El trabajo diario, la constancia, la dedicación, la ilusión y la fe en la cantera son los puntos en los que se apoya la Fundación Agustinos desde su creación más de 40 años. Así es como hace crecer sus proyectos y como consigue hacer realidad sus sueños. El club alicantino, conocido como el conjunto tricolor, no se desvía ni un ápice de sus principios y los aplica en cada una de las categorías. Casi medio millar de jugadores de balonmano forman una extensa cantera de la que se nutre durante muchos años gran número de equipos de la geografía española. Agustinos, ahora convertido en Fundación, recoge los frutos a su trabajo en forma de resultados semana tras semana.
El primer equipo, entrenado por Alejandro Carrillo, que también es el director deportivo de la entidad, es líder del grupo E de la Primera Nacional después de once partidos. Tan solo ha cedido un empate en lo que va de competición y consigue las victorias con un juego que va de menos a más apoyado en una gran defensa y velocidad en ataque. La plantilla ha cambiado mucho respecto a la pasada temporada pero ha logrado conjuntarse a la perfección con una solidez en la portería que la convierte en una garantía. La tricolor busca de forma descarada el ascenso a la División de Honor Plata en su tercer intento. Los dos anteriores se quedó a las puertas tras disputar el «play-off».
En esta ocasión, las sensaciones son inmejorables pero nadie quiere pensar en ello todavía. Las otras veces sí se hizo y salió mal. De los errores se aprende y Agustinos ha tomado buena nota. Jugadores de la talla de Calderón, Pablo Martínez o Aarón González, capitanes del equipo, transmiten a sus compañeros los valores del club para seguir creciendo. «Estamos muy contentos con la trayectoria que llevamos, pero hay que ir paso a paso y no pensar en nada más que no sea en el próximo partido», señala Israel González, el presidente del club.
Además, el sénior femenino también ocupa la primera posición de la clasificación. Las jugadoras que entrena Ignacio Francés han arrancado de forma inmejorable la temporada y también se pueden permitir el lujo de soñar con altas metas. La cantera, por su parte, mantiene el trabajo realizado durante muchos años.
