La liga italiana cerrará hoy el fin de la primera vuelta con la 19a jornada, tras los actos de violencia ocurridos el miércoles en el Inter-Nápoles, cuando una pelea entre hinchas provocó un muerto y cuatro apuñalados y la afición milanesa dedicó unos cánticos racistas al jugador senegalés Kalidou Koulibaly. Mientras las autoridades italianas investigan sobre las peleas y la muerte del aficionado, Daniele Belardinelli, atropellado por una furgoneta fuera del estadio San Siro de Milán, el Juez Deportivo de la Serie A castigó el jueves al Inter a jugar dos partidos a puerta cerrada, más un tercero sin los ultras del fondo por los insultos racistas.

El Inter, que visita hoy al Empoli, lo hará además sin poder contar con sus aficionados en el sector visitante del estadio Castellani, en un partido en el que reanuda su pelea para acercarse a la segunda posición del Nápoles.

El propio Nápoles recibirá al Bolonia en el estadio San Paolo, en un partido en el que no podrá contar con Koulibaly, expulsado en el cruce con el Inter por aplaudir irónicamente al árbitro, ni con Lorenzo Insigne, que también vio la tarjeta roja por insultar gravemente al colegiado.

Luciano Spalletti, técnico del Inter de Milán, condenó con fuerza ayer los cánticos racistas que parte de la hinchada milanesa dirigió el miércoles al defensa senegalés Kalidou Koulibaly y subrayó que su club «ama las diferencias».

Spalletti se refirió a los insultos racistas escuchados en el partido Inter-Nápoles del estadio San Siro, un encuentro que estuvo marcado por la tensión y la violencia. «Condeno con fuerza lo ocurrido el miércoles. Llegó el momento de decir 'basta' con el racismo, la discriminación o cánticos que evocan tragedias el pasado», aseguró Spalletti en la rueda de prensa previa al partido del Inter de en el campo del Empoli.

«Subrayo que el comportamiento de nuestros jugadores en el campo ha sido ejemplar. Nuestro mensaje es claro. Nuestro club ama las diferencias y ama a todos los que están a nuestro alrededor», prosiguió. Los insultos racistas de parte de la afición del Inter provocaron el jueves la decisión del Juez Deportivo de la Serie A de castigar a los milaneses a disputar dos partidos a puerta cerrada, más un tercero sin los aficionados del fondo ultra.

Una decisión aceptada por Spalletti, quien sin embargo lamentó el hecho de que «se penalice a la gran mayoría de los aficionados, los que acuden al estadio con alegría, amor y sentimiento».

«Parar el partido en caso de cánticos racistas podría ser una solución, pero ahora hay que hacer algo distinto, hay que empezar un proyecto. Los casos de racismo siguen siendo muchos y no solo se producen contra Koulibaly. Lo sentimos mucho por él y se lo dijimos todos», aseguró.

Por su parte, Gennaro Gattuso, técnico del Milan, definió este viernes como «cuatro imbéciles» a los aficionados del Inter de Milán que dirigieron el miércoles unos cánticos racistas al defensa senegalés del Nápoles Kalidou Koulibaly. «Creo que es correcto parar el partido, pero hay que entender que son cuatro imbéciles, no todo el estadio. Lamentablemente no es la primera vez que ocurre algo de este tipo. Somos todos iguales, hace falta respeto», dijo Gattuso en la rueda de prensa previa al duelo liguero del Milan contra el Spal de Ferrara.

«Hay que tener el coraje para parar el partido y retirar al equipo. Pero no critiquemos excesivamente nuestro país, he visto otros 'países civilizados' lanzar plátanos», prosiguió el preparador del Milan.

Para Gattuso los cánticos de la hinchada milanesa no fueron solo fruto de racismo sino también del miedo por la calidad y la fuerza de Koulibaly. «Koulibaly es enorme, esos gritos se los hacen también por miedo. Yo también doy este tipo de interpretación», aseguró.