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La maldición que no cesa

El Hércules encadena su décimo partido sin ganar al Alcoyano tras un derbi condicionado por la roja directa vista por Pablo Íñiguez en el minuto 37

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El Hércules se vuelve a estrellar con el Alcoyano

El Hércules de Planagumà ha desterrado esta temporada algunos de los vicios adquiridos en este último lustro en Segunda B y también varios maleficios que parecían congénitos al vestuario del Rico Pérez. Pero, acabe como acabe el curso, la maldición frente al Alcoyano seguirá vigente por increíble que parezca. Con el 0-0 de ayer, el Hércules encadena 10 partidos seguidos sin ganar al cuadro de El Collao que ayer mostró su versión más defensiva en el Rico Pérez en un derbi absolutamente condicionado por la tarjeta roja directa que vio Pablo Íñiguez en el minuto 37.

El central valenciano levantó demasiado la pierna en una disputa con Nieto (tras una indecisión entre Falcón y Samuel) y le clavó los tacos en el costado, ante lo que el árbitro manchego Alberola Rojas se mostró implacable pese a las sonoras protestas de la grada, que a partir de esa acción la tomó con el exherculano al entender que había fingido.

Hasta ese momento, el Hércules merecía ir ganando a los puntos ya que pisaba el área alcoyanista prácticamente cada vez que se lo proponía aunque sin generar peligro real. La ocasión más clara del partido llegó en el minuto 22 con un balón servido desde la izquierda por Alfaro que encontró la cabeza de Benja, bien colocado entre el Navarro y Hermosa. El «9» blanquiazul cedió de cara a Carlos, quien recortó a su par con un finta preciosa y se quedó delante de Bañuz, pero el meta reaccionó rápido, se le echó encima y logró desbaratar milagrosamente a saque de esquina para desesperación del goleador de Mataró, que se quedó con las ganas de celebrar su décima diana.

El Alcoyano, por su parte, llegó con la ideas claras al Rico Pérez y un plan de actuación perfectamente trazado que consistía en defender en bloque bajo con las líneas muy juntas e intentar hacer daño a la contra. Ese guión no lo cambio el técnico Mario Barrera tras quedarse con un jugador más. El preparador argentino parcheó con Primi con improvisado mediocentro en ausencia del sancionado Omgba y lo confió todo a la agresividad de sus centrales y mediocentros y a la rapidez y el talento de jugadores antaño cotizados como Óscar Díaz, Óscar DíazNieto

Por su parte, Planagumà no hizo ningún cambio tras la roja a Íñiguez y optó por retrasar a Fran Miranda como central y dejar solo a Diego Benito como pivote, asumiendo riesgos. Pero los ánimos estaban muy calientes en los últimos minutos del primer acto, los blanquiazules andaban pasados de revoluciones y algo desordenados, lo que pudo aprovechar Nieto, en el 45', para firmar el 0-1 al quedarse solo ante Falcón tras una contra bien ejecutada y con asistencia final de Braulio. Pero el madrileño cruzó demasiado el balón para jolgorio de la grada.

El técnico del Hércules siguió con su planteamiento valiente de inicio en el segundo acto, que comenzó con susto para los locales porque Juanjo Nieto no acabó una jugada en ataque y provocó una contra letal que salvó providencialmente Samuel dentro del área cuando Braulio ya estaba con el fusil preparado. Pese a que el lateral derecho del Alcoyano estaba ocupado por un desubicado Lino (es delantero) el Hércules cargó siempre su ataque por la otra banda. Nieto y Pol Roigé lo intentaron decenas de veces pero casi nunca tomaron buenas decisiones.

Miranda, chico para todo

En vistas de que sus pupilos no habían logrado poner el marcador de cara en el arreón inicial de la reanudación, Planagumà plegó velas en el 64' y reforzó el doble pivote adelantando de nuevo a Fran Miranda y dando entrada a Álvaro como central en detrimento de Roigé. Pese a que el Hércules prescindía de un jugador de ataque, la vocación del equipo siguió siendo ofensiva frente a un Alcoyano que firmó descaradamente el empate. Prueba de ello es que al cambio defensivo de Planagumà respondió Barrera con otra permuta también conservadora pese a jugar con uno más.

Empeñado en seguir metiendo presión al líder Baleares, el Hércules, ya justo de fuerzas, siguió percutiendo contra el área alcoyanista y dos buenas llegadas de Alfaro por la derecha encendieron a la grada. En la primera de ellas, el balón se envenenó y su asistencia acabó en el palo.

Antes de que el colegiado decretase el final del duelo, Benja tuvo tiempo para revolverse dentro del área y probar a Bañuz con un disparo raso cruzado que obligó a lucirse al portero. Esta meritoria acción cerró un derbi sin goles pero repleto de tensión.

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