Director de cine

Bayona: "Netflix puso el dinero porque no llegaba de otra forma"

El director catalán dirige "La sociedad de la nieve", una obra que le ha costado 10 años llevar a cabo y que recoge la historia de supervivencia que vivieron los pasajeros procedentes de Uruguay en 1972, cuando su avión se chocó con un glaciar en los Andes. 

Juan Antonio Bayona, durante la presentación de la película en los cines Lys.

Juan Antonio Bayona, durante la presentación de la película en los cines Lys. / ORONETA AUDIOVISUALS

Saray Fajardo

Han tenido que pasar diez años para que J.A. Bayona por fin haya podido estrenar La sociedad de la nieve. La obra, ambientada en 1972, no sólo plasma la historia de supervivencia de los pasajeros procedentes de Uruguay, sino que también es una oda a la resiliencia y a la generosidad humana.

¿Por qué decide centrarse en una historia tan conocida?

Porque creo que la versión que da Pablo Vierci en su libro es muy diferente a la historia que yo conocía. Aquí está más basada en el espíritu, en la vida interior de los personajes. Y, desde ese lugar, el relato resulta mucho más compasivo y menos centrado en la antropofagia y en lo que hicieron en la montaña. Está más centrado en el viaje interior. Me gustaba que era una lectura de la historia mucho más compleja.

¿Al ser una historia tan conocida, existe más presión?

El relato de Vierci está construido a la contra de cómo se ha establecido el cuento en el imaginario popular. El relato estaba muy basado en esta idea del heroísmo un poco «hollywoodiense» y muy centrado en la idea de la antropofagia, del canibalismo. Lo que supo hacer muy bien Vierci es centrarse en esa idea del colectivo, de la generosidad, de cómo se crea una sociedad donde cada uno da lo mejor de sí mismo para finalmente conseguir que de esos 45 pasajeros, 16 regresaran a casa.

«El hecho de que la película fuese en español y con actores desconocidos dificultó todavía más la financiación»

Estuvo más de diez años para poder rodarla, ¿cómo fue?

He ido rodando cosas mientras nos llegaba el dinero. Hemos intentado financiarla de la manera tradicional para ir a los cines, pero el hecho de que fuese en español y con actores desconocidos ha hecho más difícil esa travesía. Finalmente fue Netflix quien apareció y nos dio el dinero y la libertad para rodarla como nosotros quisiéramos.

¿Cómo beneficia que Netflix esté detrás?

Poniendo el dinero, que no llegaba de otra forma. Netflix no necesita de las salas de exhibición para poder tener músculo a la hora de producir una película. Eso es lo que permite que haya películas de autor de alto presupuesto que se estén rodando gracias a Netflix.

'La sociedad de la nieve', de Bayona, candidata de España a los Oscar.

'La sociedad de la nieve', de Bayona, candidata de España a los Oscar. / EP

Pero, a la vez, perjudica a la taquilla.

Es un tipo de exhibición diferente. Ellos viven de enseñar sus películas en su plataforma. En algunos proyectos hacen la excepción y pueden verse en pantalla grande. Y nosotros tenemos la suerte de ser uno de esos.

Estuvo hablando con familiares y supervivientes. ¿Cómo fueron esos encuentros?

Tuvimos muchos encuentros durante estos diez años. Ha habido un acercamiento progresivo para hacerles entender cuáles eran las características de nuestro proyecto y desde qué perspectiva estábamos contando la historia. Y siempre ha sido una respuesta muy favorable y muy colaboradora.

¿Dijeron que sí desde el primer momento?

Desde el primer momento que yo me desplacé en persona hasta Montevideo y me senté con ellos, tuvimos un sí, que se ha mantenido hasta hoy día. Ya han visto la película y la apoyan de una manera muy evidente.

«La historia nos hace replantearnos nuestras prioridades y cuestionarnos qué es lo importante en nuestras vidas»

¿Cómo fue su reacción?

Pues fue toda una experiencia para nosotros porque realmente no habían leído el guión ni los supervivientes ni las familias de los fallecidos. Habían ayudado mucho a que esta película saliera adelante, así que teníamos una responsabilidad hacia lo que estábamos contando. Y la historia, que realmente es la historia de sus vidas. Pero fue muy positiva. Estábamos muy nerviosos antes del pase. La vieron todos juntos, las familias de los fallecidos con los supervivientes. Y al final hubo un gran aplauso. La gente se puso en pie. Y muchos abrazos entre personas que llevaban 50 años sin relación. Gracias a la película de alguna forma se rompió un poco ese muro de silencio autoimpuesto durante cincuenta años.

¿Qué es lo que más le sorprendió de sus historias?

Los detalles siempre eran muy sorprendentes. Uno tiende a acercarse a esta historia con ideas muy preconcebidas, muy contaminadas por el tipo de películas que se han hecho. Y cuando tú hablas con ellos y te hablan en primera persona, siempre resultaban muy sorprendentes. De ahí que decidiéramos trabajar muy cerca de los supervivientes todo el rato.

Llama la atención cómo los espectadores llegan a verse reflejados en los protagonistas.

La película coloca al espectador en esa situación de meterse en la piel del otro. Y, desde ese lugar, entender dónde están nuestros límites, preguntarnos si habríamos hecho algo parecido. Ahí es donde la película funciona como un espejo. Ellos se cayeron en un lugar, donde la vida no era posible y tuvieron que recrearla. Y al hacer eso se vieron obligados a decidir qué es importante y qué no. Y en ese esquema de prioridades, nosotros también nos vemos reflejados. Y nos cuestionamos también sobre qué es importante y qué no en nuestras vidas.

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