Es uno de los mayores accidentes industriales de los últimos años en la provincia. Cuando pasaban poco más de las 3:30 de la madrugada del sábado 3 de abril, en plena Semana Santa, lo que todo apunta a que fue un fallo eléctrico provocó un incendio en el laminador L2 de la factoría que la multinacional Aludium tiene en la partida de Agua Amarga, la conocida fábrica de aluminio de Alicante. La mala suerte provocó que el fuego se produjera junto a un tanque que contenía 60.000 litros de parafina, una sustancia similar al queroseno de los aviones, lo que provocó temperaturas que fundieron el techo del edificio y numerosas estructuras metálicas de la maquinaria. De hecho, los bomberos no lograron dar por controlado el incendio hasta la una del mediodía, es decir, unas diez horas después.
Eso sí, gracias a los simulacros y la formación de los trabajadores, todo se saldó sin heridos aunque con un serio problema en la cadena de producción. El laminador siniestrado es el primero por el que debe pasar todo el metal que se trabaja en la factoría, lo que podría haber detenido en seco toda la producción del centro del que dependen cerca de 400 empleos.
Por fortuna, la compañía consiguió encontrar una solución provisional, que ha permitido servir a sus clientes durante este tiempo, y ahora acaba de finalizar la primera fase de las reparaciones, la de la estructura del edificio que alberga el laminador. Si todo va según lo previsto, la maquinaria estará totalmente reparada el próximo 25 de febrero, con lo que la fábrica recuperará su capacidad de producción por completo en el mes de marzo. Al menos esos son los plazos que baraja la multinacional propiedad del fondo norteamericano Atlas Holdings y que acaba de dedicar buena parte de su revista corporativa, Aludium Today, a explicar los pormenores del siniestro y de las consecuencias que ha acarreado para la empresa.
Trabajadores desplazados
Solo unos días después del incendio, la compañía ya puso en marcha un plan para conseguir que la primera parte del proceso de producción se pudiera realizar en otras instalaciones, en concreto en las que tiene en Amorebieta, para lo que envió allí a un equipo de trabajadores especializados de la planta de Alicante. Sin embargo, la factoría vasca no tenía capacidad para asumir toda la carga de trabajo necesaria, y fue cuando llegó el golpe de suerte. La firma Alumasa -colaboradora de Aludium- acababa de construir un laminador en su planta de la provincia de Badajoz, con la previsión de ponerlo en marcha en el plazo de un año. Los responsables de la multinacional convencieron a sus socios y mandaron a otro equipo hasta allí, que logró tener en marcha la maquinaria en semanas.
Gracias a este desplazamiento de los procesos a otras plantas, la factoría de Aludium ha conseguido estar al 85% de su capacidad y suministrar las más de 62.000 toneladas de productos de aluminio previstos. Eso sí, según reconocen sus propios responsables en la publicación, la imposibilidad de crecer les ha hecho perder las oportunidades que se han generado este año, con el aumento de demanda de materias primas que ha acarreado la recuperación. Un aumento de demanda que sí esperan aprovechar el próximo ejercicio, en el que prevén ganar cuota de mercado al recuperar el 100% de la producción.
