Nombres que resuenan mucho más tiempo del que se emplea en decirlos. Nombres eternos, fijados a fuego en la memoria, en el vicio culpable de querer ganar siempre, de desear lo que se oculta delante de una leyenda. El curso baloncestístico echa el cierre de golpe para el Lucentum. Lo hace mucho antes de lo previsto. Por primera vez desde su resurrección, el HLA no ha estado a la altura de lo que se esperaba de él.
Sin opciones reales de «play-off» desde hace semanas, sin un líder al que aferrarse en la larga caída ni un patrón de juego reconocible que conectara con la grada, el Pedro Ferrándiz apaga los focos este viernes para dar pie a un complejo proceso de reflexión. Será justo después de que un gigante justifique solo con su silueta inconfundible el precio de una entrada. Uno de los tres españoles con anillo de ganador de la NBA visita el CT, y no uno cualquiera, es uno que supo sobreponerse al estigma del hermano menor, que saltó desde la LEB al Olimpo, que no se rindió nunca, que creyó en él cuando todos los demás le atribuían un único mérito: ser hermano de Pau Gasol.
Marc nació en Barcelona el 29 de enero de 1985. Se enganchó al basket en la Escola Esportiva Llor, en Sant Boi, y se formó en las categorías inferiores del Barça. El 26 de octubre de 2003 jugó su primer partido en ACB. Sus excelentes números durante su etapa catalana, tanto en la Ciudad Condal como en Girona, hicieron posible que el 29 de octubre de 2009 debutara en la NBA con los Memphis Grizzlies ante Houston Rockets. En febrero de 2019 fue traspasado a Toronto Raptors y en noviembre de 2020 fichó por Los Ángeles Lakers. Su palmarés deslumbra. Con la selección española consiguió los Mundiales de 2006 y 2019. Entremedias, en 2009 y 2011, se proclamó campeón de Europa en las citas de Polonia y Lituania, y se colgó la medalla de plata en los Juegos de Pekín 2008 y Londres 2012.
Con el Barcelona ganó una Liga (03-04). Con el Girona, una FIBA EuroCup (06-07), y con los Raptors completó la cuadratura del círculo: campeón de la NBA tras derrotar en la final a la última gran dinastía del Oeste: Golden State Warriors, en 2019. En la mejor liga del planeta, rodeado de los mejores del mundo, fue incluido tres veces en el All-Star (2012, 2015 y 2017). Su talento es tan arrollador que el Consejo Superior de Deportes le otorgó la Medalla de Plata de la Real Orden del Mérito Deportivo y en 2015 recibió el Premio Princesa de Asturias de los Deportes.
Las cualidades del irremplazable pívot español son cuantiosas. Ingenioso, valiente dentro y fuera de la cancha, trabajador, inconformista siempre, con excelente rango de tiro, disfrutón máximo, asistente elegante, siempre hace mejores a todos lo que tiene alrededor. Gran distribuidor desde el poste alto, localiza antes que nadie las ventajas que se producen. Buen defensor y extraordinario reboteador, solidario a todas horas, su enorme capacidad para tapar las líneas de pase y su arrogancia bien entendida le han valido para fabricarse un guante de amianto que le permite jugarse bolas que a todos los demás les queman.
El 25 de noviembre, cuando anunció en Fontajau que iba a empezar a jugar además de presidir su club, la cotización de una Liga maltratada hasta la desesperación subió de manera súbita. Desde ese día se convirtió en el principal foco de interés y, sobre todo, en un reclamo inversor que se ha traducido en una desmedida venta de camisetas con su número y un incremento en la demanda de entradas a los pabellones en los que su magisterio jamás cesa.
Un imán de ingresos
El pasado 8 de abril, su club hizo pública una encuesta que había realizado entre sus aficionados. En ella se podía constatar que el 38% de los encuestados afirmaba que el principal motivo por el que se había abonado al proyecto del Bàsquet Girona había sido la presencia de Marc Gasol.
Debutó en la décima jornada, el 3 de diciembre, contra Huesca. Su estreno fue brillante pese a su larga inactividad: 19 puntos, 16 rebotes, 7 faltas recibidas y 39 de valoración. En las nueve jornadas anteriores, el conjunto catalán había sumado 2 triunfos y 7 derrotas y ocupaba la decimoquinta posición. Ahora, con 18 victorias más y la mitad de los tropiezos (4), su franquicia tiene garantizada la presencia en el «play-off» previo a la final a cuatro y es uno de los aspirantes al ascenso.
Con él en el equipo, solo han sido capaces de superarles Estudiantes, Lleida, Lucentum y Granada. Se lesionó en Barris Nord y no jugó contra el bloque de Gonzalo García de Vitoria. Ahora tiene ganas de restañar el «honor» de Girona, que necesita ganar este viernes en el CT (21 horas) para asegurarse la cuarta plaza. El HLA no se juega nada, pero la afición, sí... poderle decir al mundo yo vi a un extraterrestre jugar delante de mí.
