El tiempo te da la medida y la fuerza de los golpes que recibes la grandeza de los objetivos que persigues. El HLA Alicante perdió en Lugo la oportunidad de igualar a Melilla como club con más Copas de LEB Oro en la historia. Lo tuvo cerca, lo mereció, se lo ganó en la pista, pero nunca basta con eso, necesitas que la suerte, frugal y esquiva, te sonría. El título únicamente reporta satisfacción emocional, así de cruda es la realidad del baloncesto nacional, pero lograrlo refuerza la autoestima. La homeopatía verbal y escrita que sobreviene cuando se cae con honores le vale de poco a quienes se dejan la piel en la pista. La Fundación, tutelada por Toni Gallego y toda su junta, va camino de devolver al sustantivo Lucentum el espíritu inmortal de Paco Pastor. Caerse y levantarse, hacerlo sin arruinar a nadie, ennobleciendo el nombre de las instituciones y empresas que te prestan su ayuda, paso a paso, sin dejarse sepultar por la megalomanía que sufren quienes no entienden que el éxito es saber perder para aprender a ganar.

¿Se puede sacar alguna lectura positiva de la derrota?

Muchas y en varios sentidos. Llegar a una final de Copa en LEB Oro, viniendo de dónde venimos, ya es un éxito a tener en cuenta. Poder comparar tu trabajo con el de clubes que están por delante de ti en cuanto a proyecto y aprender de ello también es clave para saber escoger el camino correcto en el futuro. Y, a nivel netamente deportivo, quedó patente que podemos competir contra cualquier equipo en cualquier cancha. Nos habría gustado ganar, pero nos llevamos en el zurrón muchas cosas buenas.

¿Qué sensación quedó en el vestuario tras tenerlo tan cerca?

Al final del partido, el ambiente que reinaba era el de un velatorio. Había rabia, pero no quedaban fuerzas ni para expresarla. El equipo lo dio todo, se vació en la cancha y solo le faltó que una de las dos que tuvo al final (Zohore y Pedro Llompart) entraran, nada más.

Tal y como se desarrolló el encuentro, ¿ganó el Breogán o perdió el HLA Alicante?

Dio la sensación de que jugamos un partido de poder a poder, creo que nosotros les superamos tácticamente, y prueba de ello es que, desde el final del primer cuarto hasta 4 minutos antes de acabar, dejamos a un bloque con el enorme potencial ofensivo de Lugo en 33 puntos. Lo hicimos todo para ganar y nos falló el último detalle, nada más. Esta experiencia nos va a venir muy bien para afrontar la segunda fase porque los enfrentamientos serán así de duros.

Una vez que se recoge la brillantina de la final y todo vuelve a su ser, ¿cuál es el objetivo real del club al final del curso?

Consolidar al equipo en la parte alta de la clasificación, mantener ese estatus en la segunda fase y alcanzar el «play-off». Al haber solo un ascenso y lograrse de forma directa en eliminatorias, el objetivo para nosotros debe ser el de ir pasando todos los cortes y llegar muy bien al último mes de competición para tener la opción de ascender a la ACB.

Por fin se vio todo lo que un hombre como Jonas Zohore puede darle a este Lucentum, ¿es clave para lograr el objetivo?

Era un partido para tener un cinco grande muy protagonista. Tapó a Larsen en la medida que eso es posible y jugó más minutos que en los partidos anteriores porque estuvo a la altura de lo que demandaba el encuentro tácticamente. Nosotros ponemos a disposición de los técnicos las herramientas que nos piden y luego son ellos quienes deciden qué pieza utilizar en cada momento. La última incorporación, Noah Allen, obedece a eso precisamente. Necesitábamos un alero más físico, que era un perfil que no teníamos, y lo firmamos. Nosotros ponemos las armas y los entrenadores las usan como creen mejor para el equipo. Todo el mundo necesita un periodo de adaptación cuando llega a una liga más dura que en la que estaba, y Jonas no es una excepción.

Que se lo digan a Jorge Bilbao... ¿Qué tal acabó, estará en Huesca el viernes?

Jorge jugó con un leve esguince en el codo. Lo tuvo inmovilizado hasta el último entrenamiento previo a la final. Se lo desbloquearon a medias para que se probara en la sesión de tiro. Salió vendado y el golpe que se llevó en el cuarto final también le afectó esa zona. Aun así, volvió para estar en la prórroga... Por suerte, no se le ha agravado el problema, así que lo normal es que no cause baja.

¿Está el nivel del arbitraje en LEB Oro al mismo nivel que el baloncesto que practican los equipos? ¿No le resultó desconcertante?

Desde mi punto de vista, fue el arbitraje de una final, que no es el mismo que el de una jornada regular. Me explico, en las finales, los árbitros priman no equivocarse por encima de acertar. En líneas generales, el arbitraje en la categoría no está mal, pero también creo que el aumento de dos a tres colegiados ha abierto la puerta a algunos que, de no ser por esta exigencia, tendrían más complicado pitar. El nuevo reglamento ha acelerado el proceso de formación y ha precipitado algunas designaciones porque la medida afecta a todas las ligas y la demanda de árbitros es mayor y propicia que, durante un mismo partido, no exista un criterio homogéneo y eso pueda llegar a desconcertar, a los jugadores los primeros.

Que una final de Copa como la del viernes, con un juego atractivo, emocionante, se pudiera ver solo por streaming, ¿es un signo del tiempo que nos toca o una ocasión desaprovechada para promocionar y potenciar la liga?

Es una mera cuestión de derechos televisivos. LaLiga los tiene en exclusiva y no quiso escuchar ofertas de teleoperadores, alguno de ellos locales, para compartir la señal. Prefirieron utilizar el evento para que más gente se descargara su aplicación y darla a conocer aún más. Es su negocio y ellos saben qué es lo que les conviene más... lo que opine yo da igual.

Llega febrero, un mes en el que históricamente, en esta entidad, hasta que entraron ustedes, se agudizaban los desastres financieros. ¿Salen las cuentas?

Las de esta temporada, seguro. Nosotros ya estamos trabajando en las de la próxima, que son las que nos preocupan realmente. Tal y como está la situación general del país y de las empresas, podemos sufrir para elaborarlas. No arrastrar deuda nos ayuda a la hora de lograr financiación, es una ventaja, pero es una pena, porque si algo ha demostrado esta final es que no estamos tan lejos de clubes con estructuras ACB fuertemente consolidadas como Breogán, que a poco que sumáramos apoyos podríamos estar a su altura, que Alicante podría ser de nuevo ACB, lo creo firmemente.