El dolor del capitán lo siente toda la franquicia. Pedro Llompart ha encendido la luz de alarma en el HLA, que teme que pueda perder a su capitán, como mínimo, para el siguiente compromiso de Liga, el de este mismo sábado frente a Leyma Coruña, un rival directo en la pugna por acceder al «play-off» previo a la Final a Cuatro que decidirá quién ingresa en el orgulloso club de los 18 equipos que integran la élite nacional.
El base mallorquín recibió un golpe en la rodilla que no le impidió seguir en cancha hasta el final. Sin embargo, días después, en el enfrentamiento en el Pedro Ferrándiz con el Real Valladolid, tras un mal movimiento al recibir una falta y, a continuación, realizar un esprint para montar con un contraataque, el director de juego notó como aumentaba la intensidad del dolor, que se concentra en la zona meniscal, de ahí la incertidumbre del diagnóstico.
Al tratarse de un tramo de la temporada con dos jornadas en la misma semana, técnicos, médico (y jugador) acordaron dar descanso al capitán para que no viajara a Granada a pesar de la entidad del adversario, líder de la LEB Oro. El equipo no trabajó ayer después de la derrota frente al Covirán y hoy está programado el primero de los entrenamientos para preparar la cita crucial del sábado en el CT (19.30 horas).
Pedro Llompart tiene previsto participar en la sesión de recuperación y probar la evolución de la rodilla sin forzar. De Vitoria dosificará las cargas de su base para conseguir que esté en condiciones de participar en el pulso directo con los gallegos.
Las tres derrotas consecutivas que han seguido al triunfo sobre la bocina frente al Almansa han complicado el objetivo mínimo que se marcaba al inicio de curso el conjunto alicantino, que necesita doblegar a los coruñeses para no tener que depender de terceros en las cuatro últimas jornadas de competición. Ahora mismo suman un triunfo menos que Neyma Coruña, que es quien delimita la zona de «play-off». A las molestias de Llompart hay que unir las que aún siente Guillem Arcos en el escafoides y que le obligan a seguir jugando con protección.
Después de una larga convalecencia, el canterano ha regresado, pero todavía no está repuesto al 100%. La ausencia del capitán le obliga a sumar más minutos en pista de los aconsejables en el puesto de uno ya que el preparador vizcaíno apenas cuenta con Obbie Trotter, el estadounidense que firmó para cubrir la vacante que dejó la precipitada retirada (¿del baloncesto?) de Justin Pitts en enero y que no ha demostrado, hasta ahora, estar al nivel que exige un club como el Lucentum.
