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Una imagen de la feria Micam, que se celebra estos días en Milán con la participación de 35 firmas alicantinas.Información

La feria de Milán certifica que la recuperación del calzado se retrasa al menos un año más

La guerra trunca las expectativas de los empresarios, que detectan “contención” en los pedidos de los países más próximos al área del conflicto

Las perspectivas de que 2022 pudiera ser el año de la plena recuperación de los niveles de exportación del calzado se desvanecen. Las 35 empresas de la provincia que estos días participan en el certamen Micam de Milán, uno de los más importantes del calendario ferial para el sector, han podido comprobar que los efectos de la guerra no sólo han supuesto la desaparición por completo de los compradores rusos –el décimo mercado en importancia para los fabricantes del Vinalopó-, sino que empiezan a trasladarse a algunos destinos cercanos a la zona del conflicto como Polonia o Finlandia. Una situación a la que, además, se suma la subida de costes derivada de la situación bélica, que está complicando fijar los precios en los contratos que se cierran, ante el temor de los empresarios a pillarse los dedos.

De esta forma, la sensación predominante entre los presentes en el certamen no deja de ser agridulce, ya que, por una parte, para muchos parece casi un milagro la mera celebración de la feria, tras todo lo ocurrido en los últimos dos años; pero, por otra parte, aún se ve bastante lejos la normalidad. “Nosotros queremos ver la parte positiva, y es que las empresas que han venido están trabajando y nos trasladan que, a pesar de todo, están haciendo negocio. Lo que también está claro es que las expectativas que había al inicio del año, no se van a cumplir”, asegura la presidenta de la Federación de Industriales del Calzado de España (FICE) y de la autonómica Avecal, Marián Cano.

De hecho, la propia cifra de empresas participantes de la provincia -que no llega a la mitad de lo habitual antes del covid- o el hecho de que el certamen se esté celebrando varias semanas más tarde de lo previsto para evitar el pico de contagios de la variante ómicrom, ya da una idea de la situación. Así, además de la ausencia de los compradores rusos o ucranianos, también se siguen echando en falta a los clientes de los países asiáticos, debido a las restricciones que aún siguen para el ingreso en estos países.

Pero, además, desde FICE confirman que los empresarios también están notando “contención” en los pedidos por parte de los compradores de aquellos países más cercanos a la zona de conflicto, como Polonia o Finlandia, ante la incertidumbre que la guerra ha provocado sobre la evolución del consumo en estos mercados. Una contención que, de momento, aún no se aprecia de una forma clara en los grandes clientes del calzado español, según Marián Cano, aunque el principal temor en el sector es que la pérdida de poder adquisitivo que está provocando el alza de los costes energéticos acabe por frenar las ventas en todo el continente. Sobre todo si el conflicto en Ucrania se enquista y la guerra se prolonga.

Unido a lo anterior, la patronal también ha podido constatar la inquietud de los fabricantes a la hora de fijar los precios de sus productos durante las negociaciones que se desarrollan en el certamen, al desconocer en qué medida les afectará la inflación en las compras de componentes y los suministros de los próximos meses, ya que un mal cálculo puede llevarse por delante todos sus márgenes. “Aunque no somos una industria tan intensiva en el consumo de energía, los precios de todos los componentes están subiendo como consecuencia del encarecimiento del petróleo y del transporte”, apunta la presidenta de FICE.

Cano ha estado acompañada este lunes del alcalde de Elche, Carlos González, y del conseller de Economía, Rafa Climent, que se han trasladado hasta Milán para mostrar su apoyo al sector zapatero. Climent ha recordado que la Generalitat ha elevado este año hasta los 14,25 millones las ayudas para la internacionalización de empresas y que ha puesto los servicios del Ivace a disposición de aquellas firmas que necesiten encontrar nuevos mercados para compensar la caída de ventas en Ucrania y Rusia.

Las exportaciones de calzado de la provincia aumentaron el año pasado un 17% con relación al 2020, hasta alcanzar los 1.119 millones de euros. Una cifra que, no obstante, sigue un 6,3% por debajo de los niveles que se registraban antes de la pandemia. Precisamente, Polonia fue uno de los países donde las ventas subieron con más fuerza, un crecimiento que ahora se habría truncado por los efectos de la guerra.

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