El fenómeno "Bola de Drac": así conquistó Son Goku a los alicantinos

La serie creada por el recientemente fallecido Akira Toriyama llegó desde Japón a Canal 9 en 1991 y se convirtió en un acontecimiento semanal que traspasó barreras geográficas y lingüísticas

Son Goku, principal protagonista de "Bola de Drac".

Son Goku, principal protagonista de "Bola de Drac". / EUROPA PRESS

Voro Contreras

Voro Contreras

En la tarde del 2 de marzo de 1991 apareció en las pantallas de televisión que habían sintonizado Canal 9 un extraño niño con una cola de mono que surcaba los cielos montado sobre una nube amarilla.

Muchas niñas y niños de la Comunidad Valenciana ya conocían en Son Goku, a sus amigos y a sus enemigos, gracias a los episodios de "Bola de drac" que se estaban emitiendo en TV3 desde el año anterior. Pero su llegada en la televisión autonómica valenciana -que programaba los capítulos de la serie una hora antes de que lo hiciera la catalana- fue definitiva para convertir al chaval con cola de mono en un fenómeno que sobrepasó ampliamente todas las pantallas e invadió las casas, los parques, las plazas de los pueblos y los patios de los colegios.

El padre también de Arale

Hoy se ha sabido que el padre de la criatura, el dibujante japonés de manga Akira Toriyama ha fallecido a los 68 años a causa de un derrame cerebral agudo. Su primer gran éxito llegaría con la serialización de 'Dr. Slump', las disparatadas aventuras del científico e inventor Senbei Norimaki y su creación, Arale, un robot con la apariencia de una niña de 10 años, que se publicaría entre 1980 y 1984.

Mientras se encontraba trabajando en este éxito, Toriyama crearía 'Dragon Boy' (1983), una historia corta de dos capítulos que sirvió como prototipo para varios de los personajes que protagonizarían la obra que lo lanzó a la fama mundial y se ha convertido probablemente en el manga más conocido de todos los tiempos, 'Dragon Ball'.

Su obra más mítica se publicaría entre 1984 y 1995, dando lugar a una transgresora serie de animación que revolucionaría el consumo y el rumbo de la industria, y a numerosas obras y series posteriores, entre ellas las actualmente en publicación 'Dragon Ball Heroes' y 'Dragon Ball Super', en la que estaba trabajando, haciéndose cargo del guión, junto a su discípulo Toyotaro (dibujo).

Impacto social

Una parte importante de lo que supuso “Bola de drac” para un par de generaciones de se la debemos a los actores que se encargaron de su doblaje al valenciano: Vicent Quintana (narrador y dragón), Francesc Fenollosa (Geni Tortuga), Júlia Sorlí (Lunch y Bulma), Martí Pitch (Goku adulto), José Luis Valero (Freezer) o Francesc Anyó (Vegeta).

"Mientras hacíamos el doblaje desconocíamos la repercusión que iba teniendo, no fue hasta que dejó de emitirse la serie cuando descubrimos el impacto social que había tenido, de cómo había arraigado en el ámbito social y emocional en tanta gente", explica Fenollosa.

Goku contra el conflicto lingüístico

Antes de ser la voz del Geni Tortuga, Fenollosa fue maestro de escuela, y por eso su opinión es tan valiosa al asegurar que la emisión en valenciano de aquella serie creada por el japonés Akira Toriyama en 1984 "hizo más por la promoción de la lengua que todas las campañas institucionales".

"Una persona de Villena me contó que el conflicto lingüístico que había en los colegios de allí se acabó cuando llegó 'Bola de Drac' y los niños querían aprender valenciano para poder disfrutar bien de la serie", recordaba Fenollosa en 2022 para Levante-EMV. Como entonces Canal 9 se veía además en Murcia y Albacete, también los niños y niñas de allí aprendieron valenciano para engancharse con todas las de la ley a las aventuras de Goku.

"Antes de la pandemia nos reuniremos en un salón de manga en Murcia y la cola de gente porque le firmamos un dibujo o le grabamos un mensaje en el móvil con la voz de Goku o el Geni Tortuga era enorme", añadía Fenollosa, quien también recordba el enganche tipo serial que provocaba la serie: "Había gente bastante mayorcita que iba trabajando por el mundo y que paraba su coche ante cualquier bar para no perderse el capítulo del día".

"Es que era como un serial", confirmaba Júlia Sorlí, la actriz alcoyana que puso la voz de Lunch (aquella chica dulce y tímida que se convertía en una guerrera cuando estornudaba) y después la de Bulma y a la cual también hemos escuchado como Sin-Chan o como la voz que nos anuncia las paradas de Metrovalencia.

Desde Japón vía Francia

El doblaje al valenciano de "Bola de Dragón" se realizaba en los estudios Pertegaz de Xirivella, donde Fenollosa y su equipo (él era uno de los cuatro directores) ya habían traducido la serie de dibujos "Guardianes de la galaxia".

"Nos llegaron de una sola tanda 200 capítulos y íbamos al corte. Cómo acabamos yendo casi al mismo tiempo que TV3, los guiones no nos llegaban en catalán sino en francés, que es de donde lo habían traducido del japonés", recordaba Fenollosa. "Era un trabajo mucho chulo y muy sorprendente porque se habían hecho muy pocas cosas de manga -explicaba por su parte Sorlí-. Íbamos aprendiendo conforme íbamos trabajando".

Bola de Drac

Bola de Drac / L-EMV

Violencia y sexismo

Después de un éxito brutal entre el público infantil y juvenil, algunas quejas de padres por la violencia de la serie motivaron el final abrupto de "Bola de Dragón" en Canal 9 en el capítulo 213, a punto que empezara el 25.º Torneo de las Artes Marciales.

Con el tiempo -y ante la posibilidad nunca cumplida de que À Punt pudiera recuperar la serie- las críticas contra las aventuras de Goku no han venido tanto por su violencia sino por el sexismo que transmitían algunos de sus personajes, como aquel Genio Tortuga al cual doblaba Fenollosa, y que sufrían otros personajes, como aquellas Bulma y Lunch a las cuales doblaba Sorlí.

"Mirando ahora las cosas... Tiene un puntito fuerte, sí. Pero, yo que sé, a nosotros en aquel momento nos hacía mucha gracia que en unos dibujos se hicieron estas cosas", reconocía Sorlí. Fenollosa admitía, por su parte, que doblar al muy sicalíptico Geni Tortuga suponía un reto precisamente por eso, por reunir en un solo personaje a un maestro de las artes marciales que a veces parecía un hombre inmensamente cordial y otros un sátiro que no podía evitar sangrar por la nariz cuando veía a alguna chica en bikini.

"Sí, todas aquellas imágenes de las braguitas y tal, sobre todo en la primera temporada, eran muy impactantes -admitía-. Pero al mismo tiempo, eran unos dibujos que transmitían unos valores de trabajo en equipo, de una pandilla de amigos compartiendo un objetivo".

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