Las limitaciones impuestas en el uso de productos fitosanitarios son la principal causa de que la producción de arroz en la Marjal de Pego se vaya a reducir este año entre un 25% y un 30%, lo que la dejará en un millón de kilos.
Pep Orihuel, productor de arroz y representante del sector en Asaja, subraya que esta campaña se han encontrado con una mayor resistencia de las malas hierbas, «debido -explica- a que tenemos menos productos fitosanitarios autorizados para tratamientos, son más caros y de una menor efectividad. El resultado directo es un menor desarrollo del grano, más humedad e impurezas cuando se siega el cereal, lo que se traduce al final en una notable caída de los kilos recogidos».
Orihuel, en este sentido, lamenta que si bien las directrices europeas son iguales para toda la UE, «en casi todos los países productores de arroz son más permisivos con otros productos que en España y en la Comunidad Valenciana, donde no nos los dejan emplear», explica.
Por otro lado, los productores confían en que este año la hostelería de la provincia, principal cliente del arroz de Pego, lo consuma de forma masiva y preferente, de manera que se puedan recuperar los precios en origen anteriores a la pandemia, cuando el kilo en el campo se cotizaba a un mínimo de 0,80 euros. «Si volvemos a vender como en 2020, cuando a duras penas se llegó a 0,70 euros, muchos arroceros de la zona se verán en la difícil tesitura de plantearse la viabilidad de su explotación», enfatiza Orihuel, lo que, añade, también conllevaría «la degradación del paisaje y del sistema ecológico de la Marjal».
