Entrevista

Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo, creadores de la serie sobre la trama asturiana del 11M: "Queríamos contar lo que pasó y también transmitir el dolor que provocó"

"Cogimos a un actor no profesional asturiano, Roberto Gutiérrez, para que marcase el tono del resto del reparto en naturalismo y con el acento"

Por la izquierda, Jorge Sánchez-Cabezudo, Roberto Gutiérrez y Alberto Sánchez-Cabezudo.

Por la izquierda, Jorge Sánchez-Cabezudo, Roberto Gutiérrez y Alberto Sánchez-Cabezudo. / DIEGO LOPEZ CALVIN

Tino Pertierra

¿Qué tienen en común dos series como "Crematorio" y "La Zona? Son magníficas y están creadas por Jorge y Alberto Sánchez-Cabezudo. Su talento fraternal se une de nuevo en "Nos vemos en otra vida", producción de seis episodios que Disney + estrena el 6 de marzo, cuando está a punto de conmemorarse el veinte aniversario del 11M, el mayor atentado yihadista en Europa. Está inspirada en el libro de Manuel Jabois que narra la historia a partir de la entrevista que el autor hizo a Gabriel Montoya, "Baby", el adolescente que, junto a Emilio Suárez Trashorras, participó en el traslado de los explosivos desde Asturias. "No es una serie de redención", afirman, "Trashorras nunca se arrepintió", y señalan que "hay mucho olvido en torno al tema, hay una generación que va a conocerlo a través de la serie, de la trama asturiana no se ha hablado mucho".

Segundo rodaje en Asturias tras "La Zona". ¿Contentos?

Jorge Sánchez-Cabezudo (J.S-C): Los paisajes asturianos nos parecen alucinantes. Fue un rodaje maravilloso. Además, la historia transcurría allí y allí nos llevó.

Alberto Sánchez-Cabezudo (A.S-C.): Por "La Zona" conocíamos muchos sitios. Ha sido una gozada. Nos sentimos como en casa.

Una de las mayores preocupaciones de los actores era ser creíbles con acento asturiano...

J.S-C: Claro, estaban muy preocupados por eso, trabajamos con un lingüista que nos ayudó con los guiones, escritos en un principio sin esa aproximación. Teníamos la intención de que respirara la atmósfera local, que respirara la verdad de los hechos y cómo funcionó aquello. Cogimos un actor no profesional que es asturiano (Roberto Gutiérrez, "Baby" en la serie) que debía marcar un poco el tono del resto de actores a nivel de naturalismo y con el acento. Su trabajo ha sido excelente, ahora toca a los asturianos decir qué les parece. Quim Ávila ("Baby" de adulto) hace un trabajo de composición sobre la propia voz de Roberto. Hay momentos en los que no distingues a uno del otro.

(A.S-C.): Roberto hacía de segundo coach junto con el ayudante de dirección, Guille Navajo, que tiene familia allí.

Un actor sin experiencia, ¿apuesta fuerte?

(A.S-C.): Teníamos muy claro que queríamos contar con un chico de Asturias, y no especialmente con formación de actor. Hicimos un trabajo de casting en Oviedo, Gijón, Avilés... Vimos muchos chicos y casualmente Roberto no estaba, él no quería ser actor ni pasaba por su cabeza. Alguien de producción lo vio salir de una hamburguesería de Oviedo y dijo: uy, este chico tiene algo, se acercó a él, lo entrevistó, lo grabó en vídeo y cuando lo vimos efectivamente tenía "algo". Ha sido una gran alegría.

J.S-C: El riesgo siempre que afrontas eso está ahí, es una apuesta. Alguien no profesional puede funcionar o no. Él tiene una mirada que transmite mucho, trabajó durante dos meses con una coach que le hizo conocer el oficio, cuál es el juego del actor. Es muy inteligente y lo entendió e interiorizó enseguida. Le dije: si tú lo sientes yo lo veo. Intentamos que el resto del reparto se contagiara de esa naturalidad, de esa frescura. Es muy disciplinado, tiene un pundonor increíble. Un día hicimos seis tomas, clavó cinco, y una no. Y se fue enfadado a casa consigo mismo.

(A.S-C.): Además le picó el veneno de la profesión. Si rodamos 69 días, él estuvo 67 delante de la cámara en su primer papel. Necesitas que te guste lo que haces y ser motor en cada día de rodaje.

"Crematorio", "La Zona"... podemos hablar ya de trilogía?

J.S-C: No lo habíamos pensado pero a lo mejor tienes razón. Es una crónica criminal por un lado, se puede enmarcar en lo que es cine negro de alguna manera...

(A.S-C.): Existe en las tres la preocupación de contarnos como sociedad, historias que nos interpelan. Son necesarias, nos generan como creadores preguntas que necesitamos responder. Y esperamos que también a los espectadores.

