Las termas de Popilio en Lucentum ya no tienen secretos

Los trabajos de consolidación y musealización de esta construcción permiten conocer al completo esta instalación fundamental en las ciudades romanas, que se usó desde el siglo I antes de Cristo hasta los años 70 u 80 de nuestra era

Manuel Olcina, delante de las termas con el nuevo cartel informativo.

Manuel Olcina, delante de las termas con el nuevo cartel informativo. / Pilar Cortés

Se construyeron en el siglo I antes de Cristo, al mismo tiempo que se monumentalizó el foro, y funcionaron hasta los años 70-80 después de Cristo. Lucentum precisaba de todas las infraestructuras que definían una ciudad romana y las tuvo. Por eso las termas de esta antigua urbe, ubicada en el Tossal de Manises de Alicante, son parte fundamental para la ciudad. Y no solo como lugar de rélax e higiene. Su función iba mas allá convirtiéndose en un punto de encuentro social y un espacio para el debate. Tenían horno, bañera de agua caliente, evacuación de humos y vestuario. 

Alrededor del año 30 después de Cristo, el liberto Popilio se encargó de remodelarlas como símbolo de prestigio social, aunque limitó mucho su espacio de uso. Y así permanecieron hasta que entre los años 70 y 80 cayeron en desuso, debido a la existencia de otras termas con mejores instalaciones y en mejor ubicación.

Vista área de las termas en su primera fase.

Vista área de las termas en su primera fase. / INFORMACIÓN

Esta historia resumida en dos párrafos ha llevado al equipo del MARQ varios años de excavaciones, estudios y discusiones guiadas por los descubrimientos que se han ido haciendo y que como un rompecabezas han llevado a unir las piezas del puzzle. Si el año pasado la campaña se dedicó a excavar las últimas partes de las termas, sacando a la luz la estructura y los diferentes habitáculos, este ha sido el año de los trabajos de consolidación y musealización de una construcción que ahora se conoce en su totalidad y también su evolución.

De ello se han encargado el director el MARQ, Manuel Olcina, y el director del área de Arquitectura de la Diputación, Rafael Pérez, con la colaboración de los arqueólogos Antonio Guilabert y Eva Tendero, además del restaurador Manuel Pérez.

«Con un pequeño presupuesto, cuyo importe ha sido de 21.000 euros, se han podido estabilizar y consolidar estructuras y construcciones correspondientes al sector de las termas de Popilio, así como incorporarlas a la musealización del yacimiento», destaca Rafael Pérez, artífice junto a Olcina del proceso de consolidación y musealización de este enclave arqueológico iniciado a principios de los años 90.

Dos fases

Estas termas, en su primera fase, contaban con una taberna, un vestuario enorme, además de las instalaciones típicas de estas instalaciones, como sala caliente y cisterna, aunque «en origen no funcionan como el resto de termas», asegura Antonio Guilabert.

Es en la época del emperador Tiberio, alrededor del 30 después de Cristo, cuando Popilio realiza la gran reforma en esta construcción y se convierten en una instalación semiprivada. Lo que hace es reducir el espacio dedicado a termas, incorpora una tienda, desaparece la parte de atrás donde estaba el vestuario y construye una nueva caldera. «Popilio hace estas termas para promocionarse personalmente, algo habitual en los libertos que defienden su dignidad pagando obras o recintos», apunta Olcina.

Recreación de la distribución de las termas en la primera fase.

Recreación de la distribución de las termas en la primera fase. / Pilar Cortés

En este sentido, recuerda Guilabert que los libertos, antiguos esclavos, «no podían acceder a la magistratura, pero Augusto sí los habilita para que formen parte del colegio de seviros augustales que rendían culto al emperador y Popilio era uno de ellos». Sin embargo, sus hijos ya sí podrían entrar en la magistratura, así que lo que hace «es invertir en el futuro de su familia».

Manuel Olcina destaca que estas termas «no estaban al día de las innovaciones técnicas de su época y que se aplicaban, como el hecho de que solo una de las salas tiene el hypocaustum, es decir, la calefacción, cuando en ese momento las termas ya tenían todas las dependencias calefactadas; no sabemos si porque los constructores no estaban al día o porque no tenía suficiente dinero».

Desuso

El caso es que entre los años 70 y 80 cayeron en desuso. «Probablemente al mismo tiempo se construían otras grandes termas públicas completas que ya son más avanzadas, de mayor dimensión, orientadas al sol y con más facilidad para canalizar el agua, de manera que las de Popilio quedarían más testimoniales». Esto, afirma, «nos habla del dinamismo de la ciudad, de la vida en el interior de la ciudad».

Ahora, «ya sabemos la historia de las termas; cuando empezamos no teníamos conocimiento ni de qué extensión tenían, ni de las instalaciones. Ahora la estructura está clara y conocemos estas termas tal como fueron».

Imagen de parte de las termas.

Imagen de parte de las termas. / Pilar Cortés

De las otras termas, que excavó Figueras Pacheco en su totalidad en los años 30, no ha llegado información. Igual que las que se descubrieron junto a la puerta del mar de la ciudad, fuera del recinto. «Seguro que había más, pero estas son las que conocemos».

Lucentum «nos habla de la sociedad romana al completo aunque sea en un tamaño pequeño. Tenemos estatua de un emperador, esclavos, libertos… lo que tiene de valor es que el mundo romano lo podemos conocer a través de esta ciudad presentada de una manera tan espectacularmente bonita y limpia como la que se ha conseguido».

De ahí la importancia de divulgar el conocimiento sobre este yacimiento de la Diputación de Alicante reconocido como BIC. Para Olcina, la consolidación y la musealización son fundamentales en un yacimiento porque si no, habría que taparlo. El siguiente paso se centra en recoger toda la documentación y la información en artículos y textos divulgativos. «Tenemos la necesidad de sentarnos a escribir porque excavar está muy bien, pero luego hay que estudiarlo y publicarlo para difundirlo»

De hecho, a lo largo de las tres últimas décadas se han hecho más de 60 publicaciones, recuerda Guilabert, y la memoria de las excavaciones entregada a la Conselleria de Cultura entre 2000 y 2003 suma 18 volúmenes. Además, en ese tiempo se dispararon 28.000 fotografías que están en los archivos del MARQ.

El diputado de Cultura, Juan de Dios Navarro, comparte la satisfacción por este proyecto que «evidencia la consolidación del MARQ y sus yacimientos como referentes arqueológicos en el ámbito internacional y confirma nuestra apuesta por la vanguardia expositiva mediante innovadoras intervenciones y cuidadas actuaciones, como esta última consolidación y musealización de las termas de Popilio».

Para Navarro, Lucentum es «un escenario inigualable para conocer nuestro pasado a través de un enclave abierto a todos los públicos, inclusivo y accesible, participativo y pedagógico, abocado a la difusión de nuestro patrimonio en todos los niveles de la sociedad».

Uno de los carteles con la recreación de la zona de muralla que se ve al fondo.

Uno de los carteles con la recreación de la zona de muralla que se ve al fondo. / Pilar Cortés

42 paneles con recreaciones realistas

La musealización ha incluido también la colocación y sustitución de 42 carteles del yacimiento, con el objetivo de introducir imágenes con recreaciones más realistas que ayuden a los visitantes a entender lo que están viendo, además de utilizar materiales más resistentes a la luz. Los cambios afectan también al propio contenido, ya que en esas recreaciones en las termas se ha introducido a mujeres porque en la antigua Roma también las usaban. «Hay un revisionismo en cuestiones de género y hay que mostrar la realidad como fue», asegura Guilabert.