colleja de las gordas y nos vamos al carajo.

Pero algo hemos avanzado, no perdamos la esperanza...

Sí, es verdad que la legislación ahora es mucho más exigente en este sentido y también en lo educativo. Hace años los ecologistas eran como rojos y tirar un papel a la papelera lo considerábamos un acto ecologista. Que se destrozara la capa de ozono nos hizo ver que nuestras acciones tienen un efecto global. Eso lo hemos entendido aunque luego llegado el momento no tomamos nuestras propias decisiones. La legislación está bien pero tiene mucho que ver con el compromiso personal. Ha cambiado afortunadamente, pero el deterioro es tan grande que las buenas acciones se nos quedan en nada.

¿Qué piensa del conflicto con Doñana?

No es mi campo y lo que veo es que desde que tengo uso de razón se habla de que los acuíferos se pierden. Esta es otra cosa más. Nadie ha hecho nada en estos 40 años.

"Hablamos de derrochar, de consumir sin sentido. Y eso hay que cambiarlo.Si no, el planeta nos da una colleja de las gordas y nos vamos al carajo"

Volviendo a la Antártida, ¿qué ha aportado a la humanidad el conocimiento de este territorio?

Un ejemplo. Si en el 56 no se hubiese hecho un trabajo cooperativo de 12 países que organizaron un programa de 18 meses para colaborar e investigar allí el ozono estratosférico, no se hubiera medido y en los 80 cuando se empezó a deteriorar no hubiéramos tenido con quée referenciarlo. Gracias a eso vimos que pasaba algo gordo. Solo por eso merece la pena. Después es un lugar con la vida al límite. Si las temperaturas son un poco más bajas, se va todo al carajo. Esos organismos se han adaptado a ese medio y han creado estrategias para ello. Hay un pez hielo que tiene una especie de anticoagulante en la sangre para que no se le congele. Si sintetizas esas enzimas puedes ayudar a la gente con mala circulación.

¿Y cómo estamos de ozono?

Pusimos el 2000 como año de mejora y se ha ido recuperando. Hace poco, Naciones Unidas dijo que se está recuperando aunque todavía quedará agujero de ozono para el año 2050 o 60. En los últimos tres años se han producido unos agujeros más grandes de lo que querríamos ver. Pero estoy esperando a septiembre a ver qué pasa, porque parece algo esporádico. No hay que levantar la guardia, pero vamos por el buen camino. Me da rabia que muchas veces esto no se cuente. Igual que alertamos a la sociedad de lo que estaba pasando, pues creo que debemos comunicar también lo positivo para animarnos a seguir adelante.

¿Va a volver a la Antártida?

Bueno, en la vida soñamos con lo que queremos y creemos. Yo quiero volver y sueño con volver. Si no ocurre pues tampoco pasa nada. Lo importante es perseguir ese sueño. Si sale o no sale eso ya lo sabremos en el siguiente capítulo de esta serie.