Desde la Gran Manzana

La Eroica

Rakovevic durante el segundo partido en Palencia

Rakovevic durante el segundo partido en Palencia / Victor Quintana

Mar Galindo

Mar Galindo

No, no es un error ortográfico. Pero sí, sí habla de héroes, de ideales de lucha, de pasajes épicos. Cuando Beethoven compuso su tercera sinfonía, «La Heroica», tenía en mente las ideas de libertad de la Revolución francesa. En los albores del siglo XIX, el genial músico alemán admiraba a Napoleón y, aconsejado por algunos amigos, había decidido titular aquella hermosa sinfonía como «Bonaparte», en honor al que él consideraba el gran libertador de Europa. 

Sin embargo, cuando el general francés se proclamó emperador, Beethoven interpretó aquello como una traición al espíritu revolucionario y tachó de inmediato la dedicatoria musical. No quería celebrar el legado de un tirano. Además, hizo una sustancial modificación en la obra: quitó la marcha triunfal prevista y la sustituyó por una marcha fúnebre. 

Ahí es nada. Al final, la partitura se publicó como «Sinfonia Eroica composta per celebrare la morte d’un Eroe», con un título en italiano. Mucho se ha discutido desde entonces sobre cuál es el héroe al que en realidad homenajea Beethoven. Fue el histórico director de orquesta Arturo Toscanini quien zanjó la cuestión: «Unos dicen Napoleón, otros Hitler, otros Mussolini; para mí es Allegro con brio».

Ese «Allegro con brio» es el que esperamos ver esta noche en el Pedro Ferrándiz para recibir a Zunder Palencia en el tercer partido del playoff, que de momento nos ha dejado un balance de dos derrotas. El HLA Alicante ha de encomendarse a la heroica para arrancar un triunfo que le permita continuar con vida en la serie al mejor de cinco partidos. 

Frenar a los hombres de Pedro Rivero, que llegan cargados de confianza a una pista en la que ya han ganado holgadamente en competición, va a ser misión casi imposible. 

Pero en el Lucentum estamos, desde hace muchos años, abonados a la épica, y no queremos que suene la marcha fúnebre antes de tiempo. Vamos a por esa marcha triunfal, que resuenen las campanas del éxito desde la cancha hasta las gradas. Que el talento de Steinarsson, McDonnell, Gatell, Blaylock o Rakocevic marque el son del encuentro. 

Que el Centro de Tecnificación vuelva a exhibir sus mejores galas para una sinfonía de baloncesto, y que se interpreten en el pabellón desde la Eroica hasta la novena, con su oda a la alegría. Esta es una noche para que el gran compositor alemán renombre su épica sinfonía y se convierta en la lucentina. Porque este es el «play-off» de la LEB Oro y hemos venido a jugar.