Fútbol

La conspiración de la buspirona: la coartada surrealista del Real Madrid para justificar el 4-0 del City en el Etihad

En el club se deslizó una hipótesis surrealista que afirmaba que los jugadores salieron aturdidos por los efectos de un ansiolítico el día del 4-0

La historia llegó al vestuario del primer equipo, que lo descartó de plano, pasó por el de la selección, donde se la tomaron a broma, y terminó en el del City

Benzema se lamenta tras encajar uno de la cuatro goles ante el City en el Etihad.

Benzema se lamenta tras encajar uno de la cuatro goles ante el City en el Etihad. / Adam Vaughan/EFE

Fermín de la Calle

Fermín de la Calle

El 17 de mayo de 2023 el Real Madrid fue goleado en el Etihad (4-0) por el Manchester City, lo que provocó su eliminación en las semifinales de la Champions. Los de Guardiola desplegaron un tsunami celeste en el campo, especialmente en los primeros minutos de partido. Hay datos que avalan esta afirmación: en los primeros veinte minutos los de Carlo Ancelotti solo completaron 13 pases, por más de 120 del City. Y el porcentaje de posesión en esa fase superó el 70% para los de Pep. Un dominio que se tradujo en ocasiones claras. En el minuto 13 Courtois salvaba con el cuerpo un testarazo de Haaland, y ocho minutos después sacaba una mano milagrosa a otro cabezazo del noruego cuando el estadio ya cantaba el gol. El dominio abrumador de los 'citizens' se concretó en el marcador en el minuto 23, con un latigazo de Bernardo Silva, que repetiría en el 37 apareciendo desde atrás para cabecear a la red un rebote. Del Madrid no había noticias, salvo un derechazo de Kroos pasada la media hora que sacó astillas del larguero de Ederson.

La buspirona

El mal inicio de los blancos hipotecó sus opciones de pasar de ronda, una decepción que se reflejó en la cara de los jugadores blancos y los directivos tras el partido. Precisamente uno de estos últimos deslizó una justificación delirante de lo ocurrido que se ha repetido en diferentes foros del club para tratar de explicar el desastre. El personaje, alto ejecutivo del club presente en el partido, advirtió en un corrillo que “el equipo había salido adormilado, como si les hubiesen echado algo”. Y fue más allá atreviéndose incluso a poner nombre al causante de ese aletargamiento: “buspirona”. La buspirona, nombre con el que se conoce más popularmente a la azaspirodecanediona, es un ansiolítico que se administra para el tratamiento del trastorno de ansiedad generalizada. Un sedante que, entre sus efectos secundarios, puede generar mareos, somnolencia, dolor de cabeza, náuseas, nerviosismo, aturdimiento, inquietud, visión borrosa, cansancio y dificultad para dormir. ¿Quién y cómo se administró a los jugadores blancos? Nadie se tomó la molestia de contrastar las evidentes lagunas que dejaba esta hipótesis conspiranoica que incluso llegó a oídos del vestuario, pero los jugadores rechazaron de plano el argumento. Sin embargo, la surrealista coartada hizo camino y llegó a ser jaleada en los pasillos de Real Madrid Televisión, el canal oficial del club, donde se aferraron a tan kafkiana hipótesis para explicar que “no es normal que salieran tan aturdidos. ¿Cómo se explica lo de los primeros minutos y la mejora en la segunda parte?”, cuenta a este medio un tertuliano al que se lo insinuaron un día en la sala de maquillaje.

El asunto fue más allá. Semanas después, en una concentración de la selección española en la Ciudad del Fútbol de Las Rozas, un futbolista comentó “la historia de la buspirona” en una mesa con varios jugadores. “¡Venga, no me jodas! ¿Pero hay alguien que se crea eso todavía en la época en que estamos?”, respondió otro internacional al conocer la justificación que quedó finalmente en un chascarrillo intrascendente. La teoría llegó incluso a oídos de los jugadores del Manchester City, que no se creían que alguien del Real Madrid hubiese podido urdir una excusa tan absurda.

Más allá de esta historia, el partido significó un punto de inflexión para el vestuario blanco. Aquella goleada evidenció, a ojos de Ancelotti, que Luka Modric y Toni Kroos no podían jugar juntos partidos de máxima exigencia física. La alineación en el once del croata y el alemán, 37 y 33 años en ese momento, confirmó que ya no tenían el despliegue necesario para este tipo de batallas. Guardiola apostó por un 3-2-4-1 que superó al mediocampo alineado por Carletto, con Valverde, Kroos y Modric. Rodri, Stones, De Bruyne y Gundogan retrataron las carencias defensivas de los centrocampistas blancos. En el primer gol, Luka y Toni llegaron tarde a cerrar el pase filtrado por De Bruyne a Bernardo Silva a la espalda de Camavinga. En el segundo, ninguno de los dos hizo la cobertura para frenar la aparición en segunda línea de Silva para cabecear un rebote a la red.

Federico Valverde, cariacontecido al final del encuentro entre el Real Madrid y el Manchester City.

Federico Valverde, cariacontecido al final del encuentro entre el Real Madrid y el Manchester City. / David Rawclife/EFE

El epitafio de la dupla Modric-Kroos

Aquel partido fue clave para que Ancelotti se replantease en verano la naturaleza de su mediocampo, apostando para esta temporada por un rombo con jugadores de enorme presencia física como Tchouameni (32 partidos y 2291 minutos), Camavinga (33 y 2033) y Valverde (42 y 3364), para acompañar a Kroos (39 partidos y 2250). Modric, que ha participado en 32 partidos sumando solo 1162 minutos, ha sido relegado a un rol secundario y en contadas ocasiones, casi ninguna de salida, ha vuelto a coincidir con el alemán en el once. Suplencia que le cuesta digerir, porque el croata es un jugador con un carácter similar al de Raúl González Blanco, alguien que disfruta en el césped y lleva mal ser relegado al banquillo. De hecho, esta misma temporada se ha dado el caso de que el once con el que amanecía en la cabeza Ancelotti el día de partido no ha sido el mismo que ha saltado al campo por la tarde, por la inclusión de Modric a última hora para darle minutos y gestionar mejor su frustración.

Igual que el partido de vuelta de cuartos de final de 2022, con aquellos dos goles de Rodrygo en 80 segundos, explicaba algunas decisiones de Guardiola en el Manchester City que salió campeón la pasada temporada, la goleada del Etihad del año pasado explica los pilares de reconstrucción de este Real Madrid 2023-24. Un equipo más robusto, con más músculo en el mediocampo. Un equipo al que aceleran Jude Bellingham, Vinicius y Rodrygo con su movilidad, pero que ahora nunca pierde el sitio. Ese mediocampo explica la paradójica circunstancia de que el Real Madrid sea el equipo menos goleado de la Liga pese a sufrir la rotura de los cruzados de sus tres bazas defensivas de mayor jerarquía: Courtois, Militao y Alaba.

El Real Madrid regresa este miércoles al lugar de los hechos. Al Etihad Stadium que divorció definitivamente a Modric y Kroos en un once y al estadio que convenció a Ancelotti para que aparcase el 4-3-3, que perdió sentido sin Casemiro. Y precisamente por aquella goleada en este estadio el Real Madrid 2024 es hoy un equipo macizo e inmune a la ansiedad, y puede que incluso a “la buspirona”.