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La cuarentena británica da la puntilla a la temporada de «rent-a-car» en la provincia

Las empresas del sector han recortado sus flotas este año a menos de la mitad de lo habitual y prevén una caída de la facturación cercana al 80%

Un trabajador en las instalaciones de «rent-a-car» Drivalia, junto al aeropuerto de El Altet. ANTONIO AMORÓS

«En 36 años que llevo en el negocio no recuerdo nada igual. Esto es un auténtico desastre», asegura el presidente de la Asociación de Empresarial de Alquiler de Vehículos de la Comunidad y Murcia (Aecoval) y propietario de Jávea Cars, Mauro Derqui. Su sector, el de los «rent-a-car», se ha convertido en uno de los mayores damnificados por la pandemia y por la ausencia de turistas internacionales, incluso en mayor medida que los hoteles, ya que, a diferencia de éstos, los visitantes nacionales que pueden atenuar la caída durante la temporada estival rara vez utilizan sus servicios: la mayoría llega a la provincia en su coche particular.

Si la situación de partida ya era complicada, ahora la cuarentena impuesta por el Gobierno del Reino Unido a los viajeros que procedan de España ha acabado por arruinar las perspectivas de recuperar algo de negocio. A nivel nacional, la patronal Feneval calcula que la caída de la facturación para este año puede alcanzar el 80%, si la medida del Ejecutivo de Boris Johnson se prolonga en el tiempo, 10 puntos más de lo que preveía hace sólo unas semanas. Y la situación puede ser aún peor en la Costa Blanca, donde el turista británico tiene un predominio absoluto, frente al mayor peso de alemanes o franceses en otros destinos como Mallorca o Canarias, lo que ha reducido algo el impacto de la crisis en estas zonas.

El presidente de esta organización alerta de que la situación puede llevar a la quiebra hasta al 20% de las empresas del sector, si no se toman las medidas adecuadas para protegerlas.

Hibernación

La alternativa por la que han optado la mayoría de empresas ha sido la de reducir sus costes, realizando menos matriculaciones, y buscar liquidez con la venta de sus flotas, en aquellos casos que las tienen en propiedad. Así, la mayoría de las empresas de la provincia operan este verano con menos de la mitad de los vehículos habituales. Es el caso de la propia Jávea Cars del presidente de Aecoval, que normalmente dispone de entre 75 y 80 vehículos en temporada alta, en gran parte realquilados, y que este año ha optado por quedarse con los 30 que tiene en propiedad. En los casos más extremos, las empresas más pequeñas han optado directamente por la hibernación, es decir, por desprenderse de todos los coches, mantener en ERTE a sus trabajadores y cerrar sus instalaciones hasta que la situación sanitaria y económica mejore.

La caída de las inversiones ha sido acorde al golpe recibido. Normalmente, el sector suele comprar nuevos vehículos durante la primera mitad del año, de los que se desprenden pasada la temporada alta, cuando aún no tienen ni un año y les pueden sacar un precio más que atractivo. Este año, sin embargo, la pandemia ha truncado este ciclo. Así, hasta el pasado me de julio las rent-a-car habían matriculado en la provincia 6.432 vehículos frente a los 24.664 del año pasado, lo que supone una caída del 73%. Y eso porque cuando llegó el covid muchas firmas ya habían empezado con las compras. «La verdad es que nos ha cogido con el pie cambiado y en el peor momento, porque si el covid hubiera llegado en noviembre, se está vendiendo la flota y el impacto hubiera sido menor. Pero en marzo es cuando estás comprando y preparándote para la temporada», se lamenta el director general de la Low Cost Business Unit de Europcar (lo que incluye a las marcas Goldcar e InterRent), José Blanco.

Junto al recorte en las nuevas adquisiciones, las firmas han adelantado la venta de los vehículos que tenían en sus flotas, «lo que ha ayudado a paliar las pérdidas y ha inyectado liquidez», según reconoce el CEO de Drivalia, Martin Hall. La mayoría de los vehículos que retiran las rent-a-car se destinan a la exportación, principalmente a países europeos, como Francia, Holanda o Alemania, donde se pueden conseguir mejores precios por ellos. Un mercado que, afortunadamente para la mayoría de estas empresas, se ha mantenido activo durante estos meses y, además, con unos precios aceptables, según apunta el responsable de Drivalia.

No ha ocurrido lo mismo con los precios que cobran las empresas por los alquileres de los vehículos, especialmente desde la cuarentena británica. Si hasta el pasado mes desde Aecoval calculaban que el importe medio bajó entre un 10% y un 15%, con la desaparición de los clientes británicos se ha entrado en una guerra de descuentos, con rebajas del 50%.

Nuevos clientes

Ante esta situación, las empresas tratan de buscar nuevos clientes, por ejemplo, potenciando las ofertas para el mercado nacional, según explica el ejecutivo de Goldcar José Blanco. Además, también se intenta transmitir seguridad. Desde Feneval han lanzado un sello de «espacio protegido covid-19», certificado por la entidad Tuv Suv y garantizado mediante blockchain. Por su parte, las compañías también apuestan por la tecnología para evitar al máximo el contacto humano en el proceso de alquiler. Por ejemplo, Goldcar y el resto de firmas del grupo Europcar ha potenciado su sistema «Key'n Go» que permite recoger las llaves del vehículo de un cajero de autoservicio, sin necesidad de pasar por el mostrador.

El sector reclama un IVA reducido y adecuar los alquileres

El sector reclama un IVA reducido y adecuar los alquileresDesde la patronal nacional del «rent-a-car», Feneval, han solicitado al Gobierno que se aplique al sector el tipo de IVA reducido, del 10% frente al 21% del tipo general, como ocurre con la mayoría de servicios turísticos. Una medida con la que creen que se aliviaría algo la situación «complicada» que viven en estos momentos muchas empresas, según explica el presidente de esta organización, Juan Luis Barahona. La compañía también reclama una adecuación de los alquileres que pagan por su presencia en aeropuertos y estaciones de tren, donde desarrollan la mayor parte de su negocio. En el primer caso, reconocen la sensibilidad mostrada por Aena, que ha suspendido el cobro de cánones durante el estado de alarma -lo que supone unos 18 millones de euros mensuales para el sector- y se ha abierto a negociar un precio acorde al volumen de pasajeros que registren estos recintos en los próximos meses. Sin embargo, desde Feneval lamentan que Adif no haya adoptado la misma decisión y se esté mostrando más duro en las negociaciones. Las «rent-a-car» también reclaman que se prolongue la duración de los ERTE por fuerza mayor al menos hasta el final de este ejercicio.

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