Entrevista | Juan Carlos Ortega Humorista

"Las redes sociales han multiplicado por mil el talento humorístico"

El humorista presenta en el Teatro Principal de Alicante un espectáculo de comedia basado en el universo de voces del programa Las noches de Ortega

"La radio comenzó en los teatros, se trata de volver a los orígenes", apunta el artista

El humorista Juan Carlos Ortega

El humorista Juan Carlos Ortega / INFORMACIÓN

Su apellido cataloga una forma única de hacer comedia. Juan Carlos Ortega (Barcelona, 1968) es un artista inclasificable que encuentra en la cotidianidad una forma de llevar el humor hasta situaciones tan absurdas como reconocibles. Tras 10 temporadas en la Cadena Ser con su programa Las noches de Ortega, decide salir de su zona de confort (una frase para nada trillada) y embarcarse en un viaje humoristico por teatros que combina elementos radiofónicos con imágenes. El resultado de esta mezcla se puede ver este viernes 9 de febrero, a las 20.30 horas, en el Principal de Alicante.

Llega este viernes al Principal de Alicante. ¿Qué se va a encontrar el público que vaya al teatro?

Al ser teatro, siempre me he planteado que no podía hacer lo mismo que en la radio. Sería absurdo y hay que aprovechar la parte visual que te ofrece. Hay elementos radiofónicos, pero también muchas otras cosas basadas en imágenes. Resumiendo, hay un mayor predominio de la imagen además de la cosa puramente radiofónica.

En el teatro se recibe inmediatamente la información sobre si un chiste gusta o no.

Exacto, y eso cambia totalmente el espíritu del show. Una de las cosas que más me gustan del humor que hago en la radio es que todo parece muy serio. No se oye ninguna risa en ningún momento, es todo como si fuese de verdad. Eso, en sí mismo, da un punto cómico. En el teatro queda claro que es humor.

¿Eso le ha obligado a cambiar la estructura del espectáculo?

Pues sí. A veces en la radio, entre una broma y otra, hay muy poco espacio de tiempo. Pero en el teatro, cuando empezaba a hacerlo, ponía muchas bromas y la risa tapaba la siguiente broma. Con lo cual tuve que separar más los chistes. Al reírse se perdían la siguiente broma y me daba una rabia... Incluso hacía gestos a la gente para que dejaran de reírse.

Por lo que me cuenta, parece que la radio y el teatro tampoco son tan opuestos.

Porque la radio empezó en los teatros. Al principio se hacía radio en directo. Iba el público a verla y había orquestas que tocaban en directo. Se trata un poco de volver a la radio de los orígenes.

Y además le obliga a salir de casa.

Totalmente. De hecho, te juro que esa es una de las cosas por las que hago los bolos estos. Es por salir de casa. Toda mi vida he trabajado y he grabado en casa, solo. Y entonces, hostia, de repente me proponen hacer teatro. Al principio dije "qué pereza", pero luego me di cuenta de que era guay salir de mi casa y ver gente al otro lado.

"Me encanta mi trabajo y lo haría aunque fuera multimillonario"

Siendo un humor tan meticuloso y con tantas temporadas en emisión, ¿alguna vez se ha cansado de lo que hace?

Muchas veces. Es una cosa cíclica y me entran pequeñas crisis de vez en cuando, hasta que me sale un programa que considero bueno y me alimenta para seguir. Creo que, por ejemplo, de las diez temporadas que llevo, esta es la mejor, la que más me está gustando. A veces piensas que no se te ocurren ideas, que estás estancado, pero poco a poco va surgiendo todo.

¿Ha llegado a entrar en duelo con alguno de sus personajes?

No, porque soy muy racional en eso. Hay escritores que dicen que sus personajes les pueden y cosas así. En mi caso no, tengo muy claro que son herramientas que tengo. Lo que sí me pasa es que, cuando estoy haciendo la voz de un personaje, se me ocurren cosas que no se me ocurrirían si no estuviera haciendo esa voz. Es decir, entro como dentro de la psicología de ese personaje y dice cosas que no hubiese pensado frente al ordenador. Es como entrar en su mundo. Hay una parte de posesión en ello.

