La pandemia no ha afectado a todas las empresas por igual, ni siquiera dentro del mismo sector de actividad. En el caso del calzado, mientras que las compañías especializadas en zapato de vestir y más pegados a la moda veían caer con notable fuerza sus ventas ante la desaparición de las actividades sociales, los fabricantes de zapatillas y de calzado más atemporal conseguían aguantar mejor el envite. Y lo mismo ocurrió con el calzado infantil, donde el principal motivo de compra no deja de ser que los niños crecen y necesitan una talla más grande.
Así lo explican al menos desde la firma ilicitana Garvalín, que consiguió cerrar el ejercicio de 2020 con un descenso de su facturación de apenas un 6,7%, a pesar del tiempo que los comercios estuvieron cerrados y de las posteriores restricciones que se adoptaron para frenar los contagios. En concreto, la firma que fundaron los hermanos García hace ya más de 50 años anotó unos ingresos de 20,6 millones de euros en el primer año de la pandemia frente a los 22,1 millones que había alcanzado en 2019, tras un periodo de notable crecimiento gracias a la buena marcha de varias de sus marcas como Biomecanics o la colaboración que mantienen con la diseñadora Agatha Ruiz de la Prada.
Desde la firma apuntaron ayer que, tras el shock lógico del inicio del confinamiento, sus ventas online se dispararon, y que cuando volvieron a abrir las tiendas el volumen de pedidos se normalizó rápidamente, lo que permitió contener el impacto e la pandemia.
Por destinos, España se mantuvo como el principal mercado de la firma, con 12,3 millones de ingresos, prácticamente el 60% de toda la facturación. Por detrás se sitúan las ventas en el mercado comunitario, que mantuvo un volumen de 5,4 millones de euros durante el ejercicio. Por último, los envíos a países extracomunitarios supusieron otros 2,8 millones, según consta en las cuentas anuales que Internacional Shoes Garvalín ha depositado en el Registro Mercantil. La compañía consiguió unos beneficios de 309.608 euros, frente a 396.163 en 2019.
Creada en 1968, además de la propia marca Garvalín, la compañía lanzó al mercado en 1996 Biomecanics, fruto de la colaboración con el Instituto de Biomecánica de Valencia, con el que desarrolla una gama de calzado ergonómico para niños que, desde 2019, incluye también zapatillas para estar por casa con la denominación Biohome. Además, también desarrolla la línea de calzado infantil para Agatha Ruiz de la Prada y otra de sus filiales, Bigline, anunció en 2020 un acuerdo para comercializar botas para niños del Real Madrid. Entre sus accionistas está Vicente García, el copropietario de Tempe, que produce todo el calzado para Inditex.
