El baloncesto rompe otra barrera histórica y elige a Elisa Aguilar como presidenta de la Federación

La asamblea general extraordinaria de la Federación Española de baloncesto (FEB) ha escogido este lunes a Elisa Aguilar como su nueva presidenta en un acto en Madrid. Directora de competiciones de la FEB desde el 2016 y una de las mejores jugadores de la historia del baloncesto, Aguilar (Madrid, 1976) sustituye en el cargo a Jorge Garbajosa, que presentó su dimisión el pasado 20 de mayo para ocupar la presidencia de FIBA Europa.

El nombramiento de Aguilar, que ocupará la presidencia hasta que concluyan los Juegos de París 2024, cuando volverán a convocarse elecciones en las federaciones olímpicas, y su más que probable candidatura para el siguiente ciclo olímpico, supone un cambio significativo en el deporte español, que sitúa a una mujer al frente de una de las grandes federaciones deportivas como baloncesto, fútbol, tenis, balonmano o ciclismo, que nunca han tenido una presidenta al mando. Solo hay dos mujeres ahora mismo al frente de dos federaciones deportivas: Asunción Lorente (Federación Española de Remo) e Isabel García (Salvamento y Socorrismo).

“Me apetece mucho ser la primera mujer que se pone al mando de una Federación como la FEB”, explicó Aguilar en una de las dos entrevistas a diarios deportivos que concedió el pasado marzo tras confirmarse su candidatura. “Me encuentro en el momento idóneo por toda la experiencia que he adquirido y que estoy adquiriendo. Y creo que sinceramente puedo aportar y enriquecer toda esta gestión que se ha hecho estos últimos años y que tantos éxitos nos ha dado”, señaló en Marca.

Referente femenino

Elisa Aguilar es uno de los referentes del deporte femenino en España. Con la selección consiguió tres medallas de bronce europeas, una mundial, una plata en el Europeo del 2007 y un oro en el Europeo del 2013, cuando decidió retirarse con 37 años con 222 internacionalidades. Desde su aparición en el Canoe como una de las grandes promesas del baloncesto española con 20 años construyó una brillante carrera como base, que la llevó al baloncesto universitario, en la George Washington University, y también por los Utah Starszz de la WNBA. Entre una y otra experiencia jugó en el Halcón Viajes Salamanca, el Caja Rural Canarias, el Ros Casares y el Rivas Ecópolis. Su última experiencia fue en Rusia, en el Spartak Moscú Region.

“Sé que recibo un testigo con muchísima salud y en lo alto del ránking. El reto es desfiante, pero a mí me va la marcha”, explica esta licenciada en Económicas en la George Washington, entrenadora superior de baloncesto que cuenta además con un Masters de Gestión Deportiva por la Universidad Camilo José Cela y otro de Coaching Deportivo por la Universidad de Floridad en Catarroja (Valencia). “Es una persona metódica, cordial, muy dialogante y muy preparada”, aseguran quienes trabajan a su lado en el día a día, donde ha proyectado la imagen de base y líder que también transmitía en la pista.

Deseo de continuidad

“Al conjunto del deporte y al gobierno español le enorgullece por su profesionalidad, su carrera deportiva y sus méritos”, admitió Victor Francos, secretario de Estado para el Deporte hace unos días, en la presentación de la Liga Femenina Endesa 2023-2024. “El relevo ya está aquí. Las federaciones la apoyan no solo para este periodo, sino también para el periodo 2024-2028. Es la mejor preparada”, comentó Antonio de Torres, uno de los cuatro vicepresidentes de la federación. En la presentación de su candidatura, para la que era necesario un 15% de los avales de la Asamblea, Aguilar obtuvo un respaldo del 70%.

Aguilar asume la presidencia de una federación que este año está celebrando su centenario y que en los últimos años ha estado en primera línea, con éxitos constantes en todas las categorías, desde la formación hasta las selecciones absolutas, tanto en categoría masculina como en femenina. De hecho, la FEB es la primera federación en cuanto a número de licencias femeninas (130.000 frente a las 87.000 del fútbol) y también la segunda global (cerca de 400.000 frente al 1.100.000 del fútbol).