¿Qué opina de la frase, "elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar el resto de tu vida"?

Hay una parte que es cierta. Mi trabajo me encanta y lo haría aunque fuera multimillonario. Pero no lo haría de una forma tan exagerada como ahora, que come tanto tiempo. Hay una parte buena de hacer lo que te gusta, pero lo malo es el sacrificio que tienes que hacer. Lo ideal sería, en mi caso, hacer un programa al mes en vez de uno a la semana. Y entonces sí, sería como no trabajar.

¿Alguna vez ha pensado que ha ido demasiado lejos con una de sus bromas?

No, porque si no, no la hubiera hecho. Yo intento pasarme todo lo que pueda, pero con mi propia ética, que no sé cuál es. Busco el límite absoluto aunque a otra persona le pueda parecer muy poco. En resumen, nunca me corto en absoluto y hago siempre lo que quiero.

¿La comedia es un arte que precisa de manual técnico?

Seguramente sí, pero con una base. Es decir, requiere una artesanía y unos conocimientos técnicos, pero no sé si se pueden enseñar (o yo al menos no sabría enseñarlos). Yo me he inventado mis propios métodos y mi propio esquema y no sé si valdría para otros. Pero hay que ser realistas: si uno no tiene gracia, es imposible que se dedique a esto, por mucho que emplee dichos métodos. Es como si no tienes talento musical, por mucho que aprendas teoría musical, no vas a poder hacer una sinfonía buena.

Entonces, ¿el humorista nace o se crea?

A veces creo que yo no nací humorista. De hecho, yo quería ser locutor de radio y, al empezar a hacerlo así, me di cuenta que me era más natural hacer humor. En cualquier caso, todas las profesiones se pueden terminar teniendo si uno tiene cierta obsesión e insistencia en ello.

"Twitter está lleno de gente muy graciosa que hace viñetas, aunque ahora las llaman memes"

Una de las características de su humor es conseguir la risa a través del reflejo de la sociedad. ¿La cotidianidad es graciosa?

Una cosa puede ser graciosa en un contexto concreto, pero fuera de ese ambiente deja de serlo. El humor es más complicado de lo que parece.

¿Y tiene que ser necesariamente crítico con algo?

El 90 % de los humoristas te dirán que el humor ha de ser crítico con el poder, por ejemplo. Yo siempre he pensado que el humor ha de ir en contra del poder, pero que muchas veces la gente no acaba de comprender qué es el poder. Tendemos a pensar en él como cosas que ya son muy antiguas. Se piensa en la iglesia y cosas así, que ya están casi acabadas. Falta una modernización de lo que significa el poder. Yo creo que el poder es la opinión mayoritaria de la gente. Por ello, si tengo que criticar a alguien, no busco al de arriba ni al de abajo, sino al de al lado. Criticar a los míos, a la gente que es como yo.

¿Cómo se lleva con las redes sociales?

Pues muy mal. Yo me puse a Facebook cuando Facebook era moderno. Pero no tengo ni Instagram, ni Twitter, ni nada de esto. Es una cosa que no me interesa por dos razones: por el tiempo que se pierde y porque, a veces, tanto las buenas opiniones como las malas, te pueden ir en contra. Cuando te elogian mucho, no es bueno. Y cuando tienes muchas críticas, tampoco.

El caso es que las redes están siendo un escaparate de gente graciosa. ¿El humor está de moda?

Nunca dejó de estarlo. Lo que sí que siento es que con el auge de las redes sociales los humoristas han perdido esa importancia exagerada que les dábamos, yo creo que para bien. Quiero decir, antes había tres humoristas gráficos que publicaban viñetas en los periódicos y los teníamos como dioses. En cambio, ahora Twitter está lleno de gente muy graciosa que hace viñetas, aunque ahora las llaman memes. Pero que son tan graciosas como las viñetas tradicionales. Las redes han multiplicado por mil el talento humorístico.

Suscríbete para seguir leyendo