Difícil ponerle etiquetas...

(J.S-C.): Cada uno hace lo que sale y ya desde la película "La noche de los girasoles" hay una mezcla de drama de personajes con crónica criminal, thriller... Ese equilibrio nos atrae.

A.S-C: En este caso hay algo importante, y es que se basa en hechos reales. Es la primera vez que nos enfrentábamos a eso y nos marcaba mucho la pauta. Nos movía entender lo que pasó y por qué pasó. Y todo el dolor que provocó.

Detrás está el libro de Manuel Jabois. ¿Ayudó?

(J.S-C.): Ayuda primero a la hora de vender el proyecto, ya existe un referente de la historia sobre lo que hablar y lo que quieres hacer. Y luego hay un gran trabajo, como en "Crematorio" (novela de Rafael Chirbes) de descripción de personajes que para nosotros es oro puro. Nos deja una gran capacidad de mover esas piezas muy bien elaboradas y volar sobre la historia. "La Zona" no era así, eran personajes de creación nuestra y por eso fue más larga la gestación.

Nada de adoctrinar.

A.S-C: Se trata de hacernos preguntas en un retrato criminal, no de aleccionar a nadie.

J.S-C: Si se pudiera definir de alguna manera estaríamos hablando de un drama criminal que habla sobre nosotros como sociedad.

Un terror que procede de lo cotidiano...

A.S-C: Una de la cosas que nos llamó mucho la atención es desde dónde lo mira Jabois, contar algo tan trágico, tan gigante, desde algo tan pequeño y cotidiano nos estremecía. Cómo algo tan a veces cutre, sucio y pequeño puede estar detrás de algo inmensamente trágico.

J.S-C: Era muy, muy interesante entrar desde lo muy pequeño, desde la pequeña historia de barrio. Nos parecía un enorme descubrimiento acabar hablando del 11M desde un banco con unos chavales fumando porros. Al ceñirnos de una manera realista a lo que pasó nos encontramos con hechos increíbles que estábamos contando que fueron verdad. Por eso la serie es tan inabarcable en ese sentido, huye de todos los clichés porque la realidad hace que los evites. Entrar desde esa parte tan pequeña resultaba escalofriante. Dos magnitudes que te estallaban en la cabeza. Cómo algo tan pequeño puede derivar en algo de repercusión planetaria. El pequeño crimen al que estaba destinada a pagar esta gente entrando y saliendo de la cárcel pasa a tener una consecuencia inmensa. De ahí la estructura, confrontando una magnitud con otra siempre.

No hay móviles políticos ni religiosos...

A.S-C: Es la historia de dos pequeños criminales, sobre todo Emilio Suárez Trashorras, queriendo ser el rey del barrio, de su mundo. Y cómo arrastra a Gabriel Montoya. Algún policía dijo en un documental que "les vino Dios a ver" con Trashorras, porque parece inverosímil. La historia está llena de momentos en los que pudo haberse evitado, con un pequeño cúmulo de casualidades nefastas que ocurrieron.

(J.S-C.): Inverosímil pero real, que de pronto te ofrezcan tanta cantidad de hachís por tanta cantidad de dinamita te estalla en la cabeza, pero fue así. Luego todo tiene sentido, pero a ti como guionista no se te ocurre.

¿La reacción de las víctimas les preocupa?

A.S-C: Tardamos un año en empezar el proyecto para ver cómo abordarlo y teníamos muy claro que debíamos contar lo que sucedió pero también transmitir el dolor que provocó. Las víctimas tienen su lugar en la serie, huimos de reconstruir el atentado con imágenes sangrientas. Debían ser ellos los que contasen lo que sucedió ese día. Habíamos vistos sus testimonios en el macrojuicio y nos parecía la forma más digna de contarlo, son escenas llenas de dramatismo y de mucha entereza.

(J.S-C.) No contamos la historia desde los yihadistas, no hacemos espectáculo con la sangre. Además, lo interesante era centrarlo en la historia del testigo, de "Baby". Cuanto más nos alejábamos de él más se dispersaba la historia. Lo que da valor es eso: contamos la historia de alguien que vivió en primera persona los viajes con los coches, con los yihadistas... Todo lo demás son ramificaciones que harían dispersarse la historia. Hay muchas historias del 11M. La nuestra es esta.

A.S.-C: Y ciñéndonos a los hechos probados del juicio.

¿Podemos dar por hecho que lo próximo se hará en Asturias?

J.S-C y A.S-C: Estamos buscando la manera de rodar allí. Fue un placer. Nos sentimos como en casa. Nos hemos barrido Asturias de arriba a abajo, pero seguro que hay mucho aún que nos sorprenda.